Alerta en los frigoríficos: costos récord y desplome de ingresos ponen en jaque al sector
La industria alerta que, sin una reforma impositiva y mayor trazabilidad, la crisis seguirá profundizándose.
La Cámara de Industrias Cárnicas (CAINCA) difundió un comunicado con un tono inusualmente severo en el cual alerta sobre el deterioro acelerado que atraviesa el sector de la faena vacuna en la provincia de Buenos Aires. Según la entidad, el escenario actual combina un aumento descontrolado de los costos operativos con una caída relativa de los ingresos por subproductos, generando una ecuación económica que se ha vuelto insostenible para la mayoría de las plantas.
CAINCA sostiene que la situación es “ampliamente conocida pero ignorada” por diversos actores de la cadena, y que el sector ha ingresado en una fase “extremadamente complicada” que amenaza la continuidad operativa de numerosas plantas. La gravedad, señalan, no radica únicamente en la baja rentabilidad, sino en la imposibilidad de cubrir contingencias, encarar inversiones o siquiera actualizar equipos y procesos en un rubro donde la modernización es clave para sostener la competitividad.
Costos que se disparan y una brecha financiera que no cierra
El informe de la Cámara detalla un incremento promedio del 289% en los servicios y gastos generales entre noviembre de 2023 y diciembre de 2025. Se trata de un salto que desborda ampliamente la suba de ingresos provenientes de los subproductos, que durante ese mismo período aumentaron apenas un 213%. Esta diferencia ha generado, en palabras de CAINCA, un “punto de quebranto” operativo que deja a la estructura productiva al borde del colapso económico.
Los números de rentabilidad en dólares por kilo faenado ilustran con crudeza el deterioro. En 2023, la rentabilidad bruta alcanzaba USD 0.07 por kilo, con una integración (ingresos) de USD 0.26 y costos de -USD 0.19. Para 2024, la rentabilidad bajó a USD 0.06, producto de una integración menor (USD 0.21) y costos algo más bajos (-USD 0.15). Sin embargo, el golpe más fuerte llegó en 2025: la rentabilidad bruta se desplomó a apenas USD 0.02 por kilo. Con ingresos que descendieron a USD 0.20 y costos que volvieron a incrementarse hasta -USD 0.18, la ecuación dejó a las plantas con lo que CAINCA define como “vida financiera pero no económica”.
Esto significa que, aunque las plantas aún pueden sostener sus operaciones básicas, ya no generan excedente alguno para enfrentar imprevistos, absorber fluctuaciones de mercado o invertir en infraestructura. Una situación que, advierten, no es sostenible en el tiempo.
El impacto del mercado exportador: precios más altos y menos oferta para faena
A este escenario interno se suma un factor externo que complejiza aún más el panorama: la presión creciente del sector exportador. En los últimos meses se registró un aumento significativo en los precios del ganado en pie, impulsado por una demanda externa más robusta.
CAINCA cita proyecciones de analistas que indican que la demanda de exportación podría incrementarse en un 30% hacia 2026. Esta expansión del mercado externo tiende a absorber parte de la hacienda disponible, restringiendo la oferta destinada al consumo interno y encareciendo los insumos para la industria frigorífica local. En un contexto donde los costos fijos ya son difíciles de cubrir, esta competencia por la materia prima añade una tensión adicional.
El comunicado también dedica un apartado al rol de los organismos de control y a la falta de fiscalización en ciertos tramos de la cadena de valor. La Cámara advierte sobre la existencia de prácticas desleales derivadas de la ausencia de controles sanitarios, comerciales e impositivos en algunos puntos de venta al público.
Según la entidad, esta situación no solo distorsiona la competencia —al permitir que actores irregulares operen con costos significativamente más bajos—, sino que además compromete la inocuidad de los productos que llegan al consumidor. Frente a esto, CAINCA reclama avanzar hacia una trazabilidad completa: sanitaria, comercial e impositiva. Considera que este es un requisito indispensable para garantizar la transparencia y la sostenibilidad a largo plazo del sector.
Un llamado a la acción: reformas regulatorias e impositivas
Ante este panorama, CAINCA urge a las autoridades a implementar medidas concretas. Señala que la necesidad de ordenar el sistema de plantas de faena es un reclamo histórico y que resulta imprescindible articular planes de trabajo integrales para adecuar las instalaciones existentes. Dichos planes deberían contemplar plazos razonables y mecanismos de financiamiento que permitan realizar las inversiones necesarias sin poner en riesgo la continuidad de las plantas más vulnerables.
En materia fiscal, la Cámara reconoce algunos avances recientes, como el uso de billeteras electrónicas que mejoraron la transparencia del sistema. Sin embargo, advierte que la carga tributaria sobre el sector sigue siendo elevada y termina trasladándose a los precios finales, afectando al consumidor y deteriorando la competitividad de las industrias cárnicas.
La evidencia más palpable del deterioro se vio reflejada en la faena de noviembre de 2025, que registró una caída del 13% en la provincia de Buenos Aires respecto de octubre. Para CAINCA, este retroceso no es un dato aislado, sino la consecuencia directa de una crisis que muchos actores prefieren “negar o mirar para otro lado”.
El comunicado concluye con una advertencia categórica: si no se abordan de manera integral los desequilibrios de costos, la presión del mercado exportador y las falencias en materia de trazabilidad y fiscalización, la situación de las plantas de faena continuará empeorando. Y lo que hoy es un punto de quebranto, señalan, podría transformarse en un colapso irreversible para uno de los sectores clave de la cadena cárnica argentina.
Fuente: CAINCA con aportes de Redacción +P.
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