Jabalíes y peste africana: qué aprendemos del brote en España para la situación en Argentina
¿Puede un jabalí silvestre colapsar la industria porcina de un país en días? España lo acaba de descubrir: dos casos mortales en Barcelona activan alarmas continentales y vetos millonarios.
En España, el mes de noviembre terminó con una noticia devastadora para su sector agroalimentario: la detección de peste porcina africana (PPA) en dos jabalíes muertos en Bellaterra, cerca del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona. Confirmados por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid), estos casos marcan el primer brote en el país desde noviembre de 1994 y encienden todas las luces de alerta.
La PPA, conocida como "Pepa" entre veterinarios, es un virus hemorrágico devastador que puede aniquilar el 100% de los cerdos en una granja en cuestión de días, con síntomas como fiebre, tos y hemorragias internas. No afecta a humanos –ni por contacto ni por consumo de carne–, pero su impacto económico es brutal.
Ante este escenario complejo, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) activó de inmediato el protocolo de emergencia de la Unión Europea (UE), clasificado como enfermedad de categoría A.
¿Qué significa esta declaración? Esto implica: delimitación de una zona infectada de 20 km alrededor del foco (afectando 39 explotaciones porcinas), prohibición de caza para evitar dispersión, eliminación controlada de cadáveres, refuerzo de bioseguridad en granjas y vigilancia intensiva en jabalíes silvestres.
"Una mala noticia, malísima”
El foco, en una zona urbanizada y boscosa con unos 30 ejemplares estimados, paralizó temporalmente las exportaciones de carne de cerdo desde España. Japón y México impusieron vetos totales; Reino Unido pausará todas las importaciones; y Corea del Sur y EE.UU. acotan el bloqueo a la región afectada. China, principal comprador (540.000 toneladas en 2024, por 1.100 millones de euros), limita el veto a Barcelona gracias a un protocolo de regionalización firmado el 12 de noviembre.
España, con 54 millones de cerdos sacrificados en 2024 (24% del total UE y tercero mundial tras China y EE.UU.), enfrenta un golpe directo: Cataluña cría el 23% del porcino nacional. El director general Emilio García Muro calificó el suceso como "una mala noticia, malísima", pero confía en una "actuación contundente y rápida" para contenerlo, dada la alta mortalidad del virus que facilita su detección.
Preguntas sin respuestas
Una de las primeras preguntas que se plantea es: ¿Cómo se llegó a esta situación? En este punto, la hipótesis oficial es que el virus entró vía residuos alimenticios, como un "sándwich de chorizo" descartado y devorado por jabalíes; el patógeno es resistente y persiste en carnes procesadas.
La PPA irrumpió en Europa en 2014 desde Rusia, afectando hoy a 13 países UE (Alemania, Polonia, Italia y otros). Bélgica y Suecia la erradicaron con controles estrictos en poblaciones silvestres, un modelo que España emula ahora.
El MAPA ha convocado al Comité de la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria (RASVE) y al sector porcino para extremar medidas: notificación obligatoria de sospechas y bioseguridad en transportes.
Superpoblación de jabalíes, el vector perfecto
Más allá de la explicación oficial, lo cierto es que el brote no es casual: los jabalíes (Sus scrofa), especie exótica invasora en muchos ecosistemas, son el principal reservorio silvestre de la PPA. En España, su población supera el millón de ejemplares en 2025, con proyecciones del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC) que advertían de un posible duplicado a dos millones este año si no se actuaba.
A pesar de cazar 400.000 al año, la tasa reproductiva (hasta 12 crías por hembra) y la ausencia de depredadores naturales impulsan su expansión. La pandemia de COVID-19 agravó el problema, reduciendo actividades humanas que limitaban su movilidad.
Y los impactos sistémicos son contundentes: devastan cultivos (pérdidas anuales en millones de euros), causan accidentes de tráfico y propagan zoonosis como tuberculosis. En Madrid, 124 municipios declararon emergencia en mayo de 2025 por superpoblación urbana, autorizando trampas y batidas en El Pardo. Cataluña registra 190.000 jabalíes; Galicia enfrenta juicios por inacción, con agricultores demandando a la Xunta por daños desde 2016.
Medidas como vallas en Alemania (2020) o pagos por captura en Valencia fallan sin un plan nacional: el MAPA urgió en 2024 a autonomías a censar y controlar, pero la fragmentación complica el esfuerzo.
Lecciones para Argentina: La plaga invasora que amenaza con la PPA
De este lado del Atlántico, Argentina vive un calvario similar con jabalíes introducidos en 1906, aunque sin el brote. Actualmente, están presentes en 16 de 24 provincias (70% del territorio) y fueron clasificados como especie exótica invasora desde mediados del siglo XX. Su dispersión cubre 60-70% del país, con avances hacia Chubut atacando pingüinos y tortugas.
Se estiman pérdidas de 907 y 1.380 millones de dólares anuales en cultivos, más riesgos de zoonosis (triquinosis, brucelosis) y accidentes viales. Como en España, el federalismo frena la acción: provincias como Córdoba regulan bien la caza, pero San Juan la prohíbe; Buenos Aires y Entre Ríos limitan cupos.
En este contexto, el veterinario Ignacio Celedón, experto en Inocuidad Agroalimentaria, aseguró en declaraciones a +P: "La clave del control. Caza sin límite todo el año, enfocada en hembras para 'apagar la fábrica' de crías".
Hoy, cazadores priorizan machos por trofeos, ignorando la reproducción femenina. Celedón opinó que urgía un plan nacional: marco legal para cazadores (con o sin perros), coordinación con productores y uso de trampas (que cuestan desde US$1.500 a US$3.000).
"Es inacción mutua: productores esperan al gobierno, y viceversa", criticó. Y mientras tanto, en Bariloche, jabalíes irrumpen en el Llao Llao; en Luis Beltrán (Río Negro), deambulan por calles sin atención.
La indiferencia política persiste: "Cambiará cuando un político importante sufra un accidente o la PPA llegue", advertía Celedón. Argentina, libre de PPA, clásica y toxoplasmosis porcina, no puede ignorar el aviso español: jabalíes desplazados por escasez buscan agua y alimento, expandiéndose sin freno.
Recomendaciones transfronterizas
En aquella charla, Celedón proponía: caza ilimitada 365 días, priorizando hembras; trampas masivas; y participación de guardaparques en reservas. En España, el énfasis en vigilancia silvestre (guía MAPA para cadáveres) y bioseguridad podría inspirar un RASVE argentino.
Globalmente, la crisis exige datos: censos reales, no estimaciones. Sin acción, la PPA –endémica en África subsahariana– podría atravesar fronteras vía jabalíes, colapsando industrias porcinas valoradas en miles de millones.
Argentina y España comparten el dilema: una plaga adaptable que devora economías y ecosistemas. ¿Cuánto tardaremos en aprender? El reloj biológico –y económico– corre.
Fuente: El País, MAPA, agencias con aportes de +P
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