UE: Inventan lenguas y narices electrónicas para recuperar variedades olvidadas
Un proyecto binacional de España y Portugal, financiado por la Unión Europea (UE), ha desarrollado una tecnología novedosa para reconocer las diferencias entre variedades tradicionales de vid y otras minoritarias que se creían desaparecidas.
Salió a luz esta semana. Novedosas técnicas de análisis basadas en nanosensores de narices y lenguas electrónicas permitirán identificar variedades minoritarias de vid en la zona de La Raya, entre Castilla y León y Portugal, dentro de un proyecto transfronterizo financiado por la Unión Europea (UE) y que se desarrollará hasta el 2026.
El objetivo es preservar el patrimonio vitivinícola de Castilla y León es desde hace años uno de los ejes prioritarios del trabajo que el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl), organismo dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de esa región, desarrolla dentro de su área de Viticultura y Enología.
En este contexto, se han llevado a cabo con éxito algunos proyectos de investigación destinados a la recuperación de variedades minoritarias de vid en Castilla y León, que han derivado en el reconocimiento de variedades ya casi extintas de las que se han obtenido vinos reconocidos por la crítica nacional e internacional.
Un proyecto y 21 variedades
En este contexto, nació «Minorsens: valorización y caracterización de variedades minoritarias de vid por métodos clásicos y nuevas tecnologías en el espacio transfronterizo», un proyecto multidisciplinario que reúne a universidades, centros de investigación, consejos reguladores y asociaciones de productores de Castilla y León (León, Zamora, Salamanca, Ávila y Valladolid) y Norte de Portugal (Tras os Montes), con un objetivo común: recuperar y poner en valor variedades minoritarias de vid de esta región transfronteriza.
Se trata de variedades de alto interés vitivinícola por las características de sus uvas, que muestran unos valores equilibrados de concentración de azúcares y ácidos orgánicos al final de su proceso de maduración. Esto permite obtener vinos con niveles de alcohol moderados con buena acidez y equilibrio en los parámetros de madurez fenólica.
Hasta el momento, con las narices y lenguas electrónicas se han identificado 21 variedades:
-14 tintas: Tinta gorda, Bastardo, Cornifesto, Marufo, Tinto Cao, Rufete, Jaen, Estaladiña, Merenzao, Bruñal, Tinto Jeromo, Mandón, Piñonera y Cenicienta.
- 6 blancas: Bical, Samarrinho, Boal, Puesta en Cruz, Bastardo Branco y Rufete Serrano Blanco.
- 1 rosa: Verdejo Colorao.
Fuente: Enolife
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