Fernando Canosa: "Los ganaderos volvieron a tener esperanza"
El especialista aseguró que “Si se dan todos los cambios económicos que se esperan, la ganadería puede duplicar su producción y exportación”.
Fernando Canosa es un referente técnico de la ganadería, administrador de empresas agropecuarias en diferentes zonas del país y productor agropecuario. Es también director de la empresa Conocimiento Ganadero, desde donde analiza la situación de la ganadería en Argentina.
- La semana pasada se realizó la SIAL China con la participación de muchas empresas argentinas. Surge la pregunta si la producción de ganado es el futuro para la Argentina.
- Sí, a ver, yo creo que estamos en la situación ideal. No quiero pecar de demasiado optimista, pero estamos viviendo la situación soñada por muchos durante mucho tiempo. Todo depende de cómo se siga desenvolviendo esto, pero, digamos, el mundo necesita carne. Nos han sacado muchas restricciones, falta que saquen los derechos de exportación, pero obviamente todo no lo pueden hacer de un día para el otro. ¿No es cierto? Pero hay claramente un presente muy diferente para la ganadería, frente a lo que fue durante los últimos años. Durante el gobierno de Macri las carnes pasaron a tener una importancia diferente a lo que había sido antiguamente. Los que producimos carne no nos podemos quejar de ese gobierno. La mesa de las carnes fue un hallazgo, que posicionó a todas las carnes en un lugar que hasta ese momento no lo tenían.
- ¿Mejoró la performance del sector?
- Pasamos de exportar 200.000 toneladas a casi 900.000 toneladas. Pero vino el nuevo gobierno y no pudo hacer lo que se había hecho. Claramente el ganadero era un sector que había demostrado que generaba el ingreso de divisas. Gracias a todas las carnes que se exportaban. Y, bueno, no había que tocarlo en demasiado porque se caía la cantidad de dólares que entraban. Pero cortaron las exportaciones de algunos cortes y pusieron restricciones. Pero no fue como en el 2006 donde directamente nos cortaron las exportaciones. Entonces hoy el sector viene bien posicionado y, de alguna manera, preparado para poder abastecer la gran demanda que tiene el mundo.
- Internamente la ganadería estaría muy pujante, pero me parece que el sector exportador está con mucha competencia. China es el gran comprador de Sudamérica, pero habilita plantas frigoríficas a todos los países menos a la Argentina
- Esto tiene dos partes. Una es lo que ocurrió con el gobierno anterior donde manifiestamente rechazaba que se abrieran más frigoríficos a China porque era más demanda y complicaba cualquier tema de precios internos. Y ahora las primeras palabras de nuestro presidente con relación a China no fueron muy felices. Después la Canciller va manejando estas cuestiones. No muy lejos se va a lograr que nos habiliten los frigoríficos. Pero el secretario Vilella suspendió el viaje a China por algunas cuestiones de corrupción o de mala gestión del ministro de Agricultura de China.
- ¿Los chinos no son como los japoneses?
- No tiene nada que ver un japonés con un chino, son cosas totalmente diferentes. Yo tuve la oportunidad de estar en China y realmente me sorprendió lo pujante que es ese país, y con un régimen político totalmente diferente a lo que uno piensa. No paran de crecer. Pero parten de valores muy bajos… Y todos los años crecen y el equivalente a una Argentina pasa a ser clase media, lo cual no es poco. Eso es lo que genera la gran demanda.
- ¿A la SIAL de China fueron todos los frigoríficos para conseguir más compradores?
- Sí. China, obviamente es el país más importante del sudeste asiático. Pero creo que hay que focalizarse no solamente en China, sino en otros destinos. Hay que empezar a buscar clientes en Japón, Corea Singapur, y Malasia. Hay que trabajar sobre todo lo que tiene que ver con los aranceles, porque hay un mercado fenomenal para poder exportar y se puede exportar cortes de calidad. Las exportaciones no tienen que agotarse en China. China es un trampolín para todo el resto de Asia. Creo que eso es lo que está haciendo Uruguay.
- Si se da ese aumento de las exportaciones, ¿Hay posibilidades de ampliar la producción? ¿Cómo lo ve usted?
- Sí. La producción ganadera, y la producción de pastos fundamentalmente en la Argentina, se debe a la gran revolución que se hizo en la agricultura. O sea, donde se producen 2.000 kilos de soja, se podrían producir 400/ 500 kilos de carne a través del pasto. Lo que pasa es que no se le ha puesto a la ganadería toda la ciencia que se le puso a la agricultura. La ganadería, en realidad, es más un activo de resguardo de valor que un activo de producción. Creo que es uno de los problemas de la ganadería nuestra. Si realmente se dan todos los cambios económicos que se esperan, seguramente la ganadería puede, en muy corto tiempo, duplicar su producción de carne, y la exportación. Estoy bastante optimista porque a diferencia de lo que ocurrió hace 20 años atrás, donde todos los colegas se dedicaban a la agricultura. En este tiempo hubo un montón de gente joven que estuvo trabajando en el mejoramiento de la producción de carne. Los productores ganaderos tienen una gran esperanza.
- En la Patagonia es muy sensible el tema de la barrera sanitaria. ¿Usted tiene opinión formada sobre eso? Hay provincias como La Pampa que quieren ampliar un poco, pero también les complicaría por sus ventas hacia otras regiones del centro del país.
- Bueno, hay todo un tema que no se termina de definir en cuanto a lo oficial, a la política pública. Y con esto Argentina carga con un muerto en el placard. Se hizo en algún momento mucho ruido político cuando se levantó la vacunación. Y fue desastroso para el país, porque se tomó una determinación sin haber tenido un correlato de control de fronteras. Y volvimos a un estatus sanitario anterior al que teníamos cuando se levantaron las restricciones. Y eso nos significó perder más de 10 años para poder abrir de nuevo el mercado americano. Entonces, el miedo de los productores en la Argentina, es que se dejen de vacunar y vuelva a ocurrir lo mismo cuando se ocurrió en el 2001. Tiene que haber mucha seguridad en los organismos de control sanitario, concretamente el SENASA, como para que nos den garantías de que la apertura de los mercados no va a implicar de vuelta tener un país con aftosa. Eso creo que es lo más importante.
- Pero Brasil deja de vacunar, Paraguay está en el mismo camino. Es como que queda Argentina atrasada en cuanto al tema de vacunación...
- Es así. El hecho de que en Brasil se deje de vacunar, supongo que han hecho todos los estudios, y no hay movimiento viral. En Argentina no hay movimiento viral según lo que dicen los veterinarios que se dedican a esto. Pero bueno, hay que estar muy cautelosos por evitar repetir lo que ya pasó. Si nunca hubiéramos dejado de vacunar, seguramente hoy Argentina estaría siguiendo los pasos de Brasil. Pero en función de lo que ocurrió en aquel momento, somos todos muy cautelosos. La duda que uno tiene con todo esto de Brasil es la frontera con Venezuela, donde hay aftosa. Y ¿qué pasa el día que entre aftosa desde Venezuela a Brasil? Se supone que esto se habrá estudiado en Brasil. No es un tema menor. De todos modos, también hoy en día se pueden generar anillos cuando se produce algún brote de aftosa, y a partir de ahí se controla, y el país puede no perder su condición de libre. La gran duda es si nosotros tenemos la logística y la capacidad operativa para hacer ese tipo de cosas. Brasil empieza a transitar ese tema, seguramente Paraguay lo empiece a transitar; Uruguay todavía no ha dicho nada. Si empiezan a pasar los meses. pasa un año, y no hay ningún brote, seguramente Argentina comience también a prepararse. Quizás dejaremos de vacunar dos veces por año, y lo haremos solo una vez, pero vamos a estar mirando con cuatro ojos qué es lo que pasa en Brasil y en Paraguay.
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