Patagonia

La faena cae 25% en el norte de la Patagonia y enciende alarmas en el sector

La ganadería del norte de la Patagonia muestra una clara caída en la faena en esta primera parte del año. Preocupación en el sector.

La actividad ganadera en el norte de la Patagonia atraviesa un momento crítico. Un reciente informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) reveló que durante el primer trimestre de 2025 se faenaron en las provincias de Río Negro y Neuquén apenas 54.046 cabezas de ganado bovino. Esta cifra representa una caída interanual del 15% y un desplome del 25% en comparación con el promedio de los últimos cinco años para el mismo período.

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El retroceso preocupa a los productores de la región, que ya venían atravesando dificultades debido a condiciones climáticas adversas, altos costos de producción, y la incertidumbre en los mercados internos y externos. El informe de SENASA confirma que, desde 2021, la faena en la región ha mantenido una tendencia descendente, sin signos de recuperación sostenida.

En términos absolutos, se dejaron de faenar más de 9.600 cabezas respecto al mismo trimestre del año pasado, y casi 21.800 menos si se compara con los registros del primer trimestre de 2021. Esta caída no solo refleja una menor actividad industrial, sino que tiene un impacto directo en la disponibilidad de carne bovina en el mercado. Traducido en volumen, la reducción de faena entre 2021 y 2025 equivale aproximadamente a unos 5,2 millones de kilos de carne de producción local que no llegaron a los consumidores.

El análisis desagregado de los datos permite observar con mayor claridad el tipo de hacienda que más ha sufrido el ajuste. La categoría de novillos aparece como la más golpeada, con una caída cercana al 70% en los niveles de faena si se compara el primer trimestre de 2020 con el de 2025. En valores absolutos, esto representa unos 7.000 animales menos que ingresaron a los frigoríficos de la región.

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Le siguen los novillitos —una categoría clave dentro del ciclo productivo bovino— con una merma del 22% en los últimos cinco años, lo que representa alrededor de 4.200 cabezas. Las vaquillonas también sufrieron una reducción significativa, con una baja del 18% y 4.600 animales menos faenados.

Causas de la menor faena

Especialistas del sector apuntan a varios factores que explican este fenómeno. Uno de ellos es la persistente sequía que arrastran los campos, reduciendo la disponibilidad de pasturas y obligando a los productores a ajustar sus rodeos. A ello se suma la falta de incentivos económicos y políticas claras para el sector, que generan desinversión y menor ritmo de engorde y terminación de animales.

La situación es preocupante. La caída en la faena no solo afecta a los frigoríficos, sino a toda la cadena de valor: desde el productor primario hasta el transporte, el empleo rural y el abastecimiento local de carne”, expresó el presidente de la Sociedad Rural del Alto Valle, Baldomero Bassi, en dialogo con +P.

Agrega que este escenario de caída del nivel de faena se da por dos cusas bien definidas. La primera de ellas fueron las lluvias. "De mitad a fines de febrero en adelante comenzó a llover fundamentalmente en todo lo que es la parte norte de Río Negro y eso determinó que muchos productores no puedan sacar los animales del campo. Entonces, ahí hubo una baja importante de oferta para faena. De hecho, en esa época se suspendieron algunos remates por esta causa", detalló el ruralista. Y el segundo punto lo atribuye a la resolución del SENASA el 17 de marzo, la 180/25 que autoriza el ingreso de carne con hueso a la Patagonia proveniente del norte del río Colorado. "Esta resolución generó mucha incertidumbre entre los productores y muchos tomaron la decisión de no vender a la espera de alguna señal en el mercado", aclaró Bassi con alto grado de preocupación.

El informe de SENASA que muestra la caída de faena se transforma así en una señal de alerta para autoridades provinciales y nacionales, que deberán considerar medidas de apoyo específicas para evitar un deterioro mayor en una actividad clave para las economías regionales. En este contexto, los productores insisten en la necesidad de políticas claras con el tema de la barrera sanitaria, medidas de incentivo, mayor financiamiento y estrategias de mitigación frente al cambio climático. Sin acciones concretas, advierten, la tendencia podría profundizarse en los próximos meses.

Frente a este contexto, este medio intentó comunicarse con Norberto Tabaré Bassi, secretario de Ganadería de Río Negro, buscando alguna respuesta de lo que está sucediendo en el sector, pero lamentablemente no respondió a los llamados.

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