Si la sociedad quería "algo distinto", ahora lo tiene
Javier Milei está moviendo el tablero todo junto y sin respiro. El campo debió “tragarse” el incremento de las retenciones por el “blanqueo del dólar”.
Como si se hubiera desatado un tsunami, así arrancó la nueva administración de Javier Milei que, antes de cumplir su primer mes, ya provocó semejante conmoción que prácticamente nadie tiene claro donde está parado. Lo que si quedó ratificado es que si la sociedad quería “algo distinto”, ahora lo tiene pero, a diferencia de la gestión Macri y su gradualismo, el nuevo Presidente está moviendo todo junto, y sin respiro.
La falta de un equipo aceitado(muchos no se conocen siquiera entre si), y de ciertos cargos clave, o del aprovechamiento indirecto que alguno está haciendo de estos “baches” para colocar a su gente/amigos; o para reciclar a otros de gestiones anteriores, no parecen estar haciendo mella todavía en un dirigente con ideas muy claras respecto a lo que quiere hacer (más allá de que a uno pueda, o no gustarle el esquema).
Por supuesto que es difícil hacer un balance cuando todavía siguen apareciendo “novedades” que van cambiando, a favor y en contra, los resultados de las modificaciones que se van imponiendo. Y eso alcanza hasta a los propios funcionarios de 2º, o 3º nivel que tampoco le creyeron a Milei (como muchos de los ciudadanos comunes) de que haría lo que decía que iba a hacer. De ahí que el desconcierto alcance no solo a su propio equipo, sino también a los legisladores, gobernadores, dirigentes, sindicalistas, empresarios, y hasta en el exterior donde comienzan a seguir con detenimiento la evolución de un personaje que sin militancia, ni partido, ni grandes recursos, “se hizo” de la presidencia de una Nación en poco más de dos años.
Casi se podría decir que el impacto en el exterior es mayor aún que en el frente interno. ¿Es posible que alguien, de la nada, pueda romper tan viejas y enquistadas estructuras al punto de devolver al país a un esquema contrapuesto al populismo reinante durante décadas, y que quiebre los esquemas alternos de poder que en más de un caso, venían siendo el verdadero Gobierno, como los antiguos sindicatos, el “círculo rojo”, la “patria contratistas”, los piqueteros, los “dirigentes sociales” y muchos otros del mismo tenor?.
¿Podrá este personaje desconocido hace unos meses atrás, imponer el cambio de paso que el país requiere hace décadas?. La respuesta es un enigma y solo el tiempo dirá si se va hacia el éxito, o a un nuevo fracaso. Hasta el momento, y tras la sorpresa que obliga a estudiar hasta la Constitución Nacional, surgen sin embargo algunas cosas bien claras, como la fuerte e inmediata reacción de parte de la política (la supuesta oposición, aunque ahora todavía está todo muy mezclado), que hasta ahora está lejos de “negociar”. El Ejecutivo por su parte está redoblando la apuesta frente a cualquier forma de presión (movilizaciones, amenazas, denuncias, etc.) en un conntexto donde ninguno de los viejos frentes políticos quedó ahora en su lugar. También ahí hay reacomodamientos forzados, que tampoco se sabe como quedarán. Y eso por mencionar solo algunos aspectos que fueron sacudidos por el tsunami.
Lo concreto es que todavía la administración Milei tiene respaldo, pero crecen las dudas y eso no es bueno pues, buena parte del “éxito” hasta ahora, fue la contundente diferencia que dieron las urnas a fines de noviembre, y la aparente decisión de la mayoría de la sociedad, de dar un compás de espera “prudente” al nuevo gobierno. Sin embargo, será necesario contener más a la gente, y explicar muchísimo más lo que se hace, para que al menos esa parte de la sociedad que votó el cambio, mantenga su decisión de sostenerlo, mientras se espera que los resultados positivos vayan convenciendo al resto o, al menos, los frenen en sus intentos de recuperar el esquema anterior. Caso contrario, todo volverá foja cero (o peor aún…).
Por supuesto que el caso de la agroindustria no es ninguna excepción, pues a todo el ajuste general, debió “tragarse” también el incremento de las retenciones, y la adecuación de los precios relativos por el “blanqueo del dólar”, que impactó de pleno en los sectores productivos. Algunas decisiones poco claras en Agricultura, y otras “demasiado” claras, al decir de algunos, tampoco ayudan demasiado. Sin embargo, los problemas centrales del sector que se pueden dirimir en esa cartera, están en 3º, o 4º nivel, ya que los temas clave pasan por Economía, y por el propio Presidente.
De todos modos, sería interesante, “saber” que dice el área oficial sobre las leyes que se planteó derogar, como la de Extranjerización de la Tierra; o porque no se deroga directamente la Ley del Fuego y se plantea solo “enmendarla”. ¿Que propone Agricultura con Ambiente que todavía está en un limbo, cuando es clave para el futuro (inmediato) de la producción agroindustrial argentina?; o cual es el proyecto que tienen para la Ley de Semillas (además de cambiarle el nombre, como ya adelantaron, aunque no parecen haber ido más allá). Hay cantidad de temas de desregulación que requiere el campo que no están siquiera enunciados ni listados, mientras se están armando estructuras dentro de la Secretaría con mucha gente “reciclada” de otras gestiones y otros cargos, y no todos demasiado recomendables…
Igual, dada la turbulencia generada por la devaluación, el blanqueo, el megadecreto; las Extraordinarias; el nuevo paquete de leyes económicas, y algunas definiciones clave en materia de política internacional que comienzan a perfilarse, por ahora lo más importante que el campo puede esperar en lo inmediato, parece ser que el clima ayude, y que la gente tenga un poco más de paciencia (aunque el equipo de Gobierno debe trabajar para eso). De hecho hoy, ante el desconcierto generalizado, para muchos, uno de los pocos datos claros es que “lo que más ayuda es la oposición radicalizada. Si ellos están en contra, entonces tal vez las cosas no están yendo tan mal”….
Eso, la feroz turbulencia, el cinturón ajustado, y la adrenalina al máximo, son los datos ciertos de un fin de año agitado….
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