China sorprende al mundo con su megainversión en finanzas sostenibles

En el contexto global de creciente urgencia por enfrentar el cambio climático, la sostenibilidad y la transición hacia economías bajas en carbono, China se posiciona como un líder indiscutible en el impulso de las finanzas verdes. Este enfoque, que busca integrar criterios medioambientales en productos y servicios financieros, fue adoptado de forma estratégica y ambiciosa por la nación asiática, que no solo desarrolló un mercado financiero verde robusto, sino que también se estableció como un referente internacional en la materia.

A lo largo de los últimos años, China transformó el concepto de finanzas verdes de una noción teórica a una aplicación práctica integral. Según datos del Banco Popular de China, al cierre del tercer trimestre de 2024, los préstamos verdes pendientes —en moneda local y extranjera— crecieron un 36,8% interanual, alcanzando los 28,58 billones de yuanes (aproximadamente 4 billones de dólares). Esta cifra no solo refleja una apuesta decidida por el financiamiento ecológico, sino que posiciona a China como el país con el mayor volumen de crédito verde a nivel mundial.

El desarrollo de este ecosistema ha sido amplio y diversificado, abarcando desde préstamos para fabricantes de vehículos eléctricos hasta la emisión de bonos verdes que financian proyectos de energía renovable y transporte limpio. Además, se implementaron productos innovadores como seguros verdes —para riesgos por contaminación— y fondos de carbono.

Bonos verdes: liderazgo global

China consolidó su posición como el principal emisor de bonos verdes del mundo. De acuerdo con la Iniciativa de Bonos Climáticos (CBI, por sus siglas en inglés), el país encabezó la emisión de bonos verdes por segundo año consecutivo en 2023, con un total de 131.000 millones de dólares en emisiones tanto onshore como offshore. Aunque el volumen cayó ligeramente (3,5% interanual), la calidad y credibilidad del mercado aumentaron, con un 63,6% de las emisiones incluidas en la base de datos de bonos verdes de CBI, frente al 57,3% en 2022.

Una tendencia importante es el creciente uso de opiniones de segunda parte (SPO, por sus siglas en inglés), que refuerzan la transparencia y fiabilidad de los proyectos financiados. En 2023, el 66,4% de las emisiones contó con una SPO, lo que demuestra un fuerte compromiso del mercado chino con la alineación internacional y las mejores prácticas globales.

Uno de los mayores logros del sistema financiero verde chino es su creciente alineación con estándares internacionales. Los Principios de Bonos Verdes de China (CGBP), publicados en julio de 2022, establecen que el 100% de los ingresos se destinen a usos verdes específicos (conocido como "100 % UoP"). Gracias a esta política, en 2023, la alineación UoP de los bonos verdes emitidos en China superó el 98%. Asimismo, la Taxonomía de Terreno Común (TCC), desarrollada en colaboración con la Unión Europea, permitió armonizar criterios para clasificar actividades verdes, lo que facilita la cooperación financiera transfronteriza. Desde su implementación, 219 bonos verdes fueron emitidos siguiendo esta taxonomía, por un valor total de 41.900 millones de dólares.

Avances en sostenibilidad social y resiliencia climática

El compromiso chino con la sostenibilidad no se limita al medio ambiente. El volumen de bonos sociales y de sostenibilidad emitidos en 2023 alcanzó los 13.700 millones de dólares, con un enfoque en proyectos de infraestructura asequible, igualdad social y resiliencia comunitaria. Un ejemplo emblemático es el bono emitido por Fujian Zhangzhou City Investment Group, que recaudó 537 millones de dólares para proyectos de vivienda, salud y transporte.

Además, la provincia de Hainan destinó más de 400 millones de dólares a programas de educación, salud y adaptación social. Estas emisiones reflejan un interés creciente en abordar no solo el cambio climático, sino también las desigualdades sociales mediante instrumentos financieros innovadores.

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China es líder mundial indiscutido en generación de energía a través de sus parques eólicos.

Los bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB) son otro campo en el que China ha mostrado liderazgo, especialmente en sectores de difícil descarbonización como la energía y la industria pesada. Desde la primera emisión en 2018, el número de SLB emitidos por empresas chinas ha crecido de forma constante. En 2023, se originaron 53 emisiones por un valor conjunto de 5.700 millones de dólares, colocando a China como el tercer mayor emisor global, detrás de Italia y Chile.

Estos instrumentos no solo financian proyectos sostenibles, sino que también premian el cumplimiento de metas de desempeño ambiental o social, lo que los convierte en una herramienta efectiva para impulsar cambios tangibles en las empresas.

Una visión a futuro

De cara a 2025, China continúa reforzando su infraestructura normativa y de estándares para consolidar su liderazgo en el ámbito de las finanzas verdes. Como destacó Sean Kidney, director ejecutivo de la Climate Bonds Initiative, el mercado chino está madurando y alineándose cada vez más con los marcos internacionales, lo que lo posiciona para desempeñar un rol clave en la transición energética y la descarbonización global.

Las oportunidades de inversión en financiamiento climático son vastas, y el caso chino demuestra que es posible armonizar crecimiento económico con protección ambiental. La estrategia financiera verde de China no solo le permitirá alcanzar sus propios objetivos de neutralidad de carbono, sino que también representa una contribución vital a los compromisos del Acuerdo de París y a la lucha contra el calentamiento global.

En definitiva, China no solo impulsa las finanzas verdes a nivel nacional: las está transformando en una herramienta esencial para el desarrollo sostenible global.