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Productores de cereza se sienten "fuera de competencia" ante el aluvión de fruta que ingresa de Chile

El ingreso anticipado y masivo de cereza chilena desplaza a la producción local y presiona los precios a la baja.

Como nunca antes, la cereza de Chile comenzó a ingresar al mercado argentino durante este mes de noviembre, y al mismo tiempo los productores trasandinos hicieron envíos tempranos de su cosecha a mercados como Estaos Unidos y Europa, donde esta fruta mantiene su núcleo duro de demanda. En el caso de la cereza que ingresa a nuestro país, “está entrando a granel” y eso empuja los precios a la baja. Y a eso se suma que los costos de producción son menores a los que rigen en Argentina. “Con esas condiciones, y al mermar los precios, nos va dejando fuera de competencia”, dijo Aníbal Caminiti, gerente de la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (CAPCI).

Para intentar acortar distancias con los competidores, los productores argentinos se pusieron a revisar sus estructuras de costos y detectaron algunas variables que se podrían modificar. Algunas dependen de los gobiernos provinciales y otras del gobierno nacional.

“Presentamos una nota al ministro (de Economía, Producción e Industria de la Provincia del Neuquén) Koenig, donde demostramos que, desde abril de 2024 a abril de 2025, en Neuquén el costo de la energía se ha incrementado más del 300%”, destacó el ejecutivo.

“Tenemos las hidroeléctricas acá, la empresa (el EPEN) es del Estado, y nos hemos cansado de plantearle al gobierno provincial que tenemos las tarifas más caras del país para el nivel de usuario industrial, que es el que se usa en los frigoríficos”, aseguró Caminiti.

Sobre este mismo aspecto, solicitaron al gobierno nacional una reducción del 50% del IVA que se aplica en las tarifas eléctricas para las industrias: “Son cosas que son potestad del Ejecutivo, y las hemos planteado por escrito, nos hemos reunido con los funcionarios el año pasado, pero no tenemos respuesta”.

A pesar de ser exportadores, desde CAPCI consideran que ni siquiera proponen debatir sobre el tipo de cambio, porque “en realidad lo que hoy necesitamos ajustar es nuestro costo interno, que nos deja fuera de mercado directamente”. En este punto, Caminiti apuntó al gobierno nacional, porque “hasta el momento se han dictado nada más que algunas normas de desregulación, que tienen que ver con lo burocrático”, y en cambio aún esperan medidas “que vayan al hueso para poder exportar de Argentina y mantener competitividad”.

Consideró que varios de los temas a resolver “no es necesario que pasen por el Congreso”, y mencionó algunos de los puntos que plantearon al gobierno nacional desde el Comité de Frutas de Argentina, entre los que figuran la devolución del IVA de las exportaciones. “No puede ser que sea un tema burocrático y se tarde un año o más en poder percibir la devolución del IVA”, se lamentó Caminiti.

Lo cierto es que, mientras la agenda gubernamental parece no enfocarse en la producción de fruta en fresco, en el mercado local de la cereza se ha detectado que “como nunca entró fruta de Chile ya a principios de noviembre”, lo cual afectará “sobremanera hacia adelante”. Porque cuando llegue la cereza argentina a las góndolas en enero o febrero, ya habrá cereza chilena, la que además ingresa a granel, reduciendo aún más los precios.

Habitualmente la cereza chilena ingresaba en diciembre, “cuando ya en los minoristas había mucha oferta nacional”. Sin embargo, “en enero y febrero de este año se triplicó la importación de cerezas respecto a la media de los últimos cinco años”, lo cual implicó que “no solo se cayeron los precios, sino que directamente costó ubicar la fruta”. De las 14.000 toneladas de cerezas que produce Argentina al año, el 50% se destina al mercado interno, pero enfrente tiene a un verdadero jugador mundial, con sus 625.000 toneladas de producción anual.

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Los costos internos, las tarifas eléctricas y la carga impositiva profundizan la brecha con la competitividad chilena.

Los costos internos, las tarifas eléctricas y la carga impositiva profundizan la brecha con la competitividad chilena.

Por lo pronto, al mercado interno “mucha cereza chilena entra a granel, eso baja los precios, pero además los chilenos tienen un costo de producción más competitivo”.

“Si lo vemos del lado del consumidor –agregó Caminiti–, seguramente se incorporarán más consumidores, porque habitualmente la cereza es cara para el consumidor argentino. Por ese lado, uno puede decir que es interesante. Pero, del lado del productor, el ingreso de cereza chilena implica que no podemos competir por los costos argentinos”.

Es así que “al mermar los precios, nos va dejando fuera de competencia en la medida que no se puedan trabajar los costos internos”, entre los cuales mencionó la incidencia de la mano de obra: “No digo que el trabajador tenga que ganar menos; estoy diciendo que el costo que significa el sistema laboral actual es alto, el tema impositivo es alto, el costo de la energía… en Neuquén tienen la energía más cara del país; Río Negro también tiene una energía cara, y eso nos saca de juego”.

Menos exportaciones

En 17 años, en vez de evolucionar, las exportaciones de fruta fresca cayeron de 960 millones de dólares anuales a 560 millones. Esos números se desprenden de un estudio del Comité de Frutas de Argentina, una asociación denominada Frutas de Argentina, que es una alianza que reúne a las principales asociaciones de exportadores, como el Comité Argentino de Arándanos (ABC), la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI, peras y manzanas), la Cámara Argentina de Cerezas (CAPCI) y la Federación Argentina de Citrus (FEDERCITRUS).

En 2008, todo el sector exportaba por 1.600 millones de dólares, y el 80% era producto de la fruta en fresco (960 millones), y el resto jugos (de limón, sobre todo) y vinos. En 2024, las exportaciones del sector fueron de 2.300 millones, pero la participación de la fruta en fresco se redujo al 24%, representando 560 millones. La caída fue de 400 millones en este rubro.

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La fruta en fresco perdió 400 millones de dólares en exportaciones en 17 años y se redujo al 24% de las ventas externas del sector.

La fruta en fresco perdió 400 millones de dólares en exportaciones en 17 años y se redujo al 24% de las ventas externas del sector.

Es así que el complejo frutícola pasó a representar el 1% del Producto Bruto Interno (PBI), lo que lleva a Caminiti a aceptar que “somos casi invisibles” cuando hacen sus planteos ante las autoridades. Por ejemplo, el complejo automotriz exporta por unos 11.000 millones de dólares.

La reducción de casi el 55% del negocio exportador de frutas en 17 años se traduce “en cierre de establecimientos y menos mano de obra”. Pero, a pesar de esta realidad, “el sector frutícola hoy representa 150.000 empleos, igual que el sector automotriz”. La diferencia es que el sector frutícola genera empleo “distribuido en las economías regionales, en algunas localidades muy pequeñas, con un empleo más vulnerable, porque la mayor parte de ese empleo es temporal”.

La conclusión del gerente de la cámara de cereceros es que “no hay una mirada, desde mi punto de vista y con todo respeto, adecuada sobre el tema frutícola”. Prueba del estancamiento es que, en el sector de las cerezas, “hace quince años que no se incrementa la superficie plantada”. Consideró por último que, “si tuviésemos políticas que acompañen al sector, el impacto sería sobremanera positivo”.

Fuente: Redacción +P.

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