Producción avícola y economía circular: el compostaje como alternativa sustentable
Los residuos generados por la producción avícola pueden ser tratados mediante la tecnología del compostaje dando como resultado una enmienda orgánica.
En Neuquén, investigadores y productores trabajan en un innovador proyecto para transformar los residuos generados por la producción avícola en enmiendas orgánicas -compostaje- para la agricultura. Esta iniciativa, impulsada por Myrian Barrionuevo, investigadora del INTA IPAF Patagonia, junto con María Laura Taborda y Sebastián Wagner de la Subsecretaría de Producción del Ministerio de Economía, Producción e Industria de Neuquén, y Alejandro Sánchez, productor y referente del área de producción de la Comisión de Fomento de Ramón Castro, busca implementar el compostaje como una solución sustentable para el manejo de residuos avícolas.
"La producción familiar de pollos parrilleros genera una serie de desechos desde la crianza hasta la faena. Estos restos, si se tratan adecuadamente, pueden convertirse en enmiendas orgánicas para la agricultura local", explica Barrionuevo. En un esquema de economía circular, subproductos como cabezas, garras, plumas y vísceras, que habitualmente se desechan o se utilizan para alimentar otros animales, pueden ser tratados mediante compostaje. "El amontonamiento de estos residuos sin tratamiento adecuado genera problemas ambientales, como olores, proliferación de moscas y roedores, además de la contaminación del suelo y el agua", advierte la investigadora del INTA IPAF.
El compostaje: una solución eficiente y ecológica
El compostaje permite transformar estos residuos en un recurso útil para la fertilización del suelo. El proceso consiste en mezclar los desechos ricos en nitrógeno con materiales vegetales ricos en carbono, como hojas y pasto seco, en capas alternadas con un nivel de humedad del 60%. Durante la fase termófila del compostaje, que dura entre 30 y 40 días en la región, las temperaturas superan los 55°C, eliminando patógenos como la Salmonella. Posteriormente, el compost se deja madurar durante seis meses hasta su estabilización.
Datos obtenidos de experiencias en China Muerta, a sólo kilómetros de Neuquén capital, revelan que la faena de 10 pollos genera aproximadamente 12 litros de residuos, compuestos por plumas, vísceras, garras y cabezas. En la región, existen productores que ya aplican esta técnica para reutilizar los nutrientes en sus propios campos, mientras que otros comercializan el compost a precios que oscilan entre 20.000 y 35.000 pesos por metro cúbico, generando ingresos adicionales para la reposición de insumos.
Uno de los proyectos más avanzados en la implementación de esta tecnología se desarrolla en Ramón Castro, una localidad del departamento Zapala, donde la Comisión de Fomento, junto con la Subsecretaría de Producción de Neuquén y el INTA IPAF, lleva adelante un plan integral de manejo de residuos sólidos orgánicos. "Para ello, realizamos capacitaciones en la escuela primaria N° 8 de Ramón Castro para docentes y estudiantes, además de iniciar la separación de residuos en la comunidad", explica Sebastián Wagner, ingeniero agrónomo de la Subsecretaría de Producción de Neuquén.
Por su parte, María Laura Taborda detalla: "Comenzamos los trabajos con los productores avícolas para reciclar las camas de los pollos y los restos de faena, convirtiéndolos en compost de calidad". Alejandro Sánchez, productor avícola de la localidad, destaca el impacto económico de la iniciativa: "La posibilidad de agregar valor a un residuo y venderlo permite generar ingresos para reponer insumos esenciales, como la viruta utilizada en las camas de los pollos".
Con la información aportada por el INTA IPAF, se construyó una compostera de 2 m³ con madera cantonera y una división central. Esta estructura permite procesar los residuos de dos faenas de 120 pollos cada una. "Con las temperaturas alcanzadas, el material queda libre de patógenos, y al cabo de 30 a 50 días, dependiendo de la época del año, la compostera queda lista para iniciar un nuevo ciclo", explica Barrionuevo. A partir de los residuos de dos faenas, junto con restos de cama, hojas y pasto seco, se obtiene aproximadamente 1 m³ de compost.
Este modelo de producción sustentable representa una alternativa viable para los pequeños productores avícolas, promoviendo el reciclaje de nutrientes y reduciendo el impacto ambiental de la actividad. Con un enfoque basado en la economía circular, se cierra el ciclo productivo, transformando los desechos en un insumo valioso para la agricultura regional.
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