Border Collie, los mejores socios en el campo

Tras un entrenamiento básico de 6 meses, los Border Collies se convierten en la mano derecha del productor ganadero. ¿Cómo es el manejo con los perros de arreo más famosos en el campo patagónico?

“Trabajan como seis cristianos”, nos dijo un productor del interior neuquino hace ya muchos años mientras acariciaba la cabeza del Border Collie que tenía en la caja de la camioneta. Estos perros de arreo se ganaron su buena fama y son todo lo que está bien a la hora de trabajar codo a codo con los dueños en el manejo cotidiano del ganado.

“El Border engloba absolutamente todo lo que puedan hacer las otras razas de perros de arreo. Con ellos obtenemos control, no es solamente un compañero de trabajo sino un socio, una herramienta de trabajo muy efectiva. Una vez que uno aprende a trabajar con este tipo de perros con el entrenamiento de trabajo que tienen, es casi imposible salir al campo sin ellos”, dijo Ana Julia Toledo, integrante de la Sociedad Argentina de Perros Arrieros (SAPA), en diálogo con +P.

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"Es una herramienta que, cuando uno aprende a manejarla, es insustituible". Foto: gentileza Ana Julia Toledo.

"Es una herramienta que, cuando uno aprende a manejarla, es insustituible". Foto: gentileza Ana Julia Toledo.

Es vox populi que los Border tienen una marcada predisposición innata para trabajar con ganado; es decir, para acechar a los animales, poder manejarlos y trasladarlos a largas distancias y conducirlos al encierro en corrales.

Los especialistas remarcan que son ideales para el trabajo campero porque tienen bloqueado genéticamente el hecho de cazar, ellos solo acechan, como un león acecha la presa, pero tienen inhibida la condición de cazar y matar.

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"El Border engloba absolutamente todo lo que puedan hacer las otras razas de perros de arreo". Foto: gentileza Ana Julia Toledo.

"El Border engloba absolutamente todo lo que puedan hacer las otras razas de perros de arreo". Foto: gentileza Ana Julia Toledo.

Saberes que vuelven

Tolero hace foco en cómo se incorpora al perro en los campos de la zona. “Se está volviendo a este tipo de trabajo, que siempre estuvo instalado, pero de una forma distinta a otros países del mundo. Acá el que trabaja es el hombre y el perro acompaña. Vas a ver a la gente a caballo con el perro atrás el perro, acompañando al hombre, no trabajando”, dijo.

“Yo creo que esto se ha perdido porque se ha perdido la tradición de enseñar a nuestros hijos a trabajar con el perro. Entonces, lo que estamos rescatando es eso y contemplando el bienestar animal”, agregó.

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Border Collies en acción. Foto: gentileza Ana Julia Toledo.

Border Collies en acción. Foto: gentileza Ana Julia Toledo.

El boca en boca

“Los productores están muy interesados. Sobre todo, cuando ven a otros productores que tienen este tipo de perro para trabajar y ven cómo trabajan y cómo se simplifica la vida para todos en el campo”, contó Toledo recordando talleres que organizaba SAPA en conjunto con el INTA Santa Cruz.

A pesar del interés, también surgen resquemores. “Es mentira que un perro reemplaza a una persona; el perro no reemplaza a ninguna persona y eso nos tenemos que sacar de la cabeza porque el perro no sabe abrir una tranquera o esquilar…”

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Siempre alertas, los Border Collies tienen genética de trabajo. 

Siempre alertas, los Border Collies tienen genética de trabajo.

Lo que sí hace el perro se demuestra después de 6 meses de entrenamiento. “A un cachorro de Border Collie con genética de trabajo, lo pones frente a cada oveja y no sabe por qué, pero él se va a agazapar, va a bajar la cola y va a estar preparado para lo que pida el dueño”, contó Toledo.

A los fines prácticos, un cachorro de Border con genética de trabajo (de padres que hayan hecho trabajo rural) cuesta entre 700 y 800 dólares, y requiere 6 meses de adiestramiento, tiempo en que se trata que entiendan cinco o seis órdenes, tales como “derecha” e “ izquierda”, para que vayan a uno u otro lado respectivo del grupo dependiendo de cómo éste se vaya moviendo; que se queden echados, que avancen y se detengan. En este punto Toledo resalta un dato no menor: “Tenemos 6 meses de entrenamiento por 10 años de trabajo”.

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