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La sorprendente cantidad de novillos que equivalen al precio de una camioneta 0 km

La cantidad de novillos necesarias para adquirir una camioneta permite comprender cómo se mueve la economía en términos reales para el ganadero.

En julio de 2025, adquirir una camioneta 0 kilómetro en Argentina se ha convertido en una decisión económica de peso, sobre todo para quienes desarrollan su actividad en el sector agropecuario. En un contexto de inflación persistente, volatilidad cambiaria y precios dolarizados, los productores ganaderos vuelven a recurrir a una fórmula clásica para medir su poder adquisitivo: calcular cuántos kilos de hacienda se necesitan para comprar un vehículo.

La tradicional relación entre el valor de una pick up —herramienta esencial en el campo— y la cantidad de kilos de novillo o cabezas de terneros necesarias para adquirirla permite comprender de manera directa cómo se mueve la economía en términos reales para el productor agropecuario.

Según el más reciente informe de valor relativo elaborado por el mercado ganadero Rosgan, una camioneta mediana de alta gama como la Toyota Hilux SRX 4x4 tiene un precio aproximado de 65.000 dólares. Al tipo de cambio libre vigente en el mercado —que ronda los 1.300 pesos por dólar— el valor en moneda local asciende a 85 millones de pesos. La pregunta inevitable es: ¿Cuánta hacienda debe vender un productor para hacerse con una de estas unidades?

Novillos y camionetas: una relación que se mantiene

Partiendo de un valor promedio de 1.910 pesos por kilo vivo de novillo, se necesitan aproximadamente 44.500 kilos de novillo para alcanzar el precio de la camioneta. Esta cifra equivale a unas 152 cabezas de novillo de 300 kilos cada una. Si bien la relación puede variar ligeramente mes a mes por cambios en los precios de la carne o el tipo de cambio, se ha mantenido relativamente estable durante los últimos meses, lo que refleja cierta consistencia entre ambos mercados.

Ganadería versus Toyota

Para quienes trabajan diariamente con la ganadería, estas equivalencias no son un dato menor. Más allá de las cifras abstractas en pesos o dólares, la traducción al lenguaje de la hacienda brinda una perspectiva tangible del esfuerzo económico que implica renovar el vehículo de trabajo.

La situación se vuelve aún más exigente si el productor decide financiar la compra de la camioneta mediante la venta de terneros. En este caso, con un precio promedio de 2.100 pesos por kilo para terneros, se requerirían 40.500 kilos, lo que equivale a cerca de 202 terneros de 200 kilos cada uno.

La diferencia es significativa. Mientras que con novillos terminados se necesitan alrededor de 150 cabezas, en el caso de los terneros la cuenta se dispara por encima de las 200, lo cual evidencia que vender animales más livianos implica un mayor sacrificio patrimonial. Además, el ternero representa, muchas veces, la base de la reposición o el inicio del ciclo productivo, por lo que su venta masiva también puede tener consecuencias a largo plazo en la estructura de la explotación.

Un indicador entre mercados dispares

La relación camioneta-hacienda no solo ilustra el poder adquisitivo del productor, sino que también permite vislumbrar la interacción entre dos mercados con lógicas muy distintas. El automotor, altamente dolarizado y sensible a la inflación, responde en general a factores como el precio internacional del dólar, los impuestos internos y los costos logísticos. Por su parte, el mercado ganadero se rige por las condiciones climáticas, la oferta y la demanda local e internacional, los márgenes de exportación y los costos productivos.

Ganadería versus Toyota 1

A pesar de que la relación se ha mantenido estable en el corto plazo, el cálculo está lejos de ser fijo. Variaciones en el tipo de cambio, caídas o subas en la cotización internacional de la carne, restricciones a la exportación o cambios en los costos de alimentación pueden modificar significativamente esta ecuación.

Para muchos productores, la comparación entre una camioneta y la hacienda no es solo una curiosidad estadística, sino una herramienta real para tomar decisiones de inversión. En un entorno económico volátil, donde el acceso al crédito es limitado y las proyecciones son inciertas, muchos se preguntan: ¿conviene renovar el vehículo ahora o postergar la compra y destinar los recursos a recría o engorde?

La respuesta depende de múltiples factores, entre ellos la estrategia de cada establecimiento, la situación climática, las expectativas de mercado y la necesidad operativa. Sin embargo, el cálculo sigue siendo el mismo: una camioneta, en términos de hacienda, sigue representando un esfuerzo significativo.

Con precios firmes y una demanda sostenida, algunos pueden encontrar una ventana de oportunidad. Otros, en cambio, optan por conservar capital en animales vivos, apostando a una mejora de precios o a una devaluación que mejore la ecuación. En cualquiera de los casos, la relación entre fierros y carne sigue siendo una brújula fundamental en las decisiones del productor argentino.

Fuente: Rosgan con aportes de la Redacción +P.

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