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Polinización de cultivos: el innovador avance de Harvard en robótica

La historia de RoboBee, los robots polinizadores de la prestigiosa Universidad de Harvard.

La Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) creó a Artemis, un robot diseñado para jugar fútbol; la empresa china Unitree Robotics dio forma a Unitree G1, otro humanoide capaz de realizar tareas de cocina y coctelería con una precisión que recuerda a un chef o barman; la compañía 1X está desarrollando en Noruega a Neo Beta, un robot capaz de cuidar a personas (incluyendo a niños). Estos son un puñado de ejemplos del avance de la ciencia y de los muchos robots que hacen las veces de humanos y ya están circulando en el mundo. Sin embargo, hasta ahora no estaba en el escenario la posibilidad de que las sustituidas en sus labores sean las abejas.

Ellas son, como sabemos, vectores de polinización y cumplen una función muy importante con el transporte del polen que fecunda a otras flores. Este es uno de los primeros pasos en la producción de alimentos naturales que los seres vivos necesitamos. Sabiendo que la disminución de la población de las abejas es un hecho, ¿es posible realizar este proceso con robots?

Mientras muchos intentan entender por qué las abejas desaparecen y buscan posibles soluciones, otros transitan caminos que parecen haber salido de libros de ciencia ficción.

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Robobee

Así llegamos al tema central de este artículo porque el Laboratorio de Microrrobots de la Universidad de Harvard trabaja desde hace casi dos décadas en un proyecto conocido como RoboBee. Se trata de un robot de diminuto tamaño, que es capaz de levantar el vuelo. Eso sí, la fuente de alimentación permanece unida a él mediante un cable, por el cual también se realiza el control.

Inspirado en la biología de un insecto, con un par de alas milimétricas, cuenta con una anatomía robótica capaz de hacer mover las alas 120 veces por segundo. Es un reto crear un vehículo tan reducido, hacerlo autónomo, y que encima pueda llevar algo de carga adicional.

"Es el primer microrobot que puede realizar movimientos en ambientes complejos", dijo Yufeng Chen, del Wyss Institute y graduado del Laboratorio de Microrobótica de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Harvard.

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RoboBee está inspirado en la biología de un insecto. Foto: Universidad de Harvard.

RoboBee está inspirado en la biología de un insecto. Foto: Universidad de Harvard.

Pendientes

Los investigadores consideran que siguiendo la línea de desarrollo, en unos diez o quince años, este tipo de robots podrían artificialmente realizar el proceso de polinización en campos de cultivo, y asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos.

La realidad es que los RoboBees no son ahora una solución viable tecnológicamente, tienen que pasar a ser autónomos en muchos sentidos: baterías, control, o la comunicación con el resto de robots. En la actualidad trabajan con modelos más grandes, con baterías y tecnología que les permita trabajar en otros campos, como la coordinación del "enjambre".

El invento es especialmente significativo si se tiene en cuenta que la mortalidad de los insectos polinizadores, de los que depende la mayoría de los cultivos, aumenta cada año sin que se sepan las causas.

Este fenómeno ya es global, especialmente en los países con una agricultura muy desarrollada, y han hecho que muchos científicos alerten de los efectos de un mundo sin abejas. Alerten y avancen en alternativas (por lo menos, curiosas) como RoboBee.

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