Preocupante: Nación confirma que la faena vacuna se derrumba en la Patagonia
Un informe oficial de la Secretaría de Agricultura de la Nación reveló que la faena de bovinos cayó un 8% en el primer semestre de 2025 en Río Negro y Neuquén.
Un reciente informe de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGPyA) confirmó una tendencia que ya venía inquietando al sector ganadero del norte de la Patagonia: la faena de ganado bovino en las provincias de Río Negro y Neuquén mostró una fuerte retracción durante el primer semestre de 2025. Con una cifra total que apenas supera las 99.000 cabezas, el dato implica una caída interanual del 8% y un descenso del 7% en comparación con el promedio de los primeros semestres de los últimos cinco años (2020-2024).
La estadística oficial viene a respaldar los informes ya adelantados semanas atrás por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), que había alertado sobre una baja considerable en la faena en esta región del país. Según los gráficos comparativos, los niveles de faena de 2025 se asemejan notablemente a los del año 2019, el cual fue el periodo con menor actividad de faena en la última media década.
El pico máximo de faena en este periodo de análisis se registró en 2020, con un total de 109.047 cabezas faenadas entre ambas provincias. Desde entonces, el descenso ha sido constante, reflejando un cuadro de situación que preocupa tanto a productores como a los distintos actores del mercado cárnico patagónico.
El contexto que rodea estos números negativos está marcado por múltiples factores. Por un lado, una caída generalizada en los precios minoristas de los cortes de carne, que ha desincentivado la producción. Por otro, un retroceso en el consumo interno, que no logra repuntar y genera desequilibrios importantes tanto en el mercado local como en el nacional. Y la sequía que terminó por afectar los niveles de stock para faena. Esta combinación ha impactado de lleno en la cadena de valor de la carne en la región.
Pero el panorama se vuelve aún más complejo cuando se introduce en el análisis un nuevo elemento: el ingreso de carne con hueso proveniente del norte de la barrera sanitaria del río Colorado. La medida, autorizada por la resolución 460/25 del SENASA, ha generado una fuerte polémica en la región. Ganaderos de la Patagonia habían solicitado que no se permitiera esta apertura del mercado, advirtiendo sobre los riesgos comerciales y sanitarios que podría acarrear. Habrá que esperar unos meses más, hasta que emerjan las primeras estadísticas de comercio, para entender cual ha siso el efecto real de esta medida en la industria de la carne de la región.
Río Negro, más afectada
A nivel provincial, los datos muestran diferencias marcadas entre Río Negro y Neuquén. En el caso de Río Negro, la situación es particularmente preocupante. Durante los primeros seis meses de 2025, la faena alcanzó las 77.147 cabezas, lo que representa una caída del 11% respecto al mismo periodo de 2024 y del 7% si se compara con el promedio del quinquenio anterior. Este es uno de los niveles más bajos de la década, apenas por encima del registrado en 2019, cuando se faenaron 74.864 animales. El pico máximo en Río Negro se había dado en 2024, con algo más de 87.000 cabezas.
En contraste, la provincia de Neuquén mostró un desempeño diferente. Si bien su volumen de faena es mucho menor en comparación con Río Negro, los primeros seis meses del año cerraron con un total de 21.950 cabezas faenadas, lo que representa un incremento del 7% en términos interanuales. Sin embargo, al compararse con el promedio de los años 2020 a 2024, la cifra de 2025 supone una caída cercana al 5%.
Este crecimiento interanual en Neuquén, aunque moderado, ha sido interpretado por algunos analistas como una señal de que parte de la producción ganadera de Río Negro estaría siendo derivada a frigoríficos neuquinos. Este fenómeno podría estar relacionado con estrategias de comercialización más convenientes o con los efectos de las nuevas normativas sobre tránsito y faena de ganado en la región.
En definitiva, la caída en la faena bovina registrada en la región no solo pone en evidencia las dificultades estructurales que atraviesa el sector, sino que también reaviva debates sobre las políticas sanitarias y comerciales que rigen el mercado de carnes en la Patagonia. Con un escenario desafiante por delante, productores, autoridades y consumidores miran con atención las medidas que puedan adoptarse para revertir esta tendencia y recuperar la actividad en uno de los pilares económicos del sur argentino.
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