Mercado de manzanas y peras

Nueva Zelanda, una historia exitosa con variedades club o "manejadas"

Después de la eliminación del Board, a través del cual se comercializaba toda las pomáceas exportadas, éste pequeño país tuvo un periodo de crisis por el ingreso en el mercado internacional de Chile con la Gala y la menor demanda de Braeburn, dos variedades de manzana que fueron originarias de Nueva Zelanda, pero que no estaban protegidas por patentes.

Nueva Zelanda es un país pequeño con una población de alrededor de 5 millones de habitantes y una superficie total de 268.000 kilómetros cuadrados, mas pequeña que la Provincia de Buenos Aires.

Posee un clima benigno para la producción de frutas, tierras extremadamente fértiles con contenidos de materia orgánica de alrededor del 6%, una radiación solar óptima que permite alcanzar producciones promedios más altas que cualquier otro país

Es uno de los pocos países desarrollados cuyas principales exportaciones están ligadas al sector agropecuario y que han agregado valor a sus exportaciones a través de la especialización y exclusividad, a diferencia de Argentina cuyas principales exportaciones agrícolas como soja, maíz y trigo que están condicionadas fuertemente por las variaciones de los pecios internacionales. El valor por tonelada exportada global es de u$s 912 en Nueva Zelanda y de u$s 470 en Argentina

Hasta el año 2002 el mercado interno de frutas lo manejaban cada empresa por separado, pero la exportación se hacía sólo a través del New Zealand Apple and Pear Board (NZAPB) que tenía oficinas en los principales mercados de su fruta. Esto le permitía homogeneizar la calidad y obtener los mejores precios.

En la actualidad hay varias compañías exportadoras que a través de un trabajo coordinado intentan mantener altos estándares de calidad a fin de lograr los mejores precios. Desde hace más de 30 años Nueva Zelanda comenzó a trabajar en el mejoramiento de manzanas y peras logrando variedades propias que, en un principio, no estuvieron protegidas, pero a partir de las primeras nuevas variedades logradas por cruzamientos de manzana Gala por Splendour, comenzaron a protegerlas por patentes y a manejarlas de tal modo que haya una oferta global de esas variedades durante todo el año, con una demanda que supere a la oferta para así mantener el mayor tiempo posibles los diferenciales de precios.

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La nueva temporada de peras rojas PiqaBoo importadas de Nueva Zelanda ha llegado recientemente a China y está experimentando fuertes ventas en el mercado.

La nueva temporada de peras rojas PiqaBoo importadas de Nueva Zelanda ha llegado recientemente a China y está experimentando fuertes ventas en el mercado.

Originalmente las variedades nuevas que caracterizaron a Nueva Zelanda fueron Gala y Braeburn, pero la disolución del NZAPB y el ingreso de Chile como exportador importante de manzanas Galas produjo una crisis en la industria que los llevo a acelerar el proceso de recambio varietal y una importante diversificación de sus mercados de exportación, disminuyendo los envíos a Europa e incrementándolos a Asia, principalmente China.

De sus programas de mejoramientos obtuvieron numerosas variedades de manzanas como Pacific Rose, Pacific Queen, Jazz, Envy, Dazzle, Cheekie, Rockit, Sassy, Lemonade, Cherish, Smitten y varias otras que están siendo plantadas e introducidas en el mercado. En peras se destaca los cruzamientos entre peras europeas y peras asiática de cuyo programa se obtuvo la serie Piqa, que se destaca por su color rojo brillante Piqa Boo.

A partir del año 2007 incrementaron la plantación de nuevas variedades de manzanas hasta representar en la actualidad más del 45% del total del área plantada. En el siguiente gráfico se aprecia que, a pesar de disminuir la superficie plantada, la proporción exportada y los ingresos obtenidos se han incrementado.

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Durante el año 2020 Nueva Zelanda ha obtenido un precio promedio en sus exportaciones de manzanas de 1.42 dólares por kilo, valor hasta un 60% arriba de sus competidores del hemisferio sur. Chile, por dar un ejemplo concreto, exporta casi un 50% más de volumen que Nueva Zelanda, sin embargo los ingresos totales son casi iguales al tener Nueva Zelanda un mayor precio por kilo

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Comparando los ingresos en dólares por exportación de manzanas, se observa que Nueva Zelanda ingresa casi 8 veces los valores de Argentina y esto se debe no solo a las cantidades exportadas sino también a los precios facturados.

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Nueva Zelanda en años normales exporta aproximadamente el 65% de su producción contra Argentina que exporta los últimos años 15 al 18% y Chile el 50%

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Finalmente hay que resaltar que Nueva Zelanda además de la incorporación de nuevas variedades propias y manejadas de manzanas se distingue por la incorporación de tecnologías al sector de tal manera de mantenerse competitivos a nivel global

En este aspecto están adaptando la arquitectura y la conducción de las plantaciones con el objetivo de incrementar la captación de la luz disponible con el objetivo de duplicar la productividad actual que es de 55.8 toneladas por hectárea, manteniendo la calidad (embalados/ha) y esperan que en los próximos años llegar a un 40% de su superficie manejadas con estos sistemas de conducción.

No solo tratan de bajar los costos de producción haciendo más eficiente las labores culturales a través de nuevos sistemas de conducción, del uso de ayudas mecánicas sino también de incrementando la cantidad de cajas embaladas por hectáreas y el valor obtenido por cada kilo producido.

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Chile, a través de sus dos programas de mejoramiento de manzanas, está intentando seguir el camino de Nueva Zelanda ya que sin variedades propias es imposible lograr una proporción significativa de estas nuevas variedades. Así también, a través de diferentes estrategias, buscan disminuir sus costos de producción e incrementar la productividad de sus plantaciones. Estas acciones se enmarcan en un esquema colaborativo entre el Estado, los viveros, las empresas y los productores.

En los valles de Río Negro y Neuquén, por ahora, no se está haciendo nada del trabajo que hacen nuestros competidores. Dentro de la actividad, cada uno intenta sobrevivir por su cuenta, como puede, sin un compromiso colaborativo de los actores, y con una presencia del Estado que no sólo atina a poner parches a la crisis, sino también a dificultar el desarrollo de la actividad a través de políticas macroeconómicas cambiantes y un esquema impositivo que desalienta la inversión en estos sistemas de capital y mano de obra intensivos.

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