Ganaderos y crianceros pidieron el gobierno de Neuquén que declare la emergencia por sequía
Enviaron una nota detallando las consecuencias de un año que trajo poca nueve y pocas lluvias. Temen mortandad de animales para el período diciembre-marzo.
Los productores ganaderos de Neuquén enviaron una nota a las autoridades provinciales para que se analice la declaración de emergencia por sequía, atento el déficit de lluvias y sobre todo de nevadas. “Nos estamos poniendo a disposición, porque más allá de las soluciones coyunturales, queremos trabajar en soluciones más de fondo”, declaró a +P, Cecilia de Larminat, presidente de la Sociedad Rural de Neuquén (SRN), que viene analizando el fenómeno junto a otras entidades, como la Cooperativa Agropecuaria de Pequeños Productores que tiene sede en Zapala.
“Las montañas están negras, porque no hubo nieve en la cordillera”, comentó esta productora de Las Lajas, quien resaltó que “otros años, a esta altura, estábamos con barro hasta el tobillo en algunos campos, y hoy vuela tierra”.
Aseguró que “lo peor será a partir de diciembre y hasta marzo”, donde se hará más evidente la debilidad de los pastizales.
“Estas sequías son tan recurrentes, que tenemos que pensar soluciones más creativas y duraderas”, entre las cuales mencionó recomendaciones para “alivianar” los campos de su eventual sobrecarga de animales.
Para eso, esperan que se conforme “una mesa provincial”, a la que acudan las entidades rurales y todos los organismos de gobierno con capacidad de decisión sobre el tema, desde recursos hídricos hasta rentas, atento los beneficios fiscales que se pueden otorgar a quienes pierdan su capital por falta de alimento para los rodeos.
La emergencia
Destacó que de por sí la declaración de emergencia “agiliza todas las respuestas”, y aclaró que “más que exigir, lo que pretendemos es ponernos a disposición para proponer soluciones”.
Entre ellas, están esbozando la posibilidad de generar un recinto para engordar a los animales con peor condición corporal, para recuperarlos con el fin de que tengan un valor comercial, evitando así que los campos se recarguen de ganado improductivo. Y más allá de una intervención estatal, se pretende que se encuentren soluciones donde haya más participación de los ganaderos.
Hoy, muchos de esos animales son llevados a la cordillera a pastorear en los habituales arreos, y mueren antes de poder regresar.
“Tal vez una sequía es un puntapié para generar proyectos o soluciones que perduren”; confió De Larminat, quien aseguró que la meta es “encontrar herramientas para que la solución no solo pase por medidas de subsistencia”.
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