Desafíos económicos: Argentina enfrenta una fuerte inflación en dólares
Pese a que se observa una importante desaceleración de la inflación en moneda local, en dólares sigue creciendo en forma preocupante.
Si se compara la evolución de los precios internos de nuestra economía contra el incremento del valor del dólar oficial desde el 10 de diciembre a la actualidad, es posible evidenciar un significativo encarecimiento de los precios de los bienes locales medidos en moneda extranjera. Esto quiere decir que cada vez se necesitan gastar más dólares para comprar los mismos bienes.
Los primeros casi ocho meses de gobierno del presidente Javier Milei arrojaron una fuerte aceleración en la inflación, con un índice que alcanzó el 132% entre diciembre del año pasado y julio de este año, proyectando sobre este último mes un 3,5% de inflación. En este mismo período el aumento del dólar oficial creció un 109%, mientras que el Contado con Liquidación (CCL) lo hizo a una tasa del 29% y el marginal (blue o paralelo) lo hizo a una tasa del 41%.
En este sentido, la economía argentina enfrenta un periodo de ajustes y desafíos significativos a los cuales se le suma el encarecimiento notable en moneda dura, principalmente en bienes de primera necesidad. Claramente hay una desaceleración de la inflación a partir del segundo trimestre del año. Sin embargo, al Gobierno le costará mucho poder retrotraer la inercia de precios que arrastra la economía como para que los valores de los bienes puedan reacomodarse a la baja, por lo menos en lo que respecta al corto y mediano plazo.
“El plan Caputo arrancó con devaluación fuerte y subiendo la inflación. En tres meses el país ya es uno de los más caros del mundo en dólares, sin que entren dólares. Una botella de agua mineral en Carrefour Argentina cuesta lo que seis botellas similares en Carrefour Francia. Sobran ejemplos. Algo no está funcionando y va más allá del tipo de cambio”, aseveró el economista Carlos Rodríguez, ex asesor del presidente antes de su llegada a al Casa Rosada.
La expectativa de la administración Milei es bajar los precios y llevar la inflación a fines de este año a niveles del 2% mensual. Sin embargo, las distorsiones ya son manifiestas. Otro ejemplo, al margen del mencionado por Carlos Rodríguez, refleja lo que estamos mencionando: un litro de leche entera de primera marca hoy en cualquier supermercado en Madrid (España) se la puede encontrar a 0,88 euros (equivalente a unos 0,95 dólares), en las góndolas de Florida (Estados Unidos) a 0,99 dólares el litro, y en la Argentina a 1.800 pesos, valor equivalente a 1,86 dólares oficiales o 1,39 dólares tomando como referencia el CCL.
Las comparaciones con la mayor parte de los alimentos muestra esta misma tendencia, algunos con mayores y otros con menores desvíos en relación a los mercados mencionados. El kilo de pan, los 100 gramos de manteca, el paquete de fideos o arroz, todo entre el 30% y 70% más caro en dólares en la Argentina que en cualquier cuidad europea o norteamericana. Ni mencionar todo lo que es tecnología e indumentaria; las diferencias son aún mucho mayores. “El Presidente cree que somos estúpidos quienes sostenemos que existe un atraso cambiario… debería ver el Gobierno como cada fin de semana viajan miles de argentinos para comprar cosas en el exterior”, destacó el economista Miguel Ángel Broda en su última aparición pública tras ser criticado por el primer mandatario, Javier Milei
Para adelante y hasta fin de año, quedan meses de inflación proyectada entre el 2% y 4%, dependiendo de la consultora privada que uno tome como referencia. Para Julio se espera que la inflación se ubique entorno al 3,5%, todavía muy lejos del 2% de devaluación que estableció el Gobierno en su “Tablita Cambiaria” hasta fin de año. Todo este diferencial termina generando más presión sobre la inflación en dólares. “Con el presente 'crawling peg', los costos de producción en dólares tenderían a aumentar hacia niveles que desalentarían las actividades de exportación poniendo en peligro el superávit comercial luego que se agoten las divisas generadas por la cosecha gruesa y los stocks de insumos importados”, señaló el ex ministro Domingo Cavallo al ser consultado por el tema.
Cómo se sale de atraso cambiario
La mayor parte de los economistas consultados aseguran que el retraso cambiario no hace más que profundizar la recesión que ya soporta la economía y frena el desarrollo exportador del país, clave para un ingreso genuino de divisas. Existe varias alternativas para poder sortear este complejo contexto.
- En primer lugar, esta la posibilidad de una devaluación del tipo de cambio oficial. Un aumento del dólar haría que los precios internos representen un menor valor en términos de moneda dura y, por ende, sean más atractivos para el resto del mundo. Sin embargo, esta alternativa no parece estar en la agenda del Gobierno. “Hacer eso (modificar la actual pauta de devaluación controlada del 2%) haría subir los precios … el programa se iría a la miércoles y lo correrían a patadas al Presidente”, señaló el economista Ricardo Arriazu, uno de los defensores del modelo de Javier Milei y Luis Caputo.
- Otra alternativa para que los precios comiencen a bajar en dólares es, dado un tipo de cambio estable, que la recesión o depresión económica empuje hacia abajo el valor de los bienes en pesos. Es importante señalar que un proceso de este tipo se da, solamente, si existe una significativa y persistente caída en el nivel de actividad económica. Y tal vez esta sea la apuesta del Gobierno. Sostener la recesión hasta diciembre, con un 'crawling peg' sostenido al 2%. En algún momento este último superará la tasa de crecimiento de precios y la ecuación tenderá a revertirse; los precios en dólares tenderán a bajar. Pero para que este escenario se produzca, simultáneamente debe existir un salto en la productividad de la economía argentina para poder volver a crecer en forma sostenida y salir de esta espiral recesiva.
Sin mejoras estructurales y con la obra pública parada parece muy difícil imaginarse este salto en la productividad de la economía para mejorar su competitividad. Es decir, si llegaran inversiones que permitieran bajar los costos de producción o incrementar lo producido por hora trabajada -incremento de productividad-, los precios relativos de los bienes en moneda internacional podrían bajar sin afectar la rentabilidad ni los salarios. “Para que suceda esto, es imprescindible salir del cepo, bajar impuestos y modificar las actuales leyes laborales”, destacó el diputado nacional y economista Ricardo López Murphy.
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