El Gobierno eliminó las retenciones a los granos hasta el 31 de octubre: busca frenar la corrida cambiaria
La Casa Rosada anunció que suspenderá el cobro de retenciones a las exportaciones agrícolas durante un mes con el objetivo de incentivar la liquidación de divisas.
El Gobierno nacional anunció este lunes que hasta el próximo 31 de octubre no se cobrarán retenciones a las exportaciones de granos. La decisión fue comunicada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa, y tiene como objetivo “generar una mayor oferta de dólares durante este período crítico para la economía”.
La medida llega en medio de una fuerte presión cambiaria que llevó la cotización oficial del dólar a los $1515 la semana pasada, con una pérdida de casi 1000 millones de dólares en las reservas del Banco Central. Frente a este escenario, el Ejecutivo busca incentivar a los productores a liquidar sus exportaciones, brindando un alivio temporal en el esquema impositivo del sector agropecuario. La medida alcanza a todos los cereales y las oleaginosas.
Adorni fue tajante en su mensaje político. En su cuenta de la red social X escribió: “La vieja política busca generar incertidumbre para boicotear el programa de gobierno. Al hacerlo, castigan a los argentinos: no lo vamos a permitir”. El mensaje apunta a quienes, desde el oficialismo, interpretan que existen sectores interesados en agravar la corrida cambiaria a un mes de las elecciones presidenciales.
No obstante, analistas advierten que la efectividad de la medida dependerá de la reacción del campo. Si los operadores agrícolas creen que el dólar sufrirá una nueva devaluación en el corto plazo, la eliminación de retenciones podría no ser suficiente para inducir la liquidación de granos. En cambio, si el Gobierno logra transmitir señales claras de control y estabilidad cambiaria, se abriría una ventana de oportunidad para que el sector agroexportador se vuelque a vender.
Stock disponible
La decisión es leída en clave electoral: a pocas semanas de los comicios, el Ejecutivo busca fortalecer sus reservas y contener la volatilidad financiera que golpea al mercado. Con la economía en tensión y el campo en el centro de la escena, el desenlace de esta estrategia dependerá de la confianza que logre generar el Gobierno en los próximos días.
Según estimaciones del sector, el stock disponible en granos tiene un valor aproximado de US$ 10.000 millones. El gobierno busca que buena parte de esos granos guardados por los productores en las próximas seis semanas.
"Apoyamos toda medida que implique eliminar las retenciones aunque sean temporales. Falta ver los detalles de la forma de operar y cuando se hará operativo", expresó el presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idigoras.
Consultado por Infobae respecto al impacto que puede llegar a tener el anuncio, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, apenas pudo hacer estimaciones preliminares. “No hay números exactos, pero los diarios hablaban de 10 millones de tonelada de soja. Habría que sentarse ahora y analizar cómo pega esto y de qué dinero se está pensando”, comentó. “Estoy sorprendido con la medida, no saqué cuentas. Pero pedí desde La Rural me tengan al tanto”, agregó.
A continuación el decreto correspondiente publicado hoy en el boletín oficial.
Tensión financiera
Durante la última semana, los mercados financieros argentinos atravesaron un período de marcada volatilidad, con fuertes presiones cambiarias y señales de desconfianza en los activos locales. Los dólares alternativos escalaron hasta valores cercanos a los $1.600, mientras que el tipo de cambio mayorista alcanzó el techo de la banda de flotación. Esta dinámica obligó al Banco Central a realizar ventas de reservas con el objetivo de frenar el avance, en un contexto en el que la demanda de cobertura se intensificó frente a la incertidumbre económica.
Inversores y ahorristas buscaron refugio ante las dudas sobre la capacidad de reacción del Gobierno, en un escenario de reservas debilitadas y tensiones crecientes en el mercado cambiario. Como consecuencia, el riesgo país trepó por encima de los 1.500 puntos, el nivel más alto del último año, reflejando la desconfianza de los acreedores internacionales y la dificultad de acceder a financiamiento externo.
La inestabilidad también impactó en acciones y bonos, con caídas que reforzaron la falta de liquidez y profundizaron el clima de incertidumbre. Este cuadro forzó a los funcionarios económicos a intensificar su intervención en el mercado, en medio de crecientes expectativas sobre la necesidad de nuevas medidas que contengan la brecha cambiaria y limiten el traslado a la inflación.
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