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Tomate negro: la revolución genética que podría cambiar la alimentación mundial

Este tomate modificado genéticamente promete beneficios para la salud, pero despierta preguntas éticas. ¿Revolución nutricional o avance polémico?

Un nuevo tipo de tomate está generando revuelo en el mundo agrícola y científico: el tomate negro o The Purple Tomato, una variedad genéticamente modificada que pronto podría formar parte del mercado australiano y global. Desarrollado por la empresa biotecnológica estadounidense Norfolk Healthy Produce, con sede en Davis, California, este tomate fue diseñado no solo para cambiar el color del fruto, sino también para enriquecer su valor nutricional.

Según reportó la Australian Broadcasting Corporation, la compañía presentó una solicitud ante Food Standards Australia New Zealand (FSANZ), el organismo regulador de alimentos en la región, para autorizar su cultivo y comercialización en suelo australiano. De ser aprobada, la venta al público podría comenzar el próximo año, marcando un hito en la biotecnología alimentaria de Oceanía.

The Purple Tomato debe su inusual color morado a la incorporación de dos genes procedentes de flores comestibles de boca de dragón (Antirrhinum majus). Estos genes permiten al tomate producir antocianinas, potentes antioxidantes presentes en frutas como arándanos, uvas negras, cerezas y berenjenas. Las antocianinas están asociadas con diversos beneficios para la salud, desde la protección cardiovascular hasta efectos antiinflamatorios y anticancerígenos.

A diferencia de los tomates tradicionales, que contienen antocianinas solo en la piel (y en cantidades mínimas), esta nueva variedad las produce en toda la pulpa, ofreciendo así un potencial nutricional superior. El resultado no solo es un tomate de aspecto llamativo, sino también un alimento funcional con posibles propiedades preventivas contra enfermedades crónicas.

Superalimento que tardó 18 años en desarrollarse

El camino hacia este tomate comenzó hace casi dos décadas, cuando la científica británica Cathie Martin, del Centro John Innes, inició las investigaciones sobre cómo aumentar el contenido de antocianinas en cultivos comunes. En 2013, los primeros resultados exitosos se lograron en plantas de laboratorio, y tras años de ensayos, el tomate fue aprobado para consumo en Estados Unidos.

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Por ahora, las muestra son de pequeños tamaños. Pero se está estudiando llevarlos a dimensiones más grandes.

Por ahora, las muestra son de pequeños tamaños. Pero se está estudiando llevarlos a dimensiones más grandes.

Desde su lanzamiento comercial hace dos años, Norfolk Healthy Produce ha vendido más de 100.000 cajas en el mercado estadounidense, además de 13.000 paquetes de semillas a horticultores domésticos. La buena recepción ha impulsado a la empresa a expandirse internacionalmente, con la mira puesta en Canadá y Australia como próximos grandes destinos.

A pesar del entusiasmo en ciertos sectores, la llegada del tomate morado no está exenta de controversia. Australia es conocida por su estricta legislación sobre organismos genéticamente modificados (OGM), y su población ha demostrado una actitud cautelosa, si no escéptica, respecto a este tipo de productos.

Hasta la fecha, solo unas pocas especies modificadas genéticamente han recibido luz verde para su cultivo: canola, algodón, cártamo, mostaza india, ciertos claveles ornamentales y una variedad de banano resistente a enfermedades. Esta última cepa tardó cerca de un año en obtener aprobación regulatoria y todavía se encuentra en fase de prueba en el norte y sureste de Queensland. FSANZ, que actúa como guardián del sistema alimentario australiano, realizará un proceso de evaluación científica antes de emitir un dictamen. Esto incluye pruebas de seguridad, impacto ambiental y aceptación social.

¿Una nueva era para los cultivos y experimentos?

La llegada del tomate morado plantea preguntas más amplias sobre el futuro de la alimentación. En un contexto donde el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y los desafíos nutricionales presionan a los sistemas agrícolas, los cultivos modificados genéticamente ofrecen una posible solución. No obstante, la aceptación del consumidor sigue siendo un factor determinante.

Norfolk Healthy Produce sostiene que su tomate no solo es seguro, sino también necesario. “Creemos que los alimentos deben ser tanto sabrosos como funcionales. Este tomate representa una nueva generación de productos diseñados para beneficiar la salud sin comprometer el sabor”, declaró un portavoz de la empresa.

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¿Se abre una nueva era de experimentación para los cultivos?

¿Se abre una nueva era de experimentación para los cultivos?

Mientras tanto, el debate continúa. ¿Están los consumidores australianos listos para aceptar un tomate que no solo desafía la estética convencional, sino también la forma en que pensamos los alimentos? La respuesta podría determinar el rumbo de una nueva era alimentaria, donde la ciencia y la naturaleza convergen en el plato.

Fuente: Norfolk Healthy Produce

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