La Rinconada y la (eterna) historia del puente a medio construir
El viejo puente, que permite el acceso hacia las localidades de la cordillera neuquina, se construyó en 1942, mientras que el nuevo, de dos manos, se comenzó en el 2006 y aún no se inauguró.
Las provincias de Neuquén y Río Negro cuentan con importantes recursos hídricos conformados por lagos y ríos caudalosos. Por este motivo, la edificación de puentes se hace fundamental para la circulación de la población y para permitir el acceso a ciertas localidades.
En este sentido, los dos puentes de La Rinconada, el viejo y el nuevo aún no inaugurado, representan dos obras fundamentales para que fluya el acceso hacia una de las localidades más relevantes de la zona cordillerana que es Junín de los Andes, y que conforma un importante corredor turístico y productivo.
El antiguo puente carretero sobre el río Collón Curá, fue inaugurado en 1942 y consta de una sola mano que se utiliza para ambos sentidos, lo que muchas veces provoca filas de vehículos que esperan para transitar de un lado a otro.
Se lo llama así, porque está situado en el sector La Rinconada, en la localidad de Junín de los Andes, en la intersección de las rutas 234 y 40, una zona de contexto rural de amplios campos y de belleza inigualable.
El puente viejo fue construido en la primera mitad del siglo XX por el Regimiento de Infantería de Montaña del Ejército Argentino, con asiento en Junín de los Andes. Desde entonces, es la vía de acceso más directa por tierra hacia dicha localidad, ubicada en el Departamento Huilliches de la Provincia de Neuquén y, desde allí, hacia San Martín de los Andes.
Es tal la importancia de este puente, con 82 años de existencia, que fue declarado Monumento Histórico Nacional por la Ley 27.084 basándonos en un proyecto de Nancy Parrilli y Marcelo Fuentes. Dicha Ley fue sancionada el 16 de diciembre del 2014 por el Congreso Nacional y promulgada en enero del 2015. Por este motivo, el viejo Puente de La Rinconada forma parte del patrimonio de los argentinos.
El camino hacia el nuevo puente
En diálogo con +p, Rubén Enrique Campos, ex intendente de Junín de los Andes, expresó que uno de los motivos por los que se ideó un nuevo puente, fue por las inundaciones que afectan a la zona. Particularmente en 1999 hubo una crecida muy grande del río y, según recuerdan los pobladores, el agua pasó por arriba del puente y dejó a la localidad aislada.
Otro de los motivos de la construcción del nuevo puente, tuvo que ver con el colapso que implica en el tránsito, el hecho de que el puente viejo sea de una sola mano. De esta forma, según recuerda el ex intendente de Junín de los Andes: “El gobierno nacional decidió, por el año 2003 o 2004, realizar esta obra del nuevo puente, con un proyecto complejo, porque la empresa que ganaba la licitación de la obra tenía que arreglar la factibilidad con las estancias lindantes, no es que se les daba el tema ya solucionado”, explicó.
Por esta razón, según Rubén Campos, “era difícil que aparecieran oferentes, hasta que aparece en escena la empresa Lavigne” adjudicataria de la obra del puente nuevo hasta el día de la fecha. La empresa, que ya venía con experiencia en la construcción de puentes, contó con un presupuesto inicial para la obra de $1.400 millones, financiada con fondos federales.
Sin embargo, la empresa Lavigne no pudo comenzar con la obra, porque según el punto de vista de Campos, una de las estancias “se plantó en contra”. “Tenían que ceder tres hectáreas de un total de 25 mil” recordó y aclaró que estas tierras pertenecen a una familia de origen inglés, titulares de lo que fue Estancia Huechahue.
La idea de un nuevo puente en La Rinconada comienza en 1998, luego se toma la decisión de concretarlo en el 2003; hasta que, finalmente, la obra se adjudica en el año 2006 a la empresa Juan M. Lavigne y Cía SA. que ya lleva 18 años a cargo de la construcción.
Rubén Campos, asegura que “en la época de Jorge Sapag todavía estábamos con la discusión por las cabeceras y, con ayuda de la Sociedad Rural, se acercó a las partes para que puedan llegar a un acuerdo” afirmó. “En el año 1998 Junín amplia el ejido que justo llega hasta el puente. La obra se terminó aprobando en el 2003, hasta que recién en cinco años comenzó a encaminarse, en medio de cambios de gobierno, el hecho de adecuar las partidas al ritmo inflacionario y sumado a la famosa veda invernal, que todas las obras se detienen por el clima frío” detalló.
Según el ex intendente de la localidad, “los distintos gobernadores tuvieron buena intención de terminar las obras, pero las decisiones pasan por el gobierno nacional, no por la decisión provincial. Es una historia bastante compleja” aseguró, y adicionó como otro de los factores, la alta inflación que vive el país y que lleva a la readecuación constante de precios.
Otras voces
Las tierras de la otra cabecera del puente nuevo, le pertenecen a la Estancia La Rinconada, que posee una costa que da a ese río. Atilio Guinez, a cargo del campo que actualmente funciona como coto de caza, no coincide tanto con el punto de vista del ex intendente de Junín de los Andes.
Según el encargado de La Rinconada, “la tardanza en la obra no tuvo que ver con el acuerdo con los campos sino con la política. Por los conocimientos que tengo, hace 20 años que estoy ahí, yo le puedo asegurar que en el gobierno de Mauricio Macri no se movió una pala de ahí. Y en los últimos tiempos pasó lo mismo” dijo y reconoció que “recién ahora se está reactivando”.
“Tengo conocimiento y hablo con el dueño de la empresa contratista, les hemos vendido el tema canteras. Ellos mismos nos dicen que no reciben el dinero. No veo que la obra se haya atrasado por problemas de acuerdo con los campos, nosotros negociamos al mismo tiempo la cesión de las hectáreas para la construcción del nuevo puente, que fue cuando arrancó la obra” aseguró Guinez.
Atilio afirma que “hoy no hay tanto movimiento turístico”, pero que “hubo épocas de muchas colas de los dos lados para pasar. Por ahí hay que esperar media hora”, lamentó.
Cuando se le pregunta si estaría de acuerdo que el viejo puente se mantenga como paso peatonal, reconoce que le preocupa que en ese sector “no hay seguridad, ni control, y que mucha gente tira basura”. “Para nosotros sería un problema, porque estacionan en la costa del río, hacen fuego, es un riesgo de incendio” aunque entiende que no toda la gente se comporta de ese modo.
Entre idas y vueltas, se calcula que el nuevo puente finalmente se va a inaugurar durante el 2025, ya tiene un importante grado de avance y, según la información oficial, lo que falta son las dos cabeceras que permiten los accesos, además de la pavimentación y la cartelería correspondiente. Un emblema que implicará una nueva convivencia entre lo “nuevo” y lo “viejo”.
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