neuquinzación

Debate abierto: ¿Regionalización en medio de la "neuquinización"?

Por estos días somos testigos de un nuevo intento de regionalización en el marco de la “neuquinización” del gobierno provincial. Nos permitimos reflexionar sobre cómo se avanzó en el pasado y cuál es el escenario actual.

En los años que han transcurrido de este nuevo siglo, se asistió en la Provincia de Neuquén a una reiterada construcción y elaboración de diagramas de regionalización sobre el mapa provincial. En cada propuesta, el diagramador unificó realidades, hasta resumirlas en un conjunto de regiones que dividen la provincia según ciertas características comunes a cada una de ellas, relacionadas con la geografía y la actividad económica predominante.

Recopilando las elaboraciones del Copade, los Ministerios de Producción y de Turismo, el Centro Pyme, es posible reconstruir un registro gráfico de las variadas imágenes propuestas, con su correspondiente conjunto de programas, planes, proyectos, estudios, reuniones...

En definitiva, concluimos en un mapa provincial que parece ya no permitir alojar más ejercicios de fragmentación del territorio.

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En los últimos años circularon numerosos mapas con propuestas de regionalización. 1-2014, Copade; 2- 2022, Ministerio de Producción e Industria; 3- 2020, Plan de reactivación turística; 4- 2021; 5- 2014, ETR-FAO-Neuquén y Río Negro; 6- 2023, Nueva agenda urbana; 7- 2006, Copade; y, 1999, Neuquén 2020.

En los últimos años circularon numerosos mapas con propuestas de regionalización. 1-2014, Copade; 2- 2022, Ministerio de Producción e Industria; 3- 2020, Plan de reactivación turística; 4- 2021; 5- 2014, ETR-FAO-Neuquén y Río Negro; 6- 2023, Nueva agenda urbana; 7- 2006, Copade; y, 1999, Neuquén 2020.

El enamoramiento de la regionalización

Superada la etapa del diagnóstico regional en cada una de estas propuestas, no han estado ausentes los planes para producir una transformación integral en las varias regiones diagramadas.

Desconocemos cuál ha sido el resultado alcanzado. La falta de evaluación de los logros de estas iniciativas, ha llevado a privilegiar el impacto simbólico de la planificación regional en la política provincial, expresado en medios gráficos y discursos, sin evaluar su efectividad en términos de incrementos de productividad, mayores inversiones, transmisión y fortalecimiento de capacidades y conocimientos, desarrollo tecnológico e incrementos del producto provincial.

Si bien es deber reconocer que el estado neuquino cuenta con técnicos y profesionales que durante años han recorrido la provincia, con sobrados conocimiento de la realidad productiva provincial, pocos han sido los resultados concretos de los organismos a los que pertenecen en términos de estimular un conjunto de actividades que, por su potencial, bien podrían contribuir a generar mayor valor agregado y empleo en la provincia, con un crecimiento más equilibrado del territorio provincial.

No han sido problemas de capacidades humanas lo que obstaculizó la efectividad de las propuestas, sino la falta de vocación de las elites gobernantes por reconocer que llevar adelante una política de desarrollo implica una labor persistente de mediano y largo plazo. En definitiva, no sólo se trata de proyectos, sino de su ejecución transformadora mediante políticas que muestren continuidad.

“Trabajamos en el desarrollo federal, el desarrollo del campo. Para eso hemos regionalizado la provincia, para tener un gobierno mucho más cercano a la gente, mucho más cercano a cada región”, Rolando Figueroa. “Trabajamos en el desarrollo federal, el desarrollo del campo. Para eso hemos regionalizado la provincia, para tener un gobierno mucho más cercano a la gente, mucho más cercano a cada región”, Rolando Figueroa.

Regionalización y "neuquinización", el combo oficial

El gobierno actual de Neuquén ha expresado que proyecta contribuir a esta trayectoria de la planificación neuquina con un nuevo concepto rector de su política de desarrollo regional. Se trata de la neuquinidad.

A semejanza de los pueblos que construyen su presente invocando un mítico pasado, este concepto despertó hace unos años fogosas controversias literarias en ciertos círculos políticos, en torno a la identificación de quienes fueron los protagonistas fundantes en la historia provincial.

Pero en este gobierno, la neuquinidad dejaría de ser un discurso, y se lo propone elevar a guía rectora de la acción práctica de la administración provincial, con el objetivo de estar cerca del habitante neuquino, adoptando el concepto de regionalizar la provincia para atender las diferentes situaciones de los pobladores de la provincia.

En este caso, la planeación regional del desarrollo basado en la neuquinidad sería el instrumento que permitiría poner en acción la presencia del estado frente a las demandas del desarrollo en cada lugar de Neuquén.

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El desarrollo desigual, gran movilizador discursivo.

El desarrollo desigual, gran movilizador discursivo.

Realidad y formalismo de la planificación neuquina

En términos económicos y sociales, el desarrollo económico provincial de Neuquén es un proceso territorialmente desigual. Los espacios dinámicos donde se concentra la actividad económica, conviven con lugares en los que las producciones locales no logran insertarse en cadenas de valor que estimulen mayor producción e inversiones.

La división del trabajo que se establece a escala provincial origina un panorama sumamente heterogéneo, en el cual se diferencian los lugares donde existen producciones o atractivos turísticos que estructuran la vinculación provincial con la economía nacional e internacional, frente a enclaves productivos locales de baja integración con los circuitos económicos extraregionales.

Esta situación de diferenciación en el desarrollo económico se encuentra en la génesis de la concepción originaria de la planificación regional, prevista en la teoría económica como instrumento que permitiría enfrentar el problema de la desigualdad del crecimiento económico entre las diferentes regiones, fenómeno generalizado que se verifica a nivel mundial.

Pero después de años de objetivos no concretados, debió reconocerse que la desigualdad regional es una característica persistente de la economía, y que la solución a las divergencias en el desarrollo de las regiones no ha podido ser eliminada aún en los países desarrollados, que son los que mayor cantidad de fondos han asignado a este objetivo.

El problema de la regionalización neuquina debe partir de reconocer que la realidad del desarrollo es conflictiva y desigual, obligando a dejar de lado la visión voluntarista de diagramar regiones según algún criterio de unificación de las distintas situaciones de la provincia.

La cuestión es asumir una verdadera planificación regional se centra en reconocer que la dinámica de la economía neuquina tiende a la centralización de la actividad económica en los lugares donde los recursos naturales constituyen la matriz de la inserción neuquina en la economía nacional, y que esa heterogeneidad es la que está creando un mapa cada vez más desigual y un desequilibrio creciente.

Hasta que no se reconozca que éste es el nudo que mantiene atado el desarrollo de las regiones de Neuquén a las tendencias de una economía provincial basada en la explotación de sus recursos naturales, posiblemente veremos aparecer en la pantalla de las computadoras oficiales alguna nueva cartografía de la segmentación formalista de la planificación.

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