Congelados en la Patagonia: Mencué amaneció a -26°C en plena ola polar
La pequeña localidad rionegrina, ubicada en plena meseta de la Patagonia, registró una de las temperaturas más bajas del país.
La localidad de Mencué, ubicada en la meseta sur de la provincia de Río Negro, Patagonia, amaneció este lunes con una temperatura extrema de -26°C, una de las marcas más bajas del país en lo que va del año. Este fenómeno forma parte de la intensa ola polar que azota gran parte del territorio argentino, con particular crudeza en las regiones patagónicas.
Mencué es una pequeña localidad del departamento El Cuy, situada al norte de la Patagonia argentina. Cuenta con una población total —urbana y rural— que ronda los 1000 habitantes, en su mayoría productores ganaderos que se dedican a la cría de ovinos y caprinos, actividades que conforman la base económica de la región.
El acceso a Mencué solo es posible a través de la ruta provincial 67, un camino que atraviesa la vasta meseta rionegrina, caracterizada por su aislamiento, condiciones geográficas extremas y una infraestructura limitada. En este contexto, los eventos meteorológicos severos como las olas polares generan un impacto significativo en la vida cotidiana de sus habitantes.
La zona sur de la provincia de Río Negro, donde se encuentra enclavada Mencué, posee características geográficas y socioeconómicas particulares. Las distancias, la escasa densidad poblacional, las bajas temperaturas invernales y la dependencia de la producción agropecuaria hacen que los pobladores deban enfrentar cada invierno con recursos limitados y una fuerte dependencia de la asistencia estatal para paliar situaciones críticas, como el congelamiento de caminos o la escasez de forraje para el ganado.
Desde las primeras horas de la mañana, el termómetro marcó cifras históricas, y no se descartan nuevas mínimas en los próximos días, ya que el Servicio Meteorológico Nacional mantiene vigente una alerta por bajas temperaturas extremas en toda la región cordillerana y de meseta.
El frío extremo afecta no solo a los habitantes sino también a la actividad ganadera, ya que los animales deben soportar temperaturas bajo cero durante jornadas completas, con acceso limitado a agua líquida y alimento natural.
Con un clima que endurece las condiciones de vida y producción, los pobladores de Mencué enfrentan una vez más el rigor del invierno patagónico con la resiliencia que los caracteriza.
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