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Crece la tensión: Se cancelaron 30% de envíos de Hapag-Lloyd desde China a EE.UU.

El comercio marítimo, en máxima tensión. Se frenan embarques de China s EE.UU. por la guerra de aranceles.

El comercio internacional vive tiempos de turbulencia. Las tensiones entre Estados Unidos (EE.UU.) y China, las dos mayores economías del mundo, han desencadenado una guerra comercial de proporciones históricas que está dejando huella en las rutas marítimas, los costos logísticos, las cadenas de suministro globales y, sobre todo, en la toma de decisiones estratégicas de empresas multinacionales.

Uno de los efectos más visibles de este conflicto lo ha reportado recientemente la naviera alemana Hapag-Lloyd, una de las compañías líderes en el transporte mundial de contenedores. Según declaró un portavoz del grupo a la agencia Reuters, aproximadamente un 30% de los envíos desde China hacia Estados Unidos fueron cancelados por los clientes de la empresa, alarmados por el clima de incertidumbre y los nuevos aranceles impuestos por ambas potencias.

En contraste, la misma fuente señaló que ha habido un “aumento masivo” en la demanda de movimiento de carga desde otros países del sudeste asiático, como Tailandia, Camboya y Vietnam. Este desplazamiento refleja un fenómeno que gana tracción en el comercio global: la búsqueda de alternativas a China como centro manufacturero ante la escalada de tarifas.

¿Cómo empezó la guerra comercial?

El conflicto comercial entre Estados Unidos y China se remonta al año 2018, cuando el entonces presidente Donald Trump comenzó a implementar una serie de aranceles dirigidos a productos chinos, con el argumento de corregir un déficit comercial creciente y responder a prácticas que consideraba desleales, como el robo de propiedad intelectual, la transferencia forzada de tecnología y los subsidios estatales a empresas chinas.

China, por su parte, respondió con sus propios aranceles sobre productos estadounidenses, en una dinámica de represalia que se intensificó con el paso de los meses. Desde entonces, miles de millones de dólares en productos han sido gravados a ambos lados del Pacífico, afectando industrias tan diversas como la tecnología, el acero, la agricultura y el textil. Según datos recientes, los productos chinos enfrentan actualmente tarifas de hasta un 145% en su ingreso al mercado estadounidense, mientras que Estados Unidos ve gravámenes de hasta un 125% al ingresar productos a China. La guerra arancelaria ha tenido efectos colaterales no solo en ambas economías, sino también en el comercio mundial y la estabilidad macroeconómica.

El impacto en el transporte marítimo

Para compañías como Hapag-Lloyd, que opera rutas internacionales vitales entre Asia y América del Norte, las consecuencias del conflicto son directas. Aunque la empresa mantiene el número de pasajes en sus rutas hacia Estados Unidos, ha comenzado a utilizar buques más pequeños, una medida que refleja la menor demanda de carga desde China.

La incertidumbre generada por la guerra comercial también ha provocado que muchas empresas opten por diversificar sus cadenas de suministro, trasladando parte de su producción a países vecinos. Esto explica el repunte del comercio con naciones como Vietnam, que ha visto crecer sus exportaciones a Estados Unidos en sectores donde antes dominaba China, como el calzado, los textiles y la electrónica de bajo costo.

Además, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) ha anunciado que en octubre se sumará una nueva ronda de tarifas. Esta vez, los aranceles estarán dirigidos directamente a los buques ligados a China que arriben a puertos estadounidenses, una medida sin precedentes que podría alterar aún más los flujos comerciales marítimos.

Riesgos globales y advertencias del FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido recientemente que la producción económica mundial se desacelerará en los próximos meses, en gran parte debido al impacto acumulativo de los aranceles. La organización señala que los elevados costos del comercio están comenzando a sentirse en todos los niveles: desde el consumidor final, que paga más por productos importados, hasta las pequeñas empresas que enfrentan dificultades para mantener márgenes de ganancia en un entorno inflacionario. El FMI estima que si la guerra comercial continúa en la misma dirección, podría costar al mundo hasta un 0,5% del PIB global, lo cual equivale a cientos de miles de millones de dólares.

A pesar de la tensión, Trump ha declarado que sigue siendo “optimista” sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo con China. Sin embargo, también ha sido tajante en sus advertencias: “Si no llegan a un acuerdo, lo fijaremos nosotros”. La frase resume el tono unilateral con el que la administración ha manejado este conflicto, buscando forzar concesiones por parte de Pekín.

Por su parte, China ha intentado proyectar una imagen de resiliencia, diversificando sus exportaciones hacia Europa, África y América Latina, y apostando por la autosuficiencia tecnológica en sectores estratégicos como los semiconductores y las energías renovables.

¿Desacoplamiento global?

La cancelación masiva de envíos desde China por parte de los clientes de Hapag-Lloyd es solo una señal más de lo que algunos analistas denominan “desacoplamiento global”. Este término describe un proceso de separación progresiva entre las economías de China y Estados Unidos, que hasta hace poco estaban profundamente entrelazadas.

Si bien todavía es pronto para afirmar que el desacoplamiento será permanente, el conflicto comercial ha acelerado un cambio de paradigma: las empresas ya no toman decisiones únicamente basadas en eficiencia económica, sino también en factores políticos, estratégicos y de riesgo geopolítico.

La reconfiguración del mapa del comercio mundial ya está en marcha. Y aunque las guerras comerciales no suelen tener ganadores claros, sí dejan huellas duraderas. En este nuevo escenario, las rutas marítimas, los acuerdos bilaterales y las decisiones de inversión serán decisivos para definir quién lidera la economía global del futuro.

Fuente: Redacción +P con aportes de Reuters y Portal Portuario.

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