Los vestigios de una histórica sidrera que se convirtió en museo
La perla del Alto Valle, como se le dice a la localidad rionegrina de Villa Regina, es testigo próspero de la producción frutícola y vitivinícola. Parte de ese patrimonio histórico se rescata en el Museo de la Sidra y el Vino, donde los recuerdos de La sidrera La Reginense reviven para el turismo.
La llegada de los inmigrantes italianos y españoles a los valles de Río Negro y Neuquén, marcó el desarrollo de la fruticultura en la región. La localidad de Villa Regina, llamada así en honor a la esposa de Marcelo T. de Alvear, la cantante lírica Regina Pacini, vio nacer a La Reginense, una de las sidreras más emblemáticas de la región.
La formación de cooperativas de trabajo era, por ese entonces, una de las formas más usuales para la constitución de emprendimientos productivos relacionados con la fruticultura. En este sentido, La Reginense fue una de las tantas cooperativas que se formó durante el auge de la producción de peras y manzanas.
Registrada como Cooperativa Vitivinícola, Frutícola y Hortícola Colonia Regina Limitada, se fundó un 13 de diciembre de 1929, cinco años después de la fundación de Villa Regina que sucedió un 7 de noviembre de 1924.
La Reginense obtuvo su Personería Jurídica en septiembre de 1930 y, desde entonces, se convirtió en un símbolo del esplendor de La Perla del Valle; mientras su sidra, estuvo presente en la mesa de gran parte de los argentinos a la hora de brindar. Hoy, a casi tres años de su cierre definitivo, la casa que albergó este sueño se convirtió en un museo dedicado a contar la historia de la producción de sidra y de vino.
Por la ruta del vino
El proyecto del Museo de la Sidra y el Vino se inició en 2017, por un acuerdo firmado por el municipio de Villa Regina, el Gobierno de Río Negro, la sidrera y la Secretaría de Turismo de la Nación. Diez años antes, en el 2007, el edificio de La Reginense había sido declarado Monumento Histórico Municipal.
El plan inicial consistía en que el sitio forme parte de la llamada Ruta del Vino, como un punto que incluiría un sector de producción y comercialización de productos propios y de otras bodegas, además de un área de emprendedores vinculados a la producción de vinos, sidras y productos derivados de la fruticultura y otros sectores con investigación enfocada al mejoramiento de la producción.
El Museo de la Sidra y el Vino fue la primera etapa del proyecto denominado “La Reginense 100 Años” que fue declarado de Interés por el Congreso Nacional como “una propuesta integral, que no solo apunta a la construcción del museo, sino a revalorizar toda el área que rodea la infraestructura edilicia de La Reginense, ubicada a pocos metros de la zona céntrica de la ciudad” rezaba el proyecto.
La idea también tenía como objetivo reconvertir y reactivar productivamente a la cooperativa en cuestión, algo que finalmente no fue posible. Entre idas y vueltas, la obra del museo histórico finalizó en agosto del 2023 y dos meses después abrió al público. Desde entonces, forma parte de los Caminos del Vino de Río Negro, una de las principales atracciones de la zona en la que se entrecruzan 12 bodegas turísticas junto a los ríos y frutales.
Un presente histórico
En diálogo con +p, María Lujan Musso, Directora de Turismo y Cultura del municipio de Villa Regina, afirma que el museo actualmente se encuentra en una etapa de restructuración y que en unos meses volverá a reabrir sus puertas. Esperan que eso suceda para el aniversario de Villa Regina que es en noviembre.
El museo “está ubicado en una calle muy principal que es Los Nogales, a 100 metros de la meseta sobre la Ruta 22”, dijo y agregó: “estamos muy próximos a cumplir 100 años de la ciudad” y este lugar “tiene que ver con la identidad de la localidad”. También aseguró que “La Reginense, fue la madre de todas las sidreras que formaron parte del Alto Valle” y que el museo pretende “visibilizar el trabajo de los obreros y las diferentes sidreras que forman parte de la localidad”.
Por otra parte, la funcionaria detalló que en el edificio de la ex sidrera, actualmente funciona un galpón de empaque, comandado por una cooperativa de mujeres que trabajan en el lugar desde hace muchos años. La parte que se convirtió en museo es donde se encontraba el estacionamiento, que hoy brilla con su fachada histórica recuperada.
En el guiado también se pone en valor el trabajo del cooperativismo como forma de asociación y la producción actual de sidra, que hoy llevan a cabo cerca de cinco pymes en Villa Regina.
El museo también cuenta con una muestra de botellas históricas y la exhibición de herramientas y distintos elementos que formaron parte de La Reginense y de la producción frutícola del Alto Valle, algunos donados por vecinos. Todos vestigios de la época dorada de la fruticultura en la región, que hoy busca reconvertirse para no desaparecer.
Fotos: gentileza: prensa Villa Regina y Estela Irigoyen.
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