Una pausa en el enfrentamiento con los Gobernadores
Gobernadores y el Poder Ejecutivo, volvieron a dialogar. Pero la verdadera negociación todavía no arrancó. Y las partes son conscientes de ello.
La foto del viernes, con la mayor parte de los mandatarios provinciales sentados a ambos costados de la mesa principal del salón Evita -en la Casa Rosada- junto con los principales funcionarios del Ejecutivo a la cabeza, no deja de ser una buena señal para todos. Se percibía un alto grado de armonía.
Sin embargo cada uno fue a jugar su juego. Los Gobernadores y el Gobierno Nacional pusieron sobre la mesa sus intereses pero no hubo acuerdos, solo gestos de acercamiento y de buena predisposición para negociar. “Volvimos a un nuevo punto de partida. Nada más que eso”, aseguró una alta fuente del Gobierno de Río Negro en dialogo con +P, confirmando que nada quedó definido en esta primara reunión. Otra mirada tuvieron los Gobernadores dialoguistas, destacando que fue un avance importante.
En definitiva, la guerra que el Presidente inició, a partir del viernes se puso en pausa, aunque esta claro que nadie se anima a anticipar que finalizó. Los arrebatos de Javier Milei siguen presentes en la retina de los principales referentes del interior del país.
Los Gobernadores solicitaron al Ejecutivo, en principio, la devolución de los fondos que le corresponden y que no fueron transferidos en forma oportuna: el Incentivo Docente y el Compensador para el transporte. Dos fondos que fueron sancionados como Leyes por el Congreso de la Nación, por lo que el Ejecutivo no tiene potestad para suprimirlos.
Y en segundo término, los Gobernadores pidieron recomponer las cuentas Provinciales que fueron afectadas por impuestos nacionales derogados que eran coparticipables, como es el caso de Ganancias sobre la Cuarta Categoría. Un tema sensible para muchos mandatarios del interior.
“No creo que sea conveniente que vuelva para aplicarse sobre todos los salarios. Nosotros propusimos que los altos salarios sean los que puedan ingresar”, confió la fuente rionegrina. Si embargo, no todos los Gobernadores están de acuerdo con que reaparezca Ganancias sobre los salarios teniendo en cuenta el ajuste que ya está soportando gran parte de la clase media. Las propuestas apuntan entonces a impuestos que hoy no estás siendo coparticipados para que sí lo sean, como es el caso del impuesto al Cheque y el impuesto PAIS.
El Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, junto con el ministro del Interior, Guillermo Francos, escucharon cada unos de los reclamos de los Gobernadores, dejando abierta una segunda instancia de conversación para acelerar la búsqueda de acuerdos.
La idea es que a través de una comisión económica, encabezada por los ministros de Economía de todas las provincias, se termine de configurar la nueva Ley Ómnibus. El Gobierno insistirá allí con la delegación de facultades al Poder Ejecutivo, la declaración de múltiples emergencias y la privatización de empresas públicas. Esta es la verdadera negociación que todavía no arrancó. Y los Gobernadores y la Nación son conscientes de ello.
Lo que verdaderamente haría falta en este complejo contexto, es trabajar sobre una nueva Ley de Coparticipación para las Provincias, pero para ello se necesitaría tiempo y consensos políticos; activos con los que hoy no cuenta el país.
¿Y el plan económico?
Mientras el sistema financiero festeja los logros obtenidos por el ministro Luis Caputo, los actores que participan de la economía real comienzan a ver con preocupación la inercia que están tomando algunos acontecimientos.
El mercado cambiario está calmo, las acciones suben y los bonos se recuperan. Todo esto es lo que hoy celebra el Gobierno a través de las redes sociales. Pero solo con las acciones, dólares financieros y bonos, la economía de un país no se recupera. Se necesita mucho más que eso.
Hasta ahora lo que hizo el Gobierno fue generar una brutal retracción de la economía sobre la base de la liberación de precios, y ajuste sobre salarios y jubilaciones. Algo que era necesario, pero no suficiente para sacar al país de la crisis que estaba sobrellevando.
El programa financiero, una variable importante para el desarrollo del país, está dando sus frutos. Los dólares libres y el marginal caen en línea con las buenas expectativas del mercado. Se están equilibrando las principales variables del sistema. Todas las divisas tienden a converger en un punto y esto sin dudas permitirá agilizar la apertura del cepo cambiario; un dato clave para incentivar el ingreso de capitales.
Pero claramente lo que hace falta, en paralelo con lo financiero, es un modelo económico que permita volver a hacer crecer al país. Y este tema pareciera que no está en la agenda del Gobierno.
La inflación de febrero se ubicará en torno al 15%, manteniéndose en estos valores -algunas analistas anticipan que será mayor- durante marzo, acumulando así en el período diciembre/marzo una suba del 100%. Salarios y jubilaciones, se incrementarán muy por debajo de estos números, y los costos internos en dólares de las empresas crecerán en forma desproporcionada, lo que profundizará aún más la crisis sobre los pocos sistemas productivos que hoy están motorizando la economía.
Es necesario un plan económico que permita prever y corregir estos desvíos -como lo hizo el plan financiero en su momento- para no caer un circulo vicioso que termine en otra crisis económica antes del cierre del primer semestre de este año. Solo con una política de ajuste, el país no puede desarrollarse. Inversores, empresarios y trabajadores deben contar una “hoja de ruta” que le permita entender hacia donde va el enorme esfuerzo que hoy están haciendo.
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