Alerta en Noruega por brote de virus ISA: sacrifican casi 2 millones de salmones
La empresa Nordlaks confirmó un brote de anemia infecciosa del salmón (ISA) en su centro de cultivo Dragnes, ubicado en Hadsel, Noruega.
El sector acuícola noruego enfrenta un nuevo golpe con la confirmación de un brote de anemia infecciosa del salmón (ISA, por sus siglas en inglés) en el centro de cultivo Dragnes, operado por la empresa Nordlaks Havbruk, en el municipio de Hadsel. El brote fue confirmado el 5 de junio tras analizar muestras tomadas el 28 de mayo, luego de que se observara una elevada mortalidad en una de las jaulas del centro.
El virus fue detectado mediante pruebas de inmunohistoquímica, un método especializado que permite identificar antígenos virales en tejidos infectados. Aunque se espera un diagnóstico definitivo a finales de esta semana, Nordlaks ha decidido actuar con rapidez y determinación para evitar una posible propagación de la enfermedad a otros centros. En una declaración oficial, el director ejecutivo de Nordlaks, Eirik Welde, calificó la situación como "difícil, pero necesaria". “La reciente proliferación de algas y ahora el brote de ILA están teniendo un impacto significativo en nuestras operaciones. Estamos trabajando para minimizar las consecuencias”, expresó.
La empresa ha decidido sacrificar la totalidad de los peces del centro Dragnes, medida que comenzó a ejecutarse a partir del 9 de junio. En la actualidad, este centro alberga aproximadamente 1,9 millones de salmones, que fueron repoblados en el otoño de 2024 y tienen un peso promedio de 850 gramos.
¿Qué es la anemia infecciosa del salmón?
La anemia infecciosa del salmón es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a los salmones del Atlántico. Fue identificada por primera vez en Noruega en la década de 1980 y desde entonces ha sido objeto de estrictos controles sanitarios en las zonas de producción acuícola.
La ISA es causada por un virus del género Isavirus, de la familia Orthomyxoviridae, y se transmite principalmente a través del agua, el contacto con peces infectados o por instrumentos contaminados. Aunque no representa ningún riesgo para la salud humana, sus efectos sobre la salud de los peces y las operaciones comerciales son devastadores.
Los síntomas incluyen letargo, pérdida de apetito, sangrados internos, palidez de las branquias y, en casos graves, mortalidad masiva. Las medidas de control suelen incluir la cuarentena, el sacrificio preventivo de los lotes afectados y restricciones en el movimiento de peces y equipos entre centros de cultivo.
La aparición del virus en Dragnes llega en un momento especialmente delicado para Nordlaks, que ya venía enfrentando dificultades debido a una reciente proliferación de algas en sus instalaciones. Estos dos eventos combinados podrían generar consecuencias económicas relevantes, tanto por la pérdida directa de biomasa como por los costos operativos asociados a las medidas sanitarias.
El brote también plantea desafíos para la industria del salmón noruego en su conjunto, que es uno de los pilares de la economía del país y una referencia mundial en acuicultura. Noruega exporta salmón a más de 100 países y cualquier interrupción en la cadena de suministro puede tener efectos globales. Las autoridades sanitarias, incluyendo la Autoridad Noruega de Seguridad Alimentaria (Mattilsynet), ya fueron notificadas y se espera que colaboren estrechamente con la empresa para implementar las medidas de control necesarias. Además del sacrificio de los peces, se llevará a cabo una limpieza y desinfección exhaustiva del centro, seguido de un período de vacío sanitario antes de permitir una nueva repoblación.
Prevención y monitoreo
Los brotes de ISA no son frecuentes gracias a los estrictos protocolos de bioseguridad implementados por la industria acuícola noruega. Sin embargo, cuando ocurren, requieren una respuesta rápida y contundente para evitar que el virus se propague entre las numerosas granjas marinas de la región.
El monitoreo continuo y las pruebas periódicas forman parte de las rutinas de vigilancia que permiten detectar posibles casos en fases tempranas. En el caso de Dragnes, la detección relativamente temprana del virus ha permitido una respuesta rápida, aunque a un costo significativo.
Este nuevo brote sirve como recordatorio de los riesgos biológicos que enfrenta la acuicultura moderna y de la necesidad de mantener altos estándares de vigilancia, sanidad y manejo ambiental para proteger no solo la salud de los peces, sino también la sostenibilidad económica y ecológica de la industria.
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