Nueces

Las nueces que se exportan desde la Patagonia más austral al mundo

En Picún Leufú, en el centro sur de Neuquén, funciona el único emprendimiento patagónico que exporta nueces Chandler.

En el centro sur de la provincia de Neuquén, en la localidad de Picún Leufú, a unos 140 kilómetros de la ciudad capital, se encuentra uno de los mayores emprendimientos de nueces Chandler y el único que exporta parte de su producción. La historia de Patagonia Nogales comenzó hace unos 20 años, cuando la familia de Agustín Carabetta pensó en la necesidad de diversificar sus negocios. “El lugar se eligió por una promoción que hubo en su momento de la provincia, de esas tierras. El agua la teníamos disponible porque se había invertido en el canal La Picasa”, explica el actual responsable de la empresa sobre los inicios del emprendimiento.

Producir en el sur del país conlleva ciertos desafíos. En primer lugar, porque se trata del emprendimiento de nueces más austral de la Patagonia. En este sentido, el equipo de trabajo tuvo que resolver “la problemática del clima, del suelo y de la latitud en la que se encuentra el proyecto”, recuerda Agustín.

El camino de la exportación de las nueces

A lo largo de estos años, el volumen de producción de nueces sufrió algunos altibajos. Sin embargo, según nos cuenta Agustín, “en los últimos cinco años pudimos resolver los últimos problemas sanitarios de un hongo que había aparecido en la chacra y que nos estaba costando erradicar”. Desde entonces, Patagonia Nogales logró una producción de volúmenes significativos.

Estas cantidades son las que también le permiten exportar, si tenemos en cuenta que la mayoría de los productores, pequeños y medianos, venden en el mercado interno, ya que el consumo de nueces en Argentina muestra valores ascendentes.

Una vez que se cosecha, la nuez se limpia, se lava, se seca, se clasifica por tamaño, se embolsa y luego se exporta en contenedores. En el caso de Patagonia Nogales, comenzaron a exportar parte de su producción hace seis o siete años. “En general, siempre se exporta a Europa, a Italia principalmente. Este año salen dos contenedores a Italia, uno a Portugal y otro, me parece que a Medio Oriente, pero no tengo claro el destino, porque en realidad fue un negocio que hicimos con un tercero”, aclara Agustín.

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La carga de un contenedor de nueces rumbo al exterior.

La carga de un contenedor de nueces rumbo al exterior.

El proceso de venta se da a través de compradores que se dedican al comercio internacional. “Nosotros obviamente nos ocupamos de toda la documentación”, dice Agustín, mientras en ese mismo momento cargan uno de los contenedores en la chacra. Estos contenedores luego se transportan por tierra a Buenos Aires o vía Chile; una vez allí, viajan por barco hacia el destino final.

Las primeras exportaciones se realizaron a través del Centro PyME: “Para los primeros tres contenedores nos habíamos juntado muchos productores, principalmente de Neuquén, porque nos había agrupado el Centro PyME, que siempre nos acompaña y nos asesora”, reconoce Agustín.

Los desafíos de vender a otros países

“La exportación es muy interesante, aunque también es muy compleja, porque requiere de mucha documentación, de muchos actores; hay que pensar en los fletes marítimos, en todas las cuestiones aduaneras y sanitarias, que por ahí localmente uno no tiene tan en cuenta”, reflexiona el responsable de Patagonia Nogales.

Agustín Carabetta reconoce que el hecho de exportar “ayuda a que uno trabaje mejor, que apunte a profesionalizar los equipos y los procesos, y te exige”. En líneas generales, implica lograr “confianza y seguimiento”. “Es muy raro que alguien te venga a comprar una vez y no le interese nunca más comprarte”, asegura.

Las nueces se exportan con la cáscara, luego de un procesado previo. Esta temporada, desde Patagonia Nogales estiman que exportarán 80.000 kilos de nueces con cáscara, es decir, unos cuatro contenedores de 20.000 kilos cada uno.

En la provincia de Neuquén, Patagonia Nogales es el único emprendimiento que exporta actualmente, aunque en otras oportunidades se han sumado otros más chicos. Sobre este tema, Agustín Carabetta insiste en que “al productor chico no le rinde la exportación, porque se necesita mucho volumen y porque se necesita cargarle costos a la operación”.

“Hoy el mercado interno también valora bien la nuez, y eso hace que no tengan la necesidad de hacer grandes operaciones y manejar grandes volúmenes, como nos pasa a nosotros con la cantidad de hectáreas que tenemos”, afirma el responsable de Patagonia Nogales.

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Sobre el fin de la cosecha comienzan los trabajos culturales.

Sobre el fin de la cosecha comienzan los trabajos culturales.

“Sanitariamente empezamos a tener problemas con los calores, pero una vez que el contenedor está cerrado, con la inocuidad que nosotros tenemos en la chacra y en el galpón, y con cómo trabajamos, la fruta va sana y llega sana”. Por lo tanto, el transporte por estas vías no es un problema, como sí suele pasar con la cereza, que algunas veces se transporta en avión.

Una buena cosecha

La cosecha de nueces de este 2025 se encuentra en su etapa final. Desde el emprendimiento aseguran que será una cosecha de unas 120 toneladas de nueces Chandler con cáscara. “Por el momento no he incursionado en pelar, en darle un valor agregado. Al margen de que siempre lo tenemos presente y que nos gustaría hacerlo”, nos cuenta Agustín.

La chacra en producción cuenta con 120 hectáreas plantadas y un galpón de procesamiento, que es el único galpón habilitado en la provincia de Neuquén. Si se toma la temporada completa, Carabetta asegura que “fue muy bueno el clima… tuvimos algunas lluvias de otoño, que obviamente nunca es bueno recibir en plena cosecha porque te complica la recolección”, dice. Sin embargo, en líneas generales, “venimos teniendo un clima favorable”, finaliza.

Desde el corazón neuquino, Patagonia Nogales demuestra que, con trabajo sostenido, visión a largo plazo y compromiso con la tierra, es posible proyectar un producto local hacia el mundo. Cada nuez que parte en un contenedor lleva consigo no solo el fruto de una cosecha, sino también la historia de una familia, de un equipo y de un sueño que echó raíces en el sur y hoy florece más allá de las fronteras.

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