Polémica por la reforma del INTA: el gremio advierte sobre graves retrocesos
El Gobierno impulsa una reforma que elimina la autarquía del INTA y lo subordina a Agricultura. Desde el gremio denuncian que se debilita su independencia.
La Asociación del Personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (APINTA) emitió hoy una fuerte advertencia sobre las consecuencias de la reforma estructural que el Gobierno Nacional impulsa para el INTA. Según denunció el gremio, la pérdida de la autarquía del organismo pone en jaque su histórica independencia científica, su rol estratégico en el territorio y su capacidad para desarrollar políticas tecnológicas al servicio del agro argentino.
El eje central de la reforma es la transformación del INTA en un organismo desconcentrado, que pasaría a estar bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, dependiente del Ministerio de Economía. Esto significaría, en términos legales y administrativos, la eliminación de su carácter autárquico, una condición que le permitió durante casi 70 años definir sus prioridades técnicas con relativa independencia de las agendas políticas de turno.
Desde APINTA consideran que esta decisión representa “un grave retroceso institucional”, no sólo por lo que implica en materia de autonomía, sino también porque puede impactar directamente en la calidad de la investigación científica, en la transferencia tecnológica y en el vínculo del INTA con las comunidades rurales de todo el país.
Uno de los aspectos más cuestionados por los trabajadores es la supuesta “sobredimensión” de la estructura descentralizada del INTA, mencionada como argumento en el decreto oficial. Para el gremio, esta caracterización es engañosa y desconoce el valor estratégico de la red de Estaciones Experimentales, Agencias de Extensión Rural y centros de investigación diseminados en las distintas regiones del país.
“El gobierno omite reconocer que esa red territorial es precisamente la que permite al INTA llegar a miles de productores en todo el país, acompañar procesos de innovación, y generar conocimiento adaptado a cada región”, señala el comunicado difundido por APINTA. La posible eliminación o debilitamiento de estas estructuras locales podría afectar gravemente la asistencia técnica al pequeño y mediano productor, así como frenar procesos clave de desarrollo rural.
Recorte encubierto para el INTA
Otro punto de fuerte crítica es la eliminación de los Consejos Asesores locales, regionales y nacionales, órganos que garantizaban la participación plural de actores del sistema agropecuario en la toma de decisiones del INTA. Para APINTA, esta medida atenta contra la transparencia y abre la puerta a una mayor concentración de poder político en la gestión del organismo.
Además, el gremio ve en esta reforma un posible ajuste encubierto sobre el personal técnico y profesional. La alusión a “excesos jerárquicos” y la propuesta de una estructura más “eficiente” parecen encaminarse hacia una reducción de cargos que afectaría directamente la capacidad operativa del instituto. Los trabajadores alertan que esto pondría en riesgo proyectos estratégicos relacionados con la soberanía alimentaria, el fortalecimiento de economías regionales y la adaptación del agro al cambio climático.
El Gobierno fundamentó parte de la reforma en observaciones realizadas por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) en 2023, las cuales detectaron ciertas deficiencias administrativas. Sin embargo, desde APINTA subrayan que esos señalamientos no comprometen la calidad técnica del organismo y que pueden corregirse sin desmantelar la estructura actual. “Se trata de observaciones parciales que no justifican una transformación tan profunda ni tan regresiva”, afirman.
Para los trabajadores, esta reforma no es un hecho aislado, sino que forma parte de un modelo de gestión pública que prioriza la recentralización, el achicamiento del Estado y la transferencia de decisiones estratégicas al mercado. En contraste con otros países que refuerzan sus organismos científicos como parte de su política de desarrollo, Argentina parece orientarse en el sentido contrario.
“La reforma no moderniza al INTA: lo debilita. Y con él, se debilita también el desarrollo federal, sustentable y soberano del país”, concluye el comunicado, que ya recibió el respaldo de diversos sectores científicos, académicos y productivos. Con más de seis décadas de trayectoria, el INTA ha sido una referencia internacional en innovación agropecuaria y desarrollo rural. Su posible desmantelamiento institucional podría implicar consecuencias profundas no solo para el sector agropecuario, sino para el modelo de país que se pretende construir en términos de equidad territorial, soberanía alimentaria y desarrollo tecnológico autónomo.
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