Centenario

¿Cuáles son los sueños cumplidos de Mónica Zapata en Centenario?

En la chacra número 3 de Centenario, al límite con Vista Alegre Sur, es posible verla recorrer la huerta y entre los animales.

Estamos “muy cerquita de Costa de Reyes y muy cerquita del río Neuquén”, detalla Mónica Zapata. “Somos productores y agricultores de verduras agroecológicas y cuando la temporada es propicia también tenemos fruta”, cuenta.

Se la puede ver recolectando las verduras en una canasta, o entre los animales, disfrutando su vida. Para ella, el desarrollo es “no solamente un progreso económico, sino como algo más integral donde se tiene en cuenta otras cosas como el buen vivir, el bienestar familiar…”, afirma.

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En el límite entre Centenario y Vista Alegre se la ve recorriendo la huerta.

En el límite entre Centenario y Vista Alegre se la ve recorriendo la huerta.

Su mayor desafío fue animarse a cambiar, “de hacer una producción convencional como la que veníamos haciendo años anteriores, a hacer un cambio radical que fue empezar a producir agroecológico, animarse al desafío que era nuevo y que no sabíamos si íbamos a poder sostener a la familia. Esos desafíos que hemos superado nos han dado la fortaleza para seguir animándonos en otros nuevos desafíos que se nos van presentando año tras año”, asegura.

Mónica reflexiona: “hemos tenido en algunos momentos lo que otros considerarían pérdidas dentro de lo que es la producción, pero para nosotros por la forma de trabajo que tenemos y la forma de pensar ya eso no lo tomamos como una pérdida sino como tenemos otra forma de sentir sobre lo que es pérdida. Si un cultivo no lo puedo cosechar porque, por ejemplo, tiene una plaga, bueno, eso pasa al corral porque sirve de alimento para los animales y de esa forma vuelve a la tierra y no se pierde”.

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Mónica apostó por la producción agroecológica. 

Mónica apostó por la producción agroecológica.

Buen vivir

Está plena y satisfecha con lo que hace. “Lo que más me gusta de mi trabajo es el buen vivir, con él pudimos darle tranquilidad a la familia a través de este emprendimiento; tenemos cuatro hijos”, cuenta.

También asegura que le gusta "poder descansar y poder tener en mi mesa un plato con alimentos producidos por nosotros mismos. Me gusta estar rodeada de la naturaleza, toda la vida fue un objetivo, lo hemos logrado y lo seguiremos sosteniendo".

Su mensaje a otras mujeres rurales es “que se animen a emprender; en el campo hay infinitas posibilidades para que puedan desarrollarse y más allá de que también es un crecimiento personal, pueden encontrar la posibilidad de entregarle a la comunidad que las rodea lo que ellas mismas producen”.

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