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Las paritarias están estancadas y piden al 'socio' Estado que también ceda algo

Las paritarias frutícolas se encuentran empantanadas. Los productores piden que el Estado 'aporte' con una disminución de los impuestos al trabajo.

Las negociaciones por las paritarias salariales con los gremios de la fruta (embaladores y cosechadores), se encuentran empantanadas y se esperan nuevos encuentros para las próximas horas, pero sin visos de acercamiento. Lo que sí se avizora con el paso de los días y las reuniones, es que hay un actor (el Estado), que hoy se recluye en su rol de mero negociador a través de las autoridades laborales, pero que “tiene que dar una señal para bajar los costos”, disparó Sebastián Hernández desde la Federación de Productores de Fruta. “Yo no tengo problemas con los empleados, pero hoy tenemos un socio que no pone nada”, dijo en relación “tanto al gobierno nacional como al provincial”.

Tal vez en el caso de los rurales enrolados en la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) el punto álgido sea el convenio colectivo de trabajo. Los productores quieren que se apliquen modificaciones, porque fue acordado en 1992, cuando se tomó como base de cálculo una producción media de 25.000 kilos de fruta por hectárea, cuando hoy aún en las estimaciones de costos de los entes oficiales, se hacen estimaciones tomando como base unos 40.000 kilos por hectárea.

“Hay que blanquear esa situación, porque hoy los rendimientos no son los mismos. El sector hizo el sacrificio, se mejoraron los rendimientos, pero es muy difícil discutir con parámetros de hace más de 30 años”, dijo el dirigente. Dentro de estas negociaciones, Hernández argumentó que “no veo al Estado que esté buscando una solución, porque en este caso, quien debería relegar un porcentaje?”, se preguntó, tras lo cual afirmó que “ni los empleados ni los productores son culpables de esta situación”. Para sustentar su posición, indicó que “el aumento de los costos se nota cada vez más” y que los números que se manejan en paritaria “están por encima de los costos habituales de recolección”.

“Creo que la cosa no pasa porque alguno, ya sea el chacarero o el empleado se funda, sino porque el gobierno dé alguna señal de bajar los costos”, analizó, y puso como ejemplo que “hoy por cada dos sueldos, tenemos que pagar otro que se lo lleva el Estado”, en relación a que, por cada salario, el empleador debe además hacer aportes que representan el 49,8% del salario de bolsillo del trabajador. “Es una locura”, acotó.

Por eso una de sus conclusiones, luego de la última reunión que también pasó a cuarto intermedio, es que “si no hay algún alivio desde Nación, alguien sale dañado” y se lamentó que no ve señales por parte de las autoridades de resignar ningún porcentaje de sus ingresos. “Espero que no quieran cerrar un número sólo a costilla de nosotros”.

Por ultimo aclaró que “nadie quiere el conflicto, es más, hay un ambiente de buscar una solución”, y eso explica en parte la cautela con la cual se están manejando las partes.

Paritarias en galpones, más lejos

Por el lado de las negociaciones que llevan adelante los empresarios nucleados en la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) y el sindicato de obreros y empleados de la fruta, las partes parecen estar más lejos de un acuerdo. El secretario general Marcos Bielda informó a sus afiliados que “la CAFI sigue con una oferta muy baja con relación a la realidad y la inflación interanual. La oferta (de aumento salarial), es del 93% aproximadamente, que sería el monto bruto para un embalador de 1.450.323 pesos”. Ante este ofrecimiento, adelantó que “rechazamos rotundamente la propuesta”.

Según trascendió, los trabajadores del empaque están solicitando un incremento de salarios y de productividad similar al de la inflación que se produjo en 2024, que se ubicó en el 117,8 %. Por su parte, la CAFI, estaría ofreciendo un 93 % de actualización salarial. Por lo pronto, desde esta central sindical se han declarado en “alerta y movilización”, y los secretarios generales acordaron que no van a firmar nada por debajo de los indicadores inflacionarios del INDEC.

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