Del campo a la secretaría: El desafío de transformar la ganadería y fruticultura en Neuquén
El secretario de Producción de Neuquén, Diego García Rambeaud, recibió a +P y repasó los temas que dejan ver cómo concibe el presente y futuro productivo de la provincia.
Hombre de tono pausado y palabras medidas; hombre que no dudó en salir de su zona de confort para poner en marcha las ideas pensadas durante años; hombre con mucho por hacer y que no le saca el cuerpo a los desafíos. Así vemos al flamante secretario de Producción de Neuquén, Diego García Rambeaud, en la oficina del piso 8, que ocupa desde que resolvió sumarse al equipo del gobernador Rolando Figueroa.
Con su estilo campero habitual, García Rambeaud recibió a +P y cuenta por qué salto del sector privado al público, compartió su visión de las limitaciones y potencialidades de la ganadería neuquina; habló de la conflictiva barrera sanitaria y de la crisis estructural del sector frutícola; esbozó su opinión sobre los caminos de la diversificación productiva y recorrió muchos otros temas en una charla sin desperdicio.
A continuación, la entrevista al productor de Junín de los Andes que pasó del campo a la secretaría y se anima a repensar la producción de la provincia de Vaca Muerta.
- Estaba cómodo, en tu lugar, con tu gente, con sus cosas. Le llegó la propuesta de hacerse cargo de la secretaría, ¿qué hizo que diera el paso?
- Estaba en el sector privado desde que tengo memoria, porque siempre he estado vinculado a la familia, al campo. De ahí en adelante, pude estudiar, terminar la universidad en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue, recibirme, empezar a trabajar y me radiqué en Junín de los Andes, donde hoy vivo y llevo 17 años de vida profesional. Esto me ha permitido tener ese conocimiento del campo, de la ganadería de la provincia, y de ahí en adelante vincularme con la dirigencia de la Sociedad Rural del Neuquén, buscando reflejar lo que el campo de la provincia necesita. Lo que esa institución de 92 años siempre ha pedido a las autoridades provinciales, y desde ese lugar, creo que uno se expone al decir: estas son las ideas, este es el camino que hay que seguir. Ante la propuesta del gobernador Rolando Figueroa de asumir un cargo como este, que es una secretaría con una estructura muy grande, el desafío es doble, porque uno ha estado en ese lugar de diagramar líneas, tirar ideas y proponer. Ahora, al darme la posibilidad de hacerlo, el compromiso es doble y uno lo asume como tal.
- ¿Qué fue lo que lo convenció del proyecto de Figueroa para sumarse a su equipo?
- En primer lugar, que busquen gente del sector y que tenga capacidad para conocer lo que la provincia y el campo necesitan. Si se está haciendo así, eso es lo que motiva. Buscar personas de la ciencia que se ocupan del área me parece muy adecuado. La agronomía para este rol creo que es muy importante, y creo que es una apertura a buscar actores de los diferentes rubros, cadenas y lugares de producción o servicios de la provincia para que cubran esas áreas. Eso me gustó mucho. También, en conversaciones con la comisión directiva de la Sociedad Rural, cuando surgió esta propuesta, fue muy bien recibido, porque si el gobernador busca esos roles activos en cada área, es porque considera que así se debe encauzar. Uno siempre está aprendiendo y capacitándose. La trayectoria y los años van formando, pero dentro de la experiencia que uno tiene, se ve que fue bien visto y por eso me eligieron.
- Cuando Figueroa le hizo la propuesta, ¿Qué fue lo primero que pensó?
- En la primera conversación que tuve con el gobernador, fue poner a producir la provincia. Creo que la provincia está produciendo, pero hay muchos puntos de mejora, y eso fue lo que más me motivó. Profesionalmente, que a uno le den esa posibilidad de involucrarse y generar cambios es muy motivador.
Hablemos de ganadería
- El stock ganadero de Neuquén parece tener un techo que no se perfora, ¿qué cree que explica esta situación?
- Creo que hay varios aspectos a analizar. En primer lugar, las condiciones climáticas y los pastizales naturales, que son el grueso de la ganadería en la provincia, tienen ciertas limitaciones y un cierto techo. No obstante, la provincia tiene los recursos para incrementar el disponible de insumos, forraje y la receptividad de los campos. Con agua, tecnología, buenos suelos y conocimiento, ese es el camino para lograr un despegue en la cantidad de cabezas de hacienda. También, hacer un uso eficiente de esos pastizales para que la hacienda realmente produzca. La provincia tiene un índice de extracción en ganadería bovina muy bajo, más bajo que la media nacional. Por cada 100 vacas, un 46% de terneros, y eso es mejorable. Es un camino de llevar el conocimiento a los productores, de tener un uso consciente de esos pastizales y también favorecer las cadenas de valor para que los animales improductivos dejen el sistema. Con esos fondos, se mejora lo que hay, ¿no? Siempre pensando, como debe ser, como una unidad de negocio: lo que es refugo se tiene que vender y reutilizar para la inversión.
- Dentro de este contexto, ¿dónde ubica a los feedlots?
- Es un elemento más. Vienen a darle continuidad en la oferta de hacienda gorda para faena en un régimen climático como el de la Patagonia, que hace que la producción sea estacional. El feedlot rompe esa única extracción en el año y hace que haya hacienda disponible durante todo el año. Es el camino, pero hay que empezar por la base, que es la vaca de cría, hablando de ganadería bovina. Tiene que ser eficiente, producir lo que el sistema permite como margen, y en eso me refiero no solo a los recursos naturales, sino también al conocimiento que hay para hacer ganadería en la Patagonia. Ese conocimiento está y hay que implementarlo para mejorar la eficiencia de extracción. Entonces, de ahí en adelante, el feedlot es una herramienta más.
- Hablemos de la barrera, ¿qué lectura hace de los movimientos de este año?
- Te puedo dar la impresión desde productor y ahora desde el rol que me toca. Como productor, fue una medida sorpresiva, inconsulta y que generó una incertidumbre tan grande que a muchos productores los perjudicó seriamente en la venta del ternero, que es el producto principal de la ganadería bovina de cría. A los productores que en marzo tenían que vender su ternero y salió esta resolución sorpresiva del gobierno nacional, los perjudicó porque estaban pensando en un producto con un valor de mercado y con una fluidez en su salida distinta. La medida generó un parate en la comercialización, una especulación de precios. No porque la hacienda valga menos antes o después de la medida, sino porque no hay un escenario claro del negocio que sigue después del ternero. Es lógico que los que compran terneros para hacer un novillo en 8 meses sean cautelosos en qué pagar. Eso generó mucha incertidumbre, mucha cautela, y esa cautela complicó los negocios en la extracción de ese ternero. Y acá, en Patagonia, nos corre el clima para sacar ese animal en marzo, sobre el fin de la veranada. Es decir, el productor que baja de los campos altos de la Cordillera, desteta y tiene que sacar ese ternero antes de que el destete vaya en detrimento de los kilos que tiene; eso complicó, y mucho.
- Y ahora, desde su nuevo rol…
- Sí, desde mi lugar de secretario, creo que hay que mantenerse muy en contacto con las autoridades nacionales. Hay que reflejar lo que implica la ganadería en Patagonia, que la ganadería es también soberanía nacional, que las superficies son muy grandes, que el productor está acostumbrado a estas condiciones, pero necesita claridad y mantener un estatus libre de aftosa sin vacunación, logrado hace 20 o 21 años, que costó mucho conseguir y que llevó al desarrollo de toda la cadena de valor.
- Ahora estamos en una especie de pausa, ¿no?
- Estamos en la segunda prórroga de la resolución inicial, a la espera de la respuesta de los mercados internacionales, que entendemos que es necesaria y hay que buscarla. Desde los gobiernos provinciales, creo que es nuestra misión buscar esas respuestas para que esta incertidumbre se disipe.
- La carne con hueso va a terminar pasando...
- La intención es hacer ingresar el asado con hueso. Hay que transmitir claridad en ese mensaje. Es una realidad que el mercado del Alto Valle es muy tentador para los que quieren colocar ese asado con hueso. Y hay que ser cautelosos al hablar de los valores de la carne en la góndola, porque el poder adquisitivo de Neuquén Capital también ha hecho que los precios traccionen al alza, y no necesariamente porque entre el asado significa que va a estar más barato. Tiene su proceso de logística, de envasado; es asado de animales más grandes, de novillos de exportación, que es un novillo más grande del que se está acostumbrado a comer acá. Así como entra la carne deshuesada, que abastece el 65% del consumo de la Patagonia, se viene a vender a valores de Patagonia, donde todo es más caro, no solo puntualmente la carne: es más caro un servicio, un alquiler, todo lo que hace a la economía familiar. La intención es que, entre el asado con hueso, pero lógicamente cuidando el estatus sanitario, que es lo fundamental en esto.
Pasemos a la fruticultura
- ¿Qué perspectiva le da al productor que está en la chacra?
- Creo que hay que identificar las situaciones de los diferentes actores involucrados en una cadena de valor que es grande y que tiene muchos eslabones. Considero que la fruticultura, bueno, fue lo que permitió también fundar este valle. Es una producción que hay que cuidarla, buscar todas las herramientas que permitan que el productor continúe haciendo lo que sabe, que es esa producción frutícola, pero también ir buscando los cuellos de botella de la actividad. Uno es la comercialización, otro son los mercados internacionales. Otro es la calidad de la fruta que se produce, y en esto entiendo que justamente ese es el rol que la provincia tiene que tener: acompañar para que el productor busque su mejor camino. También, pensar en los montes frutícolas que quizás están desactualizados, buscar el acompañamiento para que el productor se pueda reconvertir y pensar en otro sistema de producción que también sea una alternativa válida y que le permita reinventarse y buscar alternativas de negocio en su tierra. Eso creo que tiene que ser evaluado. Hay un área de fruticultura en la secretaría que trabaja en diferentes aspectos, y hoy las alternativas están; hay que pensar cómo utilizarlas y en qué contexto.
- Cuando dice que la fruticultura es una producción que hay que cuidarla, ¿qué implica ese cuidar?
- Es parte del ADN del valle. El valle, con toda la historia que tiene de la fruticultura, no puede quedar a la deriva. No considero que esté a la deriva, porque hay muchos establecimientos que están trabajando muy bien, pero sí hay que cuidar esa cultura de la fruticultura que está.
- Recién hablaba de reconversión y pensé inmediatamente en frutos secos, en alfalfa. ¿Cuál cree que es la mejor alternativa para reconvertir el valle?
- Creo que la mejor alternativa la va a saber elegir el productor, porque es quien decide qué hacer en su chacra. De ahí en adelante, alternativas hay muchas: desde lo que se está haciendo con maíz, alfalfa, frutos secos, en una tierra que es altamente productiva.
- Y estratégicamente, ¿por dónde le parece que tendría que ir esa reconversión?
- Seguramente aquel el producto que se genere y sea fácilmente utilizable e ingrese enseguida en los demás sistemas productivos. La producción de forraje tiene una salida inmediata, la producción de maíz tiene una salida inmediata. Considero que hoy, para pensar en otras alternativas, quizás estos son los caminos más rápidos a seguir.
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