Se hunde el consumo de carne en las familias argentinas
Salarios pulverizados y cambios de hábitos hicieron desplomar el consumo de carne en marzo y el primer trimestre del año.
Los números ya son preocupantes. El cálculo de consumo aparente de carne vacuna durante el mes de marzo, tocó el piso de los 40,3 kilos per cápita lo que representa el valor más bajo desde marzo de 2008 y un 30% inferior al registrado en igual mes, un año atrás.
De acuerdo a las cifras de producción y exportación informadas por la Secretaría de Bioeconomía, de las 239.000 toneladas de carne vacuna producidas durante el último mes, 160.000 se habrían volcado al mercado doméstico cifra que, expresada en términos per cápita, equivale a un consumo de 40,3 kilos anuales. No obstante, al tomar el promedio móvil de los últimos 12 meses, la tendencia muestra una media de 50 kg per cápita, reflejando una caída más moderada de 2,2 kilos (-4%) respecto de la media resultante un año atrás.
Claramente el mes de marzo, marca un nuevo punto de inflexión en consumo de carne vacuna, producto que fue -hasta hace muy poco tiempo- plato tradicional en la mesa de los argentinos. En los últimos años ya se había resentido con fuerza el consumo de asado, pero ya el golpe está afectando a todos los cortes de carne.
“Nunca en Argentina se consumió tan poca carne vacuna. El primer motivo es la pérdida de poder adquisitivo del salario. En este primer trimestre la pérdida de poder adquisitivo fue del 10%”, asegura el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), Miguel Schiariti.
Los informes de consumo de CICCRA
La estadísticas de CICCRA va en la misma línea. Los datos de marzo que publica la Cámara indican que en lo que va del año "el consumo aparente de carne vacuna habría totalizado casi 500.000 toneladas de res con hueso entre enero y marzo del corriente año y habría resultado 17,6% menor al registrado en el mismo trimestre del año pasado, marcando el registro más bajo de las últimas tres décadas".
Schiariti agrega que también se pueden ver cambios en el consumo: "En este momento la carne de pollo o la carne de cerdo están sensiblemente más económicas que la carne vacuna, por eso la gente se vuelca a estas opciones".
Sin embargo, el aumento del precio en las carnes y sus derivados estuvo en marzo por debajo del dato general de inflación. Según el Índice de Precios al Consumidor que mide el INDEC, el alza mensual fue de 11,0% mientras que en carnes y derivados fue tan solo del 9,8%. Los números confluyen cuando se la inflación de los últimos 12 meses. El IPC tuvo un aumento del 289,9% mientras que el rubro de carnes y derivados aumentó 283,2% anual en Gran Buenos Aires.
El titular de CICCRA también entiende que no es simplemente un cambio de hábito de consumo: "Los consumidores, más allá de los cambios de hábitos de consumo que se vienen dando culturalmente, en este momento terminan decidiendo por el bolsillo más que por lo que les gustaría comprar".
En detalle, el consumo aparente de carne vacuna habría totalizado -según CICCRA- poco más de 499.700 toneladas res con hueso entre enero y marzo. En tanto que el consumo per cápita fue equivalente a 42,6 kilos/año el mes pasado, volumen levemente por encima del consumo aparente publicado por la secretaría de Bioeconomía, ubicándose 18,5% por debajo de marzo de 2023.
En una perspectiva para lo que resta del año, el consultor ganadero Víctor Tonelli destacó que “va a caer la faena, va a crecer la exportación, probablemente, y el consumo pueda seguir cayendo”.
“Imagino que la oferta global de carne rondará las tres millones de toneladas, incluso algo menos. El mercado interno es quien va a recibir una menor oferta teniendo en cuenta el bajísimo nivel de poder adquisitivo de los consumidores que va a costar recuperar”, expresó.
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