El secreto de El Bolsón: ¿Quién fue Otto Tipp y por qué fundó una 'República' en Patagonia?
¿Un pionero alemán fundó una república por el auge de la cerveza artesanal? La épica historia de Otto Tipp, el hombre que introdujo el lúpulo en El Bolsón en 1904.
El Bolsón, actualmente reconocida como la Capital Nacional del Lúpulo, tiene sus raíces cerveceras ligadas a un personaje de leyenda: Otto Tipp. Este inmigrante alemán arribó a la región, proveniente de Chile, y se estableció a principios del siglo XX en el área que se conoció como el “Barrio Chino”, uno de los primeros asentamientos permanentes de la población.
Tipp fue fundamental para el desarrollo agrícola y productivo de la Comarca Andina. Trajo de Chile consigo los rizomas para cultivar el lúpulo (Humulus lupulus). Esta planta, esencial para el sabor de la cerveza, se adaptó de manera excepcional al valle patagónico, beneficiado por un microclima ideal en cuanto a régimen de lluvia, suelo y protección de los vientos.
En el año 1904, Otto Tipp se convirtió en el primer poblador de El Bolsón en comenzar a elaborar cerveza. Realizaba todo el proceso de fabricación por medios propios. Inicialmente, el lúpulo crecía de forma casi ornamental, utilizándose de alambrados y glorietas. Cerca de 1914, Tipp formalizó su emprendimiento abriendo una pequeña fábrica de cerveza, a la que a veces se hacía referencia como "La Chilenita".
La bandera blanca y los festines de 3 días
El proceso de elaboración de Tipp se convirtió en el eje de la vida social de la incipiente comunidad. Para anunciar que el stock de cerveza estaba listo para el consumo, el alemán empleaba un distintivo método: izaba una bandera blanca en un mástil que era visible a la distancia. Al ver esta señal, los lugareños sabían que podían acercarse.
Los relatos de la época, impregnados de folclore local, sostienen que las fiestas en lo de Otto Tipp podían durar hasta tres días. Durante estas largas reuniones cerveceras, se practicaban juegos típicos de la época como las "topeaduras" o los "chanchazos". Además de la bebida, Tipp amenizaba tocando el órgano y entonando canciones en su idioma natal.
"Cuenta la leyenda que fue el primer promotor del cultivo de lúpulo en la región. Otto cosechaba, fermentaba y cuando todo estaba listo izaba una bandera blanca en un desvencijado mástil. Rápidamente, se acercaban los vecinos, que no eran muchos ni tan vecinos, y pasaban días enteros en la taberna de los Tipp", cuenta Mariana D'Angelo en sus "Crónicas del Bolsón".
Del festín a la "República de El Bolsón"
La falta de una identidad definida entre los pobladores y el sentimiento de desamparo ante problemas de límites y ocupación de tierras, generó un clima de tensión y búsqueda de autoridad. Los habitantes de la zona, que no tenían conexión alguna con el Gobierno central, buscaban figuras a las cuales obedecer y establecer reglas de convivencia.
Fue durante una de estas tertulias regadas con cerveza que, en el año 1917, Otto Tipp fue declarado simbólicamente "presidente de la república de El Bolsón". Tras su "elección," Tipp procedió a nombrar su propio gabinete para los autodenominados "ciudadanos bolsonenses". Un ejemplo recordado es el nombramiento de Pascual Sabalsa, un inmigrante vasco dedicado a la ganadería ovina en la zona de Ñorquinco, como ministro de Hacienda.
Sin embargo, esta "aventura" secesionista fue tan breve como las celebraciones que la propiciaron. Las noticias, a pesar del aislamiento, alertaron a las autoridades nacionales. Al llegar la policía a la zona, de la supuesta "República de El Bolsón" solo perduraba el recuerdo.
“Esto sólo duró unos días, se supone que para todos los participantes esta situación fue sólo una broma de amigos motivada por la soledad y el exceso de cerveza, tanta que no se pudo determinar la fecha exacta en la que sucedió”, aseguró Olga Roselli, profesora de Historia, en declaraciones a medios locales.
El legado perdurable y el destino incierto
Poco tiempo después de estos acontecimientos, alrededor de 1920, Tipp vendió sus tierras. Los terrenos fueron adquiridos por la familia de Antonio Merino, quienes posteriormente construirían allí un molino harinero que comenzó a operar cerca de 1926. La casona levantada por la familia Merino en ese sitio aún sigue en pie.
Se dice que Otto Tipp regresó a Chile. Su final es incierto, ya que nunca más se supo de él. Su figura, aunque envuelta en el misterio de su desaparición, cimentó la base para la cultura cervecera artesanal y el cultivo de lúpulo que definen a El Bolsón en la actualidad. La historia de Tipp no es solo una anécdota pintoresca, sino un recordatorio del espíritu pionero y la centralidad de la cerveza en la formación social de la Comarca Andina.
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