Brasil

Brasil, el fantasma de los productores de cerdo

Grave denuncia: la apertura de importaciones de cerdos fue "para un hipermercado que tiene el negocio armado".

La decisión del Gobierno de abrir las importaciones de alimentos para inducir una baja de los precios internos golpeó de lleno en el sector porcino. Toda la cadena de producción cuestionó los datos en base a los cuales las autoridades económicas determinaron incluir a la carne porcina en estas medidas de apertura, que para los cerdos no fue tal.

Las importaciones de cerdo estaban abiertas, pero comenzaron a tener beneficios impositivos, por el IVA o por ganancias, y un beneficio de acceso al dinero (a los dólares), que permite facilitar dichas importaciones. Pero parece que en esta acción hubo pocos ganadores.

“En la reunión entre el ministro Luis Caputo y los frigoríficos se analizaron los productos y muchos habían registrado subas de 100%/150%, pero no era el caso de los cerdos”, dice una fuente del sector. Pero también cuentan que un supermercado, que siempre tuvo aceitado el negocio de importación desde Brasil, insistió en que se incluya, con el argumento de disciplinar a las otras carnes, que habían incrementado su valor en góndola durante el inicio del gobierno.

“Para disciplinar los precios de carnes vacunas y de pollos hay que importar 200 mil toneladas, un despropósito. Además, en el sector porcino no están importando lo que se pensaba. Y esa importación, no beneficia en nada al consumidor. No va a bajar el precio. La carne ya bajó en estos 3 meses de nuevo gobierno, qué ironía”, dice Juan Ucelli, consultor. Y continúa: “Si la bondiola está a $ 5.000 el kilo, ahora va a costar $ 4.900. No va a bajar el precio, pero sí puede afectar para el otro lado de la cadena, que es la faena. Al productor le pueden pagar un precio menor”.

La estadística indica que, a nivel mayorista, durante el trimestre diciembre-enero-febrero, la carne de cerdo bajó 25% (contra subas de 40% en pollo y 29% en carne vacuna). Pero en las góndolas el valor bajó sólo 6%.

Y se agrega Ucelli que “la carne de cerdo sigue afianzándose en una opción accesible para los consumidores en momentos donde le poder adquisitivo de los mismos está siendo muy erosionado. Sería importante tener el acompañamiento del último eslabón de la cadena, la comercialización minorista, para ser aún más baratos”. Existe la certeza que “alguien” se queda con parte de la diferencia, y está en el último eslabón de la cadena. “La media res porcina se aleja aún más de la media res vacuna y desde la semana pasada está más barata que el pollo eviscerado. La carne de cerdo está de oferta y la fiesta la pagan los productores”, dice el consultor.

Pero ése no es el único problema de un sector en declive. La cadena debe enfrentar el poderío de Brasil. Las importaciones se hacen desde ese país.

En Brasil, el precio estaba regalado, y sigue regalado, en términos de dólar en Argentina. Estamos importando determinados cortes, como bondiola, solomillo, algunos cortes de jamón…Son cortes que entran más baratos, porque en Brasil la bondiola es barata. Es un producto de segundo o de tercer nivel. Como si fuese aguja, o el roof-beef vacuno”, dice Juan Ucelli.

El cerdo hoy tiene el mismo precio en Argentina y en Brasil. Y, el mismo costo de producirlo. La diferencia es que acá el maíz y la soja están más baratos, por las retenciones y todo lo demás es mucho más caro. Entonces llegamos al mismo costo, con la salvedad que ellos, pueden utilizar los promotores de crecimiento, que les aumenta entre un 5% y 6% la carne que ofrecen (aumenta el rendimiento) aprobados en Brasil y en Estados Unidos, y en Argentina está prohibida. Entonces, en este punto tenemos una competencia desleal.

Brasil maneja los volúmenes enormes en comparación con Argentina. Y la entrada a frigoríficos hace la diferencia. La escala pesa y los vecinos ganan competitividad. “En cualquier ciudad de Brasil la media red del cerdo, sale entre un 15 y un 20% más barato que en Argentina”, dice Ucelli.

Brasil compite y se posiciona

En definitiva, la carne es más barata en Brasil y puede ser un buen negocio para los supermercados argentinos. Los frigoríficos, en cambio, necesitan activar sus plantas de faena y deposte, salvo las industrias que traen cortes de jamón para hacer jamón cocido.

No obstante, “en Argentina el cerdo está regalado y se vende por cabezas o por kilos en el caso de jamón. Pero traer desde Brasil y aprovechar la medida que está vigente desde el 12 de marzo, exige comprar un contenedor y pagarlo en dólares. Aquí se paga en pesos, a 30 o 60 días, con las tasas de interés que tenemos ahora…”, aclara Ucelli, quien ratifica que los perdedores, son los productores de cerdo: “El productor, el chanchero, si existe chiquitito, está en un agujero, y no sabemos dónde está el fondo. Es bastante complicado, y vemos un golpe de gracia, que está dejando a muchos fuera de su actividad. Y el que cerró no se dedica nunca más al cerdo, ni lo va a comer”.

¿Fue poco feliz la medida del gobierno, en base a un supermercadista vivo?, le preguntamos a Ucelli, quien remata: “Fue por un hipermercado que tiene su negocio armado para importar. Y que estaba comprando en ese momento, la bondiola nacional, 3.400 pesos el kilo, envasada, y la vendía a $ 6.500. Si el Ministro hubiera dicho, muéstreme la factura de la bondiola, le hubiesen podido cargar el 30%, no el 90% como hacía entonces. La bondiola hubiera costado al público, $ 4.500.

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