Destacan el valor de la IG y DO
Las certificaciones, que vinculan la calidad, reputación, características diferenciales de un producto con la región o zona productora, se afianzan como pilar de una estrategia comercial.
El desarrollo de estrategias de comercialización, diferenciación y posicionamiento de productos agropecuarios, en especial mediante Indicaciones Geográficas (IG) y Denominaciones de Origen (DO), permite ganar mercados y fortalecer el asociativismo, coincidieron especialistas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (Sagyp).
En el marco del taller de cierre de un programa de cooperación técnica -que consistió en fortalecer las asociaciones de productores que cuentan con registro de IG y DO-, se trabajó en un diagnóstico de situación acerca del funcionamiento operativo y comercial de las asociaciones y cooperativas que poseen productos registrados por la Sagyp a nivel nacional bajo IG y DO.
“Los grupos de productores que trabajan juntos no solo producen bienes, sino que desencadenan procesos de transformación", destacó María Laura Escuder, oficial de programas de la FAO en Argentina.
Como autoridad de aplicación de la normativa para IGDO en la Argentina, la Sagyp contempla estas herramientas dentro de las políticas de promoción de calidad y agregado de valor.
El registro de una IG o DO otorga protección legal al nombre, al producto y al grupo que lo ha obtenido, y permite una diferenciación al reconocer y comunicar la calidad específica de un producto agroalimentario, vinculada a su origen geográfico, es decir aquello que lo hace “distinto” a otros similares.
Esta experiencia se enmarca en el proyecto regional de la FAO “Alianzas, procesos asociativos y vinculación comercial de la Agricultura Familiar en tiempos de Covid-19 en América del Sur”, cuyos países beneficiarios son Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay.
El proyecto reconoce la importancia de las IG y las DO como herramientas para abordar los desafíos actuales y futuros para alcanzar sistemas agroalimentarios más justos, sostenibles y culturalmente arraigados.
En la apertura del taller, el jefe de Gabinete de la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca, Juan Manuel Fernández Arocena, planteó la necesidad de "aprovechar las condiciones técnicas y humanas con las que cuenta la Argentina para ampliar los reconocimientos de origen para así sumar mercados tanto internos como externos”.
En el país los productos reconocidos con Indicación Geográfica son Alcauciles Platenses, Salame Típico de Colonia Caroya, Cordero Patagónico, Melón de Media Agua, Yerba Mate Argentina, Kiwi de Mar y Sierras del Sudeste de Buenos Aires, Aceite de Oliva Extra de Mendoza y Miel de Azahar de Limón de Tucumán; y con Denominación de Origen son: Salame de Tandil, Chivito criollo del Norte Neuquino, Dulce de Membrillo Rubio de San Juan, Espárragos de Médano de Oro de San Juan.
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