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Las claves de 2025 para el auge del vino de Argentina

Dolores Lavaque Velasco, fundadora y directora de la reconocida Consultora STG desde 2001, hace una breve reseña y caracterización de los recientes desafíos, éxitos y problemas de la industria vitivinícola argentina.

En época de balances, el 2024 se revela como un año de transición y ajustes para el sector vitivinícola argentino, marcado por la consolidación de tendencias clave como la premiumización del consumo, la diversificación hacia vinos innovadores y la exploración de mercados alternativos.

En el mercado interno, los consumidores mostraron una clara inclinación hacia productos de mayor calidad, aunque en menores volúmenes, impulsando el crecimiento del segmento premium. Paralelamente, la inflación y las restricciones económicas llevaron a las bodegas a fortalecer estrategias omnicanales, con un notable protagonismo de la venta directa.

Los vinos blancos y rosados ganaron popularidad, acompañados por el auge de opciones alternativas como los vinos naturales o naranjos. La categoría de vinos desalcoholizados o de baja graduación alcohólica, recientemente regulada bajo la Ley General de Vinos, también comenzó a posicionarse. Aunque su aceptación cultural sigue siendo un desafío en el mercado interno, despertó mayor interés en mercados externos, especialmente en países donde el bienestar y el consumo responsable son tendencias consolidadas, como Estados Unidos y Reino Unido.

La mirada hacia afuera

En el plano internacional, las bodegas argentinas reforzaron su posicionamiento a través de propuestas que destacan micro terroirs y prácticas sustentables, obteniendo una recepción favorable en mercados premium. Sin embargo, la presión competitiva de países como Chile y Sudáfrica subrayó la importancia de diseñar estrategias que combinen calidad, innovación y competitividad en precios.

La diversificación hacia mercados no tradicionales, como Asia y América Latina, se afianzó como una apuesta estratégica, con mercados emergentes como India, mostrando un potencial significativo para los próximos años.

Perspectivas de un panorama mixto

En el ámbito interno, una recuperación económica podría impulsar un repunte moderado en el consumo, especialmente en los segmentos de vinos premium y opciones dirigidas a públicos jóvenes, siempre que los costos inflacionarios no continúen restringiendo el acceso.

En el mercado externo, las bodegas deberán enfrentarse a una alta competencia en mercados clave, mientras diversifican destinos y consolidan su narrativa de sostenibilidad, un valor cada vez más apreciado por consumidores conscientes.

En este contexto, la innovación tecnológica, la adopción de prácticas sustentables y el fortalecimiento de los canales digitales serán pilares fundamentales para que el sector supere los desafíos actuales y capitalice las oportunidades que el 2025 tiene por delante.

Fuente: Dolores Lavaque Velasco para Enolife

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