La devaluación que ilusionó, pero no fue: la fruticultura vuelve a recalcular
La banda cambiaria había generado expectativa en la fruticultura del Valle. Los empresarios esperaban una devaluación que no se dio para sus exportaciones.
Las modificaciones en el mercado cambiario impulsadas por el Gobierno este fin de semana habían generado cierta expectativa en el campo, teniendo en cuenta que es uno de los motores clave en la generación de divisas genuinas para el país. La salida de la ‘tablita cambiaria’, que había generado un atraso importante para las empresas exportadoras —con la pérdida de competitividad que ello conlleva—, y el paso a un esquema de banda con un mínimo del dólar a 1.000 pesos y un máximo de 1.400 pesos, generó esperanzas en el sector, que esperaba una devaluación con una divisa buscando su nuevo equilibrio más cerca del techo de esta banda.
Pero el mercado no se comportó con esta lógica. Y lejos de acercarse a los 1.400 pesos, como era la esperanza de los sectores del campo, el dólar se ubica muy cerca de perforar los 1.100 pesos.
La fruticultura del Valle de Río Negro y Neuquén, que viene cediendo desde hace años espacio en sus exportaciones por la pérdida de competitividad del sistema —entre cuyas variables está el tipo de cambio—, pasó de la euforia a la frustración al ver cómo sus expectativas de un dólar por encima de los 1.300 pesos se desvanecían en los tres días en que funcionó el mercado financiero bajo el nuevo esquema de bandas cambiarias.
“No le voy a decir que estamos contentos... esperábamos otra cosa. Pero bueno, no hay que mirar el corto plazo. Esto recién comienza”, comentó, postergando expectativas, un importante exportador regional al ser consultado por el tema.
El dólar oficial mayorista operó ayer con fuertes bajas, mientras que el tipo de cambio minorista perforó rápidamente los 1.200 pesos en el Banco Nación. Esto sucedió en el tercer día de cotización "flexible" entre bandas y tras el salto devaluatorio que registró la moneda local el lunes. Al mismo tiempo, las cotizaciones paralelas siguieron cayendo y las brechas continuaron una fuerte compresión en los financieros, que cayeron al 4 %, mientras que la divisa marginal cerró la semana con una baja del 10 %. Así, en el mercado mayorista del dólar, esta divisa terminó la semana corta (por el feriado de Semana Santa) en 1.126 pesos para la compra, bajando 65 pesos en un solo día.
En este contexto, los analistas financieros aseguran que el dólar podría seguir bajando la semana que viene, hasta perforar el piso de los 1.100 pesos, teniendo en cuenta los refuerzos de divisas que está recibiendo el Banco Central (BCRA) de organismos internacionales y por una esperada mayor liquidación de exportaciones. Esto, sin dudas, aumenta el apetito del inversor por el carry trade a corto plazo (venta de divisas para colocarla a tasas en moneda local), escenario que también podría potenciarse con la flexibilización para el ingreso de divisas desde el extranjero.
Impacto en la fruticultura
Con la cosecha de pomáceas casi finalizada en todo el Valle de Río Negro y Neuquén —solo queda algo de manzana Pink Lady en las plantas—, las empresas frutícolas deberán evaluar con cierta premura el destino de su fruta, que hoy en su gran mayoría se encuentra en las cámaras de frío de la región. No es una tarea fácil, ya que los programas de embarques de la temporada están casi cerrados para la mayoría de los destinos externos.
En principio, las empresas tenían previsto aumentar sus exportaciones por una mayor demanda de frutas del exterior. No iba a ser un salto importante, pero las grandes empresas consultadas —a inicios de esta semana— preveían incrementar sus ventas al exterior un 10 % en promedio. Los números que reflejan las estadísticas oficiales al cierre del primer trimestre del año iban en esta línea.
¿Qué pasa si la paridad sigue bajando? “La temporada ya está jugada en una alta proporción. Las empresas ya tienen cerrado qué va al mercado interno y qué al exterior. Puede que existan algunas variaciones en la reorientación de los destinos, pero serían marginales. No tenemos mucha capacidad de reacción frente a estos acontecimientos. Si sigue el peso revalorizándose, los retornos caerán y eso afectará a toda la cadena”, remarcó el ejecutivo en otra parte de la conversación.
En un mercado internacional convulsionado por la guerra de aranceles iniciada, los problemas geopolíticos emergentes y la vuelta al proteccionismo de ciertos bloques económicos, la única buena noticia que hoy tiene la fruticultura del Valle en materia de comercio exterior es la fortaleza que está teniendo el euro en el mercado. Ayer, la moneda comunitaria cerró a 1,14 dólares, mostrando una mejora interanual del orden del 8 %, y esto sin dudas impactará positivamente en las exportaciones de peras y manzanas del Valle que se orienten al Viejo Continente. Pero si la moneda local (el peso argentino) sigue revaluándose, no habrá forma de compensar las pérdidas que sufrirá el sector por el tipo de cambio, ni siquiera en aquellas exportaciones orientadas a Europa.
También las miradas están puestas en Estados Unidos, ya que en la presente temporada se han incrementado sensiblemente las exportaciones de peras hacia ese destino, y nadie tiene en claro todavía el impacto real que tendrán los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump sobre la fruta argentina.
Un mercado que podría mejorar en esta temporada es Brasil. Comenzó no muy bien, porque fue mucha la fruta que se orientó hacia ese destino en los primeros tres meses del año, pero ahora los precios se están estabilizando, con una paridad cambiaria que favorece al comercio bilateral con Argentina.
Qué esperar del atraso cambiario
“No hay que descartar que, en poco tiempo más, el tipo de cambio se ubique en el piso de los 1.000 pesos, que en cierto momento perfore este valor y el Central tenga que salir a intervenir para volverlo a la banda”, confesó con cierto grado de satisfacción un funcionario del equipo económico de Luis Caputo, al ser consultado por el tema.
La fuente aseguró que, con los más de 25.000 millones de dólares que ingresarán —una parte ya llegó esta semana—, el BCRA tendrá poder de fuego de sobra para sostener la paridad dentro de la banda. Es posible que esta afirmación se cumpla. Pero no hay que dejar de ver dos variables dentro de esta foto optimista que presenta el Gobierno.
La primera de ellas es que los dólares que hoy tiene el Central son prestados y, por lo tanto, si el ministro Caputo no comienza a generar divisas genuinas, estos dólares en el corto o mediano plazo tenderán a desaparecer. Las expectativas del Gobierno sobre la llegada de divisas están puestas en las inversiones en Vaca Muerta, el litio y otros minerales, pero para ellas todavía no hay fecha cierta de ingreso.
Y el otro punto es la inflación. La banda cambiaria de 1.000/1.400 pesos establecida por el Gobierno se ajustará mensualmente a una tasa del 1 %, (para arriba en la base superior y para abajo en la inferior ) algo que volverá a chocar con el índice de precios, que se ubicará —por lo menos hasta el último trimestre del año— por encima del 2 % promedio mensual.
Todos temas que la fruticultura del Valle está mirando con mucha atención.
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