El negocio de la ganadería cambia, y la productividad es clave
La productividad para el negocio de la ganadería será la llave del éxito para los tiempos que se avecinan. El cambio de era, así lo define.
Últimamente los analistas ligados a la ganadería insisten en que el secreto del negocio se encuentra en la alimentación de los animales y la ganancia de kilos en el menos tiempo posible. Pero no todas las regiones son iguales. Al menos, eso explica el investigador referente del CONICET, Darío Colombatto, ingeniero agrónomo graduado en la Facultad de Agronomía (UBA), con doctorado en la The University of Reading (Reino Unido de Gran Bretaña).
- ¿Cuál es la fotografía de la ganadería actual?
- La fotografía de la ganadería tiene hoy, como suele pasar, sectores muy nítidos y partes muy borrosas. Tenemos partes nítidas que representa a algunas regiones, sobre todo en la pradera pampeana, donde tenemos buenas lluvias iniciales de primavera que auguran un panorama para la parte de cría, sobre todo lo que es en la región Cuenca del Salado, que viene bien. Un panorama favorable para lo que van a ser los servicios de primavera y el crecimiento de los terneros ya nacidos. Y hay otras partes, un poquito más borrosas que son coincidentes con las zonas más productivas agrícolas y también de ganadería más de invernada, como es el centro de la provincia de Buenos Aires, el sur de Córdoba, una parte de La Pampa, donde uno encuentra una sequía bastante marcada que está generando algunos problemas en los cultivos y sobre todo crecimiento de las pasturas. En términos macro, podemos hablar también de la región NOA, INEA, donde estamos en la etapa en el NOA, sequía, pero es esperable que en esta época todavía no haya llovido, entonces estamos en los últimos meses de consumo de los forrajes diferidos, o sea que se han dejado en pie desde el crecimiento del verano anterior. Tenemos buenos precios para la ganadería en términos de dólares por unidad, por kilos. La diferencia o la discusión siempre es ¿Cuánto compro o qué cosas compro yo con ese precio? ¿Son buenos en dólares porque el dólar está bajo, o son buenos en dólares reales? Esa siempre es una pregunta que nos tenemos que hacer.
- ¿Y dónde está hoy? ¿Cómo está el negocio concreto? ¿Es más pastura dependiente? ¿Hay alguna vuelta nueva que esté viviendo el productor?
- Yo creo que el productor en este nuevo contexto va a tener que poner barbas en remojo, como siempre debió hacerlo. Hay que focalizarse en el negocio desde el punto de vista de lo productivo y, no tanto, de lo financiero. Estuvimos acostumbrados durante varios años a que la inflación y los acomodos, o las distorsiones que se generaban, después se acomodaban con aumentos de precios que eran muy violentos. Y eso hacía que un productor malo tuviera la misma chance de ganar que un productor bueno porque un acomodo de precios del 40% en un mes, de alguna manera, enmascaraba todo lo que hacemos mal.
- Por lo que dice, la situación cambió…
- En este momento tenemos un contexto donde lo que es productivo va a ser más importante que lo financiero. Ahí, en ese momento, es cuando uno dice vamos de nuevo. En la cría venimos desde un 2021 muy bueno en rentabilidad y un 22/23 más o menos rentable. Otros planteos son los que menos porcentaje de renta deberían ofrecer. Tengo un capital en vaca muy importante para una facturación de terneros que es más baja que en otras actividades ganaderas. Lo que nosotros vemos es que la recría, la etapa de crecimiento basada en pasto, sigue siendo la clave del negocio. Sobre todo, en aquellos planteos que tienen lo que se llama ciclo completo, o sea, hacen cría, recría y la terminación. La terminación es muy dependiente de la fecha o la época que nosotros la hagamos para salir bien, en términos económicos. La terminación de feedlot. Si yo encierro a fin de año para salir en febrero, marzo o abril de cada año, yo tengo más chances de tener muy buen resultado económico. Al menos si uno lo compara con encerrar ahora y salir a fin de año. Allí, probablemente las chances de salir bien son menores.
- ¿Cómo está la relación compra venta?
- Hoy está cara la recría y está barato el gordo. Eso en cuanto a la relación compra-venta. Entonces, si yo hoy entro caro y salgo barato, me la pego de frente. En cambio, encerrar más tarde, habiendo recriado más tiempo pasto para salir febrero, marzo, o abril de cada año, que es cuando menos oferta de ganado gordo hay en el mercado, a mí me asegura bastante más mis chances de ser más eficiente. Por lo menos, más económicamente rentables. La recría pastoril sigue siendo para mí la clave de los modelos ganaderos estables y eficientes a lo largo del tiempo. Y en las zonas más marginales, complemento con el feedlot. Claro, el feedlot actúa como una herramienta. Imagínense que estamos destetando con un ternero que pesa 140/150 kilos, por caso, en Formosa o Corrientes, o bien en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, o Neuquén. Aún si tuviéramos pasto disponible, no nos da garantías de ganancia buena de peso. Ahí entra el feedlot, pero con una dieta de recría, o sea, con una dieta de crecimiento. En base a silaje de alfalfa o de maíz, y un poquito de grano y minerales. Y después cuando los animales ya son más pesados, salen al pasto a comer pastura o comer pastizal natural. Y también existe, para estas regiones, el corral de terminación donde aprovecho todo lo que puedo del pasto durante el crecimiento, la época de crecimiento y cuando la velocidad de crecimiento del pasto empieza a disminuir. Si bien eso depende de qué región estemos considerando. Es decir, cuando la tasa de crecimiento del pasto empieza a disminuir, empiezo a descargar el campo metiéndolo en el corral. El feedlot actúa como un plazo fijo ganadero. La salida se puede demorar una o dos semanas, de acuerdo a problemas impositivos o de cupo de frigorífico.
- ¿Puede apreciarse entonces que el negocio del ganadero es mucho más finito ahora, mucho más preciso en cuanto al manejo?
- Tiene que ser así. Si no, nos basábamos en que alguien subsidie el maíz para que yo sea eficiente. Y eso no puede ser. Tengo que ser capaz de competir contra la industria del cerdo, contra la industria del pollo, que son mucho más eficientes en el maíz. Para poder competir con ellos, y en un ambiente en el cual el maíz ahora es casi sustancialmente barato, pero probablemente suba en el mediano plazo, tengo que ser capaz de ubicar el maíz en el mejor ambiente para aprovecharlo de la forma eficiente. Tenemos que ser cada vez más finos.
- ¿Cuál es la incidencia hoy día de la sanidad en el cuidado de los animales o en el negocio ganadero?
- En Paraguay, Chile, Uruguay, el impacto de la sanidad es muy importante, pero la sanidad preventiva. Ahora, en términos económicos es despreciable el gasto en sanidad con respecto a los beneficios que nos trae. Si saco la cuenta hoy de lo que me puede costar la sanidad por animal en un feedlot, aun cuando incluya aftosa, a mí me puede costar 5.000 o 6.000 pesos por animal. Es un animal que puede llegar a valer como un novillo, un millón de pesos. La realidad es que el impacto del gasto preventivo en sanidad es muy bajo. Ahora bien, si yo no realizo esa parte preventiva y tengo después un problema sanitario, como puede ser en terneros chicos una neumonía o en novillitos ya algún problema asociado a clostridiales o incluso una acidosis láctica, es mucho más costoso. En términos sanitarios, hoy por hoy la inversión en sanidad es baja y uno hace todos los esfuerzos posibles porque el productor reconozca esa cuestión. La sanidad no es un gasto, es una inversión.
- Claro. Pero, ¿Cómo llevamos esto al sur de la barrera del río Colorado?
- La actividad productiva tiene que estar basada más en el tema pastura y no en el tema sanitario. Yo he trabajado en Río Negro y en Neuquén, pero más al sur todavía no, aunque sí del lado chileno. Siempre al trabajar allí, con muchos traslados, muchos kilómetros de traslado con el ganado, con terneros chicos. Entonces me tengo que concentrar mucho en la sanidad al arribo, porque a veces no tengo seguridad de que en origen se le aplicó todo lo que había que aplicarse a los terneros. Y a partir de ahí yo me tengo que ocupar de la parte productiva. Por supuesto, el caso de Aftosa no va a estar contemplado por debajo del paralelo, con lo cual no es una inversión que uno tenga que pensarla. Pero si el tema respiratorio, y otros que los veterinarios ya manejan con total solvencia.
- Y con este escenario, ¿Cómo se ve el futuro de la ganadería?
- Uno tendría que estar pensando en este momento, que estos dos meses que siguen muy probablemente tengamos sobreoferta de ganado gordo en el mercado. A partir de ahí vamos a caer hacia el año 2025, donde a la baja de la inflación, y supuesta y progresiva recuperación del poder adquisitivo de los salarios de Argentina, se va a sumar el hecho de que vamos a tener menor oferta. Todos los años tenemos menor oferta de ganado gordo en el mercado durante febrero, marzo y abril. Entonces ahí es donde uno espera que haya mejores precios de venta para el productor. Se espera que eso dinamice el negocio. Y que entonces, más productores compren más terneros en marzo y comiencen el nuevo ciclo de 2025/26. Tenemos que apuntar a que le podamos meter cada vez más kilos a cada ternero destetado. Porque es la parte más difícil. Nosotros no vamos a aumentar muy rápido la tasa de destete o la tasa de preñez a nivel general. Venimos de años de sequía, venimos de años de pérdida de masa forrajera y entonces no es tan fácil preñar todas las vacas de golpe. No hemos tenido años muy buenos desde lo pastoril, desde la producción forrajera. Entonces el desafío es meterle más kilos a lo que ya se logró. Y ahí es donde va a estar la real batalla de 2025 y 2026.
En esta nota