Argentina

Carne argentina: los secretos detrás de los corrales que abastecen al mundo

Con problemas, los feedlots en Argentina enfrentan desafíos estructurales mientras sostienen la calidad que distingue a la carne nacional.

Fernando Storni es ingeniero en Producción Agropecuaria. Ingresó a la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) trabajando en la implementación de sistemas de gestión de calidad en los establecimientos asociados. Tras pasar por diferentes roles, en 2016 ocupó la Gerencia de la entidad y, desde 2022, la Presidencia. En esta entrevista aborda temas centrales para la producción de carne bovina en general y en establecimientos de engorde a corral (feedlots) en particular: la caída del stock bovino de los últimos años, las perspectivas, la flexibilización de la barrera patagónica, el cambio en el sistema de vacunación contra la aftosa, los malos números actuales de los feedlots, la posible ampliación de la cuota para Estados Unidos, la demanda internacional de la carne producida en base a granos y el peso de las retenciones.

—Según los últimos datos oficiales, la Argentina perdió 3,6 millones de bovinos desde 2022 y 1,23 millones solo contando el último año. ¿A qué atribuye esa situación?

—Creo que no podemos pensar únicamente en un factor. En un rodeo, con cantidad de productores tomando decisiones, los motivos son múltiples. Pero seguramente el efecto de la sequía de 2023, que ha sido prolongada en el tiempo y muy amplia en el territorio, sea el factor más determinante. Por otro lado, con la aparición de la gran demanda de China y su impacto en el precio de la categoría vaca, se inició en la Argentina un desprendimiento de animales de esa categoría no productiva que, bajo otra circunstancia, permanecían en los campos.

—¿Por qué las medidas más favorables del actual Gobierno no parecen haber revertido esa tendencia a la liquidación hasta ahora?

—Bueno, entiendo que el factor más importante puede ser la relación de los precios ganaderos respecto de otros bienes. Por otro lado, las medidas más favorables, que en definitiva tienen que ver con una visión diferente con respecto a la intervención o no en los mercados, producen un impacto positivo de más largo plazo: generan expectativas por la coyuntura internacional, pero no creo que en solo dos años puedan mostrar un cambio importante. Además, retener a estos valores es muy costoso en términos de demanda de capital.

—¿Pero cree que comenzará un cambio hacia la retención de vientres? ¿O los altos precios de la hacienda son tentadores para vender?

—Creo que lo más importante es que los cambios se produzcan no solo por expectativas, sino por tracción de los precios y los negocios. A inicios de 2016, por ejemplo, se generó una sobreoferta independiente de las variaciones estacionales, vinculada a las sobreexpectativas por el regreso de la Argentina a los mercados globales, pero los mercados de calidad no generan una demanda y una tracción inmediata. Los buenos precios actuales creo que provocarán un crecimiento de la ganadería siempre que generen buenos negocios y que el buen clima se consolide en una serie de años. Luego, la oferta y la demanda determinarán el nivel de los precios futuros.

Flexibilización de la barrera sanitaria

—¿Qué opina de la flexibilización de la barrera patagónica?

—Creo que lo más importante es que, luego de muchos años, se comienzan a poner sobre la mesa y a analizar muchos temas estructurales o de un impacto importante. El cambio en relación con la barrera patagónica creo que se toma bajo un marco técnico y claro de la OMSA en cuanto a los riesgos nulos en el tránsito de estos productos entre zonas libres con vacunación y sin vacunación. Si desde el punto de vista técnico no hay motivos para sostener una prohibición, me parece correcta la medida. Creo que, en cualquier aspecto o actividad, no es bueno generar condiciones diferenciales o restricciones sin un sustento técnico cierto. Por otro lado, es contradictorio solicitar el acceso a ciertos mercados cuando mantenemos nosotros mismos una restricción dentro del país.

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Los establecimientos de engorde a corral son una pieza clave del abastecimiento interno y de las exportaciones argentinas de carne bovina.

Los establecimientos de engorde a corral son una pieza clave del abastecimiento interno y de las exportaciones argentinas de carne bovina.

—¿Y cómo ve el cambio en el sistema de vacunación contra la aftosa?

—Creo que todos los planes y estrategias deben ser revisados periódicamente. Y la Argentina se debía un análisis de su estrategia sanitaria sobre aftosa luego de un plan de lucha contra la enfermedad que ha sido muy exitoso, pero que fue concebido con una situación epidemiológica diferente a la actual. Por lo tanto, considero estos cambios sumamente oportunos y adecuados, más aún considerando lo que está sucediendo en nuestra región. Creo que el norte debe ser llegar al estatus máximo alcanzable y debemos contar con un plan de acción para ello. Puntualmente, los cambios para 2026 disminuyen la cantidad de dosis que se aplicarán, equiparando nuestra estrategia a la utilizada por Uruguay, por ejemplo. Esto evita una doble vacunación en animales inmunizados y, en el caso de los engordes a corral, tiene un impacto muy importante en animales que serán destinados a faena en poco tiempo, ya que movilizarlos para la vacunación implica una gran pérdida de eficiencia productiva.

—¿Cuántos feedlots hay hoy en la Argentina?

—Hoy tenemos unos 1.120 establecimientos registrados en el SENASA como Engorde a Corral, que durante 2024 proveyeron casi 5 millones de cabezas para faena. Por otro lado, hay sistemas de terminación a corral que, por diversos motivos, no se encuentran registrados como tales, pero que aportan un volumen importante.

—¿Cuál es el peso de los feedlots en Patagonia?

—En Patagonia hoy contamos con 58 establecimientos registrados, que representan el 0,08 % del stock de animales en engordes a corral. Si bien el peso sobre el stock bovino a nivel país no es importante, la actividad lo es para la región, por lo que genera localmente. Se ha desarrollado principalmente de la mano de la reconversión de tierras en valles bajo riego, que fueron dejando actividades típicas como la producción de frutas. La ganadería intensiva agrega valor a los forrajes producidos en esas tierras y a la excelente producción de terneros de la Patagonia. El impacto local de estas empresas sobre la generación de mano de obra, arraigo y agregado de valor es fundamental. Por otro lado, entidades como Maizar, el INTA y los gobiernos provinciales trabajan en impulsar la producción de maíz en estos valles. Hay aún un potencial muy importante para muchas regiones, y esperemos que las buenas perspectivas para las proteínas en el mundo impulsen también el desarrollo en Patagonia.

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En medio de la caída del stock y la presión de los costos, los feedlots redoblan la apuesta por la innovación y la eficiencia productiva.

En medio de la caída del stock y la presión de los costos, los feedlots redoblan la apuesta por la innovación y la eficiencia productiva.

—¿Cuál es la foto actual de los feedlots en ocupación, rentabilidad y precios?

—Los corrales llevan ya cuatro meses de reducción de su stock y, en octubre, la ocupación cayó casi un 4 %, con lo que llegó a un 62 %. Estamos en la temporada de mayor salida de hacienda de los corrales, pero empezando ya a disminuir, por lo que hay que ver lo que sucede con los precios cuando la oferta se reduzca aún más. Sobre la rentabilidad, los precios actuales muestran una foto que arroja una pérdida de cerca de 90.000 pesos por cada cabeza encerrada, producto de un diferencial compra/venta muy importante. Los negocios hasta ahora han sido positivos, pero la firmeza de precios de los terneros de invernada y esta foto actual hacen que se dependa de una recuperación del precio del novillo gordo para no terminar este ciclo con quebrantos.

Expectativas por la demanda internacional de carnes

—¿Se esperan cambios en el negocio?

—Creo que los cambios más importantes tienen que ver con las buenas expectativas en la demanda global de carnes, pues la Argentina se presenta como uno de los países con las condiciones para aportar en ese mercado. Mirando el vaso medio lleno, todo lo que no hemos aprovechado en otros momentos con relación a nuestros competidores se convierte hoy en una ventaja comparativa. Tenemos mucho para crecer. Claramente, dependemos de una consistencia en la presencia dentro de esos mercados, sin intervenciones, y de reformas internas, sobre todo impositivas, para ser competitivos. Respecto del negocio del engorde en particular, creo que debemos tener una mirada mucho más fuerte sobre la eficiencia, ya que no podemos pensar en factores exógenos que produzcan correcciones de precios. Hoy las variables son más de la ganadería que de la macro, y parece que esa es la tendencia en los próximos años. En este sentido, creo que será clave la eficiencia productiva de la mano del análisis de grandes volúmenes de datos para la toma de decisiones.

—¿Cómo le impactaría a los feedlots un proceso de retención de vientres?

—Como mencionaba, un proceso de retención, dependiendo de lo fuerte que sea, tiene su impacto inicial en una menor oferta de animales de invernada, que con el tiempo se traduce en un aumento de la oferta. Esos movimientos definen precios, pero lo más importante es que pensemos siempre en captar el mayor valor posible para nuestro producto: las mejores integraciones por parte de la industria, contar con todos los mercados posibles abiertos y las mejores condiciones comerciales en cada destino, para llegar a ese mejor precio posible. Las rentabilidades se distribuirán en la cadena por oferta y demanda en cada situación.

—¿Cuál es el negocio más rentable de los feedlots hoy?

—Es difícil definir uno en particular. Evaluamos modelos, pero siempre la realidad de cada productor, cada empresa con sus particularidades, ventajas comparativas y fortalezas define sus mejores negocios en cada momento. Pero si pensamos en la actividad y nos olvidamos de las tasas, que tuvieron en el año grandes variaciones, la relación de precios de compraventa y de costo del alimento presenta, con mejor resultado, el engorde de animales más pesados.

—¿Cómo impacta hoy la Cuota 481?

—La Cuota 481 terminará en 2026 con su proceso de reducción, por el pedido de Estados Unidos de retener 35.000 toneladas para ellos, dejando solo 10.000 para los demás países participantes. Esto hace que siga siendo un negocio interesante en las ventanas de faena, pero con un impacto general bajo. Por otro lado, la participación de la industria frigorífica con hacienda propia reduce la demanda de animales de productores para esta cuota.

carne frigorífico
Storni reafirma que las retenciones a las exportaciones se deben eliminar totalmente para poder desarrollar la actividad en forma sostenida.

Storni reafirma que las retenciones a las exportaciones se deben eliminar totalmente para poder desarrollar la actividad en forma sostenida.

—¿Hay otros mercados externos específicos para los feedlots?

—Claramente: toda la demanda externa de carne de calidad pasa hoy por cortes con alto contenido de grasa intramuscular, y ese marbling (marmoleado) se produce en corrales, con animales terminados a grano. Lo vimos este año en SIAL de Shanghái (China), y lo mismo nos trasladaron sobre la demanda europea desde Anuga (Alemania), dos de las ferias internacionales de alimentos más importantes del mundo. Claramente, tendremos un rol importante para proveer a dichos mercados, además de a nuestra ya importante demanda interna.

Las nuevas medidas del Gobierno

—¿Qué opina de la trazabilidad electrónica para el ganado?

—Es parte de la evolución que entiendo debemos tener como cadena. La Argentina va a tener más oportunidades con un sistema de trazabilidad más sólido. Y la identificación electrónica creo que es la herramienta adecuada para ello. El sector no duda de la importancia del correcto análisis de datos y creo que será una herramienta útil para la circulación de información entre los diferentes eslabones de la cadena. Por otro lado, nos permitirá tener producciones segregadas y demostrarlo, para dar respuesta a alguna demanda de mercado puntual sin tener que generar restricciones en toda la producción.

—¿Habría que diferenciar para el consumidor la carne producida con pasto de la carne hecha en base a granos?

—Creo que son buenas todas las acciones que ayuden a conocer más sobre los alimentos que se consumen. Hoy el consumidor local y global, en muchos casos sin saberlo, elige y premia la carne terminada a corral por su consistencia, terneza y jugosidad. No estoy seguro de que sea una demanda específica, pero todo lo que agregue valor al producto es bueno que se pueda realizar.

—¿Cómo le impactaría a los feedlots una eventual baja o quita de retenciones a los granos?

—Si la baja de retenciones se traduce en un incremento del valor de los granos y sus derivados, claramente impacta en el costo de alimentación de todas las actividades que les agregan valor y, a largo plazo, en un mejor negocio para la agricultura y una mayor oferta. Dicho esto, estamos convencidos de que debemos ir a la eliminación total de las retenciones de todos los productos de forma permanente. Entendemos que hay una necesidad recaudatoria, pero en la medida en que las cuentas fiscales lo permitan deberíamos avanzar en la reducción de los derechos de exportación, como se hizo en estos últimos dos años, hasta su eliminación.

—¿Cómo ve la eventual ampliación de la cuota de carne para Estados Unidos a 80.000 toneladas (desde las 20.000 actuales) a la que se refirió Milei estos días?

—De confirmarse, sin duda sería una buena noticia, ya que, como dije, lo más importante es que podamos capturar en cada destino el mayor valor posible para el producto que comercializamos. Es bueno para toda la cadena.

ganadería Storni feedlots
Entre la demanda global y los márgenes ajustados, los corrales argentinos definen el futuro de la ganadería intensiva.

Entre la demanda global y los márgenes ajustados, los corrales argentinos definen el futuro de la ganadería intensiva.

—¿Qué opina sobre la normativa antideforestación de la UE que empieza a regir en enero?

—Como cámara, estamos trabajando, acompañando a la plataforma VISEC Carne, con el objetivo de que no haya interrupciones en el abastecimiento a ese mercado y que los productores que lo deseen puedan continuar proveyendo a la industria con normalidad. Más allá de las consideraciones sobre la medida en sí, creo que no tendremos un impacto importante por las condiciones propias de la Argentina.

—¿Cree que el triunfo del Gobierno en las legislativas y la ayuda financiera de Estados Unidos pueden ayudar al sector, por ejemplo, para que haya crédito?

—Todo lo que ayude a tener un mercado estable y a retomar tasas lógicas sin duda tiene impactos positivos. Nuevamente, si pensamos en un negocio de tan largo plazo, la estabilidad ayuda a planificar y obliga a hacer las cosas muy bien puertas adentro.

—¿Cómo ve el negocio de acá a los próximos cinco años?

—Lo veo evolucionando desde lo productivo en los temas que impactan en la eficiencia, muy ligado al manejo de datos e información, donde sin duda la IA tendrá un papel clave en la actividad intensiva y traccionado por la demanda internacional, con un rol muy importante de los engordes en el abastecimiento de esos mercados de alta calidad, consolidando un salto productivo.

—¿Alguna preocupación o expectativa actual?

—Más bien el deseo de que, como país y cadena, podamos aprovechar esta nueva oportunidad que el mundo nos presenta revalorizando las proteínas animales y los alimentos naturales. Espero que esta vez sí la Argentina pueda dar un salto productivo importante, generando más riqueza para el país.

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