Luna de miel

¿Fin de la luna de miel para el Gobierno de Javier Milei?

El Gobierno de Javier Milei enfrenta un contexto internacional y local adverso en esta etapa de su gestión. Será clave el dato de inflación de esta semana.

Lejos, fue una de las peores semanas para la administración de Javier Milei. En el plano financiero, el tsunami internacional afectó con mucha fuerza a la plaza argentina. Las acciones en el mercado local se desplomaron más del 12%, el riesgo país perforó los 900 puntos básicos y el dólar —pese a la intervención del Banco Central— mantuvo su tendencia alcista, con una brecha que ya supera el 25%.

Esta tormenta sufrida no puede ser atribuible a una mala gestión del presidente ni de su ministro Luis Caputo. Sin embargo, en política, y en general en todas las facetas de la vida, “yo soy yo y mis circunstancias”, tal como señala la frase del filósofo español José Ortega y Gasset, principio que nos interpela respecto de cuánto influyen las circunstancias en nuestra vida, y cómo no somos del todo responsables de lo que nos sucede. Pero sabemos que los mercados poco entienden de filosofía.

Las acciones argentinas en el exterior —hasta no hace mucho, estrellas de los inversores internacionales— llegaron a desplomarse hasta un 20% en esta semana fatídica para el país y el mundo en su conjunto. Habrá que esperar cómo reacciona el mercado esta semana, entendiendo que, para muchos analistas, lo peor todavía no pasó en este 2025.

Para la administración Milei, lo ocurrido en el plano internacional —y que afectó al nacional— equivale a retroceder varios casilleros en la carrera por estabilizar la economía y poder acceder a los dólares que necesita la Argentina a través del mercado de deuda voluntaria que tiene la mayor parte de los países del globo.

El nuevo préstamo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es tan solo un puente para llegar a este objetivo. Pero está claro que el escenario financiero de hace 15 días, cuando se terminó de cerrar el acuerdo con el organismo internacional, no es el mismo que dará inicio esta misma semana. Es probable que los desembolsos lleguen igual, pero esos dólares no tendrán el mismo impacto proyectado para el programa económico de Luis Caputo en medio de la turbulencia de este contexto financiero.

A la espera del número de inflación

En el plano económico, las noticias no son mucho mejores. El viernes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dará a conocer el índice de precios de marzo. Todas las consultoras lo ubican por encima del 2% mensual. Las más optimistas lo proyectan cerca del piso de este número; las menos, llegando al 2,7%. Pero, independientemente del valor que resulte de este juego de números, el Gobierno Nacional tenía previsto a esta altura del año contar con una inflación que haya perforado el piso del 2%; un objetivo que claramente está lejos de las estimaciones oficiales.

Este frente no consolidado impacta en otra variable clave para el modelo económico: el tipo de cambio. Desde enero del año pasado, la inflación le viene ganando a la devaluación de la paridad cambiaria. En 2025, esta situación empeoró, ya que el equipo económico disminuyó al 1% mensual los niveles de devaluación de la moneda local. Los desvíos se hacen sentir en el comercio exterior. Las exportaciones, único ingreso que tiene el país de dólares genuinos, podrían verse resentidas por el atraso cambiario. Por el contrario, las importaciones se verán beneficiadas con este tipo de cambio, generando una competencia desleal con las empresas locales que vuelcan sus productos al mercado interno.

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Santiago Bausili, titular del Banco Central, no encuentra la forma de recuperar reservas en el actual contexto económico.

Santiago Bausili, titular del Banco Central, no encuentra la forma de recuperar reservas en el actual contexto económico.

A este complejo escenario se le agrega el aumento de la brecha cambiaria —hoy arriba del 25%—, que vuelve a ser un estímulo para la sobrefacturación y subfacturación de las empresas ligadas al comercio exterior, generando más distorsiones en el sistema.

En el plano político, esta semana mostró a un Gobierno que comienza a no hacer pie con las iniciativas que llegan al Congreso impulsadas por el Ejecutivo Nacional. El rechazo en el Senado de los pliegos de los candidatos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, mostró la vulnerabilidad que tiene Milei en el Congreso sin el apoyo de sus socios económicos, principalmente los diputados y senadores del PRO.

El fracaso de esta iniciativa se hizo sentir en la Casa Rosada, y más de una mirada se posó sobre el accionar de la vicepresidenta Victoria Villarruel a la hora de buscar culpables de esta mala gestión política. Frente al rechazo del Senado al pliego de ambos jueces propuestos por decreto presidencial, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, volvió a poner a la Corte Suprema como el órgano que, más allá de la Cámara Alta, ya convalidó la decisión del Gobierno de nombrar a estos jueces en comisión hasta el 30 de noviembre. Sin embargo, Lijo no quiso asumir y García Mansilla está dispuesto esta semana a presentar su renuncia al cargo.

Pero las señales que terminan por dar este tipo de definiciones van mucho más allá de los futuros nombres que llegarán a las sillas del Supremo Tribunal de Justicia. ¿Sin fuerza en el Congreso, qué posibilidades ciertas existen de una reforma laboral, impositiva y financiera? Tres variables que son clave para el empresario nacional, ya que sin estos cambios, la competitividad local no despega. Por lo pronto, está claro que estos temas no están en la agenda 2025 del Gobierno. Puede que existan algunos anuncios aislados sobre puntuales desregulaciones, pero los temas de fondo no serán de la partida este año. “Debemos esperar a las elecciones para poder contar con diputados y senadores suficientes para llevar este tipo de iniciativas al Congreso. Presentarlas ahora tendrá el mismo resultado que la propuesta de los jueces de la Corte”, aseguró un importante asesor del ministro de Economía de la Nación en comunicación telefónica con +P.

En este contexto adverso, el Gobierno apuesta fuerte a lograr un piso del 40% de votos para las próximas elecciones y, de esta manera, salir fortalecido por el respaldo popular de su primer año y medio de gestión. Sin embargo, no son pocos los que aseguran que la luna de miel del Gobierno de Javier Milei con la sociedad llegó a su fin esta semana, teniendo en cuenta que las promesas de recuperación económica —con impacto real en la sociedad— tendrán seguramente que esperar para ver cómo queda definido finalmente el mapa internacional tras la guerra de aranceles iniciada por el presidente Donald Trump.

El mundo ingresa en un nuevo paradigma comercial, con claros tintes proteccionistas, que seguramente se prolongará por un largo tiempo. Este escenario encuentra a una Argentina muy debilitada económicamente y sin los dólares necesarios para poder torcer la inercia de los acontecimientos.

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