En pleno ajuste, INTA Bariloche cumple 68 años
El 4 de diciembre, el INTA Bariloche cumple más de 60 años aportando al desarrollo rural de la región.
Por estos días y en medio de una compleja situación interna, el INTA Bariloche está de aniversario. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria se estableció en la ciudad rionegrina en el año 1962. Tres años después, en 1965, esa primera oficina se convertiría en la Estación Experimental Agropecuaria Bariloche.
A partir de allí, la presencia del INTA Bariloche en el territorio se fue ampliando tanto en Río Negro como en Neuquén, abriendo ocho oficinas de extensión. Durante esos años el INTA, a través de la investigación en los principales sistemas productivos, el desarrollo de tecnologías y la asistencia técnica a los productores, fue llegando a cada rincón de la Patagonia Norte.
Desde 2018, su fuerte articulación con el Conicet le permitió constituir el Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias Bariloche (IFAB) dependiente del INTA y CONICET.
Su misión es impulsar la innovación productiva y contribuir al desarrollo sostenible de los Sistemas Socio Ecológicos para que complementen y contribuyan a la mejora de la competitividad de las cadenas de valor regional en el área de influencia que incluye más de 17 millones de hectáreas abarcando gran parte de las provincias de Neuquén y Río Negro.
A través de la investigación, la extensión, la vinculación tecnológica, el relacionamiento institucional y la comunicación, se trabaja codo a codo con y para la gente, productores, familias rurales, comunidades, cooperativas, emprendedores, pymes, quienes producen, procesan, agregan valor y comercializan sus productos. Todo ello impulsando el desarrollo regional y aportando a la competitividad, a la inclusión, equidad y cuidado del ambiente.
Los destacados
A lo largo de estas seis décadas, el INTA imprimió una huella imborrable en el agro argentino. Entre sus logros más destacados se encuentran el desarrollo de más de 970 variedades vegetales inscriptas en el INASE que incluyen aromáticas, cereales, forrajeras, forestales, industriales, hortícolas, frutales, legumbres, oleaginosas y ornamentales son el resultado de programas y de proyectos de investigación.
Las obtenciones incluyen desde cultivos tradicionales hasta aquellos con alto valor agregado como la primera variedad de algodón con fibras extralargas, el arroz de alta calidad Anguirú INTA y la avena Bonaerense INTA sin gluten. Asimismo, se desarrollaron variedades ornamentales a partir de recursos genéticos nativos, como Mecardonia, Oxpetalum, Begonia y Calibrachoa, que se comercializan en Japón, los Estados Unidos y países de Europa.
En el ámbito de la biotecnología y la genética, el INTA logró avances significativos en el desarrollo de cultivos más resistentes y productivos. El descubrimiento de enzimas clave para la germinación de las semillas, la secuenciación del genoma de la chicharrita del maíz, el desarrollo de semillas de trigo con granos más grandes, son ejemplos de esta labor.
En cuanto a la salud animal, solo en el último año, el INTA desarrolló vacunas y mejoró las prácticas de manejo para garantizar la salud y el bienestar animal, lo que se traduce en productos de mayor calidad y seguridad alimentaria. Como el desarrollo de un test para el diagnóstico rápido de la tristeza bovina, la primera cepa vacunal contra la Leucosis bovina o la cepa argentina modificada contra el herpesvirus que ahora, gracias a un convenio de vinculación tecnológica, será transferida a la empresa Tecnovax SA. Todos desarrollos que permiten mejorar la salud y el bienestar de los animales, aumentar la productividad de los sistemas de producción y facilitar el comercio internacional de productos ganaderos.
La coyuntura
El aniversario se da en el marco de una suerte de replanteo estructural del organismo. El vocero presidencial, Manuel Adorni, lo expresó de este modo: “Hoy la participación privada en las investigaciones es inferior al 10% y el objetivo es que aumente al 30% para 2027. El plan de modernización incluye la venta de edificios y tierras subutilizadas como el inmueble en Cerviño; este edificio está valuado en US$6 millones como precio base, cuenta con más de 3100 metros cuadrados de superficie cubierta para apenas 140 empleados. Además del malgasto de recursos, la propiedad presenta grandes irregularidades, como la construcción de una estructura por fuera de la disposición original”.
"En lo que respecta al INTA Bariloche, este plan significa la pérdida de capacidad operativa del laboratorio de sanidad animal, el vaciamiento de las Agencias de Extensión Rural que brindan asistencia técnica en diferentes localidades de las provincias de Río Negro y Neuquén, la perdida de personal en los Campos Anexos de INTA (Pilcaniyeu y El Bolsón) en donde se realizan ensayos, investigaciones y extensión, la pérdida de secretarias de áreas y de agencias, además de personal en formación (becarios) y personal altamente calificado como investigadoras en ciencias sociales, teledetección, comunicación, economía, entre otras", afirma el INTA Bariloche a través de un comunicado.
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