La pérdida de competitividad aqueja a las empresas de alimentos
Un caso para ejemplificar es el de la producción porcina, cuyas empresas siguen perdiendo competitividad y mercado.
El atraso cambiario, la liberación de importaciones y la devaluación de la moneda brasileña, generan preocupación a los representantes de las empresas argentinas de alimentos por la fuerte merma en la competitividad. Los altos costos internos en términos de impuestos, sumado a la mano de obra y logística complican aún más la situación.
Los industriales advierten que, si no se implementan cambios pronto, este año podría haber un aumento en la importación de productos, especialmente de Brasil, sostenido en la devaluación del Real; y de otros productos, desde China, impulsado por el crecimiento esperado de su economía.
La Unión Industrial Argentina (UIA) presentó en octubre del año pasado un informe sobre la competitividad del país, donde se abordó el “costo argentino” y se enumeró los cinco problemas que deberá corregir Argentina este año: inestabilidad macroeconómica, falta de financiamiento, presión tributaria, altos costos de energía e infraestructura.
Pese a que la producción de cerdos tocó un nuevo récord, como se informó recientemente en +P dicha actividad es buen ejemplo de las diferencias con Brasil.
Y el consultor Juan Ucelli suma un dato claro acerca de los temores de los industriales: “Como en el tango, la historia vuelve a repetirse. La devaluación de Brasil que vivimos entre 1998-99 cuando estábamos en el 1-1, se hizo de un día para el otro. En ese momento Argentina mantuvo el 1-1, lo que nos dejó en una situación muy complicada, ya que se reflejó en un aumento importante de las importaciones. Ahora estamos en una situación un poco parecida, porque Argentina tiene un dólar "planchado", con poco movimiento. Brasil, después del triunfo de Trump, tomó decisiones basadas en sus propias razones macroeconómicas y devaluó, y comenzó a ser mucho más competitivo. De igual a igual, Brasil tiene un costo de producción para criar cerdos similar al de Argentina, pero la elaboración de carne de cerdo es mucho más competitiva allí. A esto le sumamos la diferencia entre el valor real y el valor del peso. Independientemente del dólar con respecto al peso, tenemos precios muy, muy altos. En diciembre se importaron 4.800 toneladas, casi 5.000 toneladas, que fue la cifra más alta de los últimos cinco años”.
- ¿Y a qué precio?
- Bajaron los precios en dólares entre un 5 y un 7 por ciento porque son más competitivos, mientras nosotros nos encarecimos con respecto al dólar en pesos. También vimos un dato interesante para tener en cuenta: normalmente había entre 10 y 12 importadores, y ahora tenemos casi 50 o 55 compitiendo entre ellos. Como había tanta oferta de productos congelados, empezaron a bajar los precios. En los supermercados, la bondiola se ofrecía a 5.000 pesos el kilo al público, mientras que en Argentina se fabrica a unos 5.200 o 5.300 pesos. O sea, no había posibilidades de que el producto argentino compitiera con el de afuera.
- ¿Había muchos importadores “oportunistas”?
- Normalmente, durante el año, el promedio fue de 15 importadores. Pero en los últimos meses, cuando Brasil empezó a devaluar, aparecieron muchos nuevos que vieron una oportunidad de negocio: Importar carnes de cerdo desde Brasil y algunos cortes en particular, como la bondiola, solomillo, costillita, carré y pechito, que se consumen bastante en Argentina, y tenían un valor muy diferencial. En su momento, en bondiola, ganaban 25 mil dólares por contenedor, una cifra interesante. A nadie le vendría mal ganar 25 mil dólares por contenedor… Esa diferencia hizo que a fin de mes empezaran a pelear entre los propios importadores, porque aparecieron más ofertas. Y, por eso, el precio que estaba en 7.500 pesos bajó fuerte en las góndolas. Además, el vacuno se acomodó un poco. En estos días el cerdo tendrá que ajustarse porque tenemos menos consumo en enero. La gente con dinero se fue de vacaciones y la situación es difícil.
- ¿Qué se prevé para el resto del año?
- Para 2025, si seguimos con esta postura y con la teoría del dólar a fin de año, como se nos planteó, prácticamente con una devaluación del 1,5% por mes, se va a complicar más. Creo que no solo el tema del cerdo se va a complicar; también se complicarán las zapatillas, los textiles, la leche, un montón de cosas. Hay muchos productos que van a perder competitividad, no solo con Brasil, sino también con Uruguay y Paraguay. Y se ve que hay dinero en Argentina porque alguien paga las importaciones para traer los productos.
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