La sequía golpea duro y se espera una menor producción de carne
Por la sequía, los productores de Río Negro se desprenden de las madres. En la Región Sur casi no existió la habitual “cosecha” de corderos.
Viento y calor. Nada de lluvias. Esa es la combinación letal de factores que marcan la sequía que afecta a grandes superficies productivas de Río Negro, sobre todo a aquellas dedicadas a la producción primaria, tanto de ovinos como de bovinos. Tres referentes del sector, como Roberto Gutiérrez, presidente de la Sociedad Rural de Conesa, Héctor “Beto” Zamborain de la Sociedad Rural de Maquinchao, y Oscar Díaz, un productor de Jacobacci que lleva un registro de lluvias desde 1979, aportaron datos y apreciaciones sobre el futuro mediato, que se va a caracterizar por una menor oferta de carne. Ya sea por venta anticipada de animales como por mortandad de los mismos.
Díaz tiene planillas que inició su abuelo, las siguió un tío y ahora las continúa el. Tiene el campo a unos 30 kilómetros al noreste de Jacobacci. Allí el promedio histórico de lluvias está en torno a los 160 milímetros anuales. Sin embargo, el año pasado cayeron apenas 71 milímetros. Menos de la mitad. Eso se traduce en una baja en el porcentaje de parición haya bajado al 25 o 30%. “No hubo corderos o muy pocos para las fiestas, y el cordero es lo que te salva el año”, dijo el productor.
Unos 100 kilómetros al este se encuentra el campo de Zamboraín. Allí las lluvias del 2024 no superaron los 90 milímetros. “Viene seco desde el invierno”, y eso se tradujo en que “acá, 150 kilómetros a la redonda, no quedó ni un cordero”.
En cambio, en el sector donde predomina el vacuno, como el triángulo que conforman Río Colorado, Choele Choel y Viedma, la situación no es uniforme. En el centro de esta zona se encuentra la rural de Conesa, donde sí está haciendo sentir sus efectos la sequía. Con la digitalización de los datos que surgen de las guías de traslado, ahora es más fácil tener estadísticas sobre los movimientos de hacienda.
En esta zona, una de las consecuencias de la sequía, es que los productores se están desprendiendo de las vacas y avanzan con el destete precoz para hacer la recría con suplementación.
Gutiérrez, quien además de presidir la rural es agrónomo y asesor de algunos proyectos productivos de la zona, indicó que a lo largo del 2024 la venta de vacas fue un 43,4% superior a las registradas en 2023, un año donde también la salida de vacas fue alta.
El otro registro preocupante aquí es el de lluvias. En 2024 se acumularon 220 milímetros, muy lejos de la media que es de 350 milímetros. De todos modos, en el tramo entre Guardia Mitre y Viedma la situación del pastizal es mejor, al igual que en algunos campos alrededor de Rio Colorado.
Lo cierto es que “faltarán terneros”, por la reducción de la carga de vacas para aliviar los campos afectados por la sequía, y por otro lado porque habrá una lógica retención de terneras para reemplazar los vientres que se fueron, en buena medida al calor de los precios que ofrecen los frigoríficos por lo que se conoce “la vaca china”, animales grandes que compra el país asiático y sobre la cual no hay retenciones a las exportaciones, mientras que para el resto de las categorías el Estado Nacional todavía impone retenciones del 6,75%.
“Tuvimos un noviembre y un diciembre con calor y mucho viento”, se lamentó el dirigente, quien aseguró que “estamos jugados a febrero, a lo que pueda llover en el inicio del otoño. Nos ilusionamos con algunas lluvias de octubre, pero después no llovió más”.
Agregó que “los productores aprendimos la lesión con las sequías del 2008 y del 2010, y enseguida tratamos de aliviar los campos. Ahora se vende la vaca y nos quedamos con los terneros, que comen menos. Además, ya a esta altura en todos los campos hay algún silo de autoconsumo para hacer la recría”.
Consultado por los precios del kilo vivo, que fue noticia los últimos meses del año por el salto que pegaron en las pizarras de las carnicerías, Gutiérrez aseguró que “en ese tema, venimos corriendo siempre de atrás”, y que los precios que se lograron sobre finales de año, no equiparan los índices de inflación. “Hubo una recuperación desde la primavera, pero si uno mira los resultados de los mercados, como el de Cañuelas, los precios nunca alcanzaron a la inflación”.
Desde Jacobacci, Zamboraín refuerza en parte el concepto de que el negocio es menos negocio: “No hay plata que alcance, sobre todo por los costos muy altos. En la última reunión de la rural analizamos que un encargado de campo paso de 600 a 1.500 dólares por mes, una persona que después termina cobrando 300 dólares de jubilación”.
A esto se suma que, en el caso de los ovinos, el kilo de lana “estuvo entre 30 y 40 centavos por debajo de la campaña anterior”.
Sobre los registros que lleva García en Jacobacci, los inició su abuelo en 1979 y aseguró en base a esos datos que “hay cambios en el régimen de lluvias que se dan por décadas. Tuvimos décadas de 180 milímetros promedio y ahora pasamos a 160 milímetros”. Anotan hasta cuando cae 1 milímetro a pesar que no tenga influencia en los pastizales.
“De los 6 años peores, 3 me tocaron a mí que estoy en el campo desde el 2016”, cuenta el productor, quien arroja los datos de las sequías más graves: 1984 se registraron apenas 41 milímetros en un año, en 1992 cayeron 93 milímetros, en 2018 las precipitaciones totalizaron 68 milímetros, el 2021 fueron 74, y el 2024 cerró con 71 milímetros acumulados.
“La producción de corderos es un poco lo que salva el año, y este año tuvimos muy pocos corderos”, por eso muchos complementan la actividad de sus campos “con un empleo en el pueblo”
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