Apicultura

¿Es la apicultura responsable del declive de otras abejas?

¿Está la proliferación de colmenas de abejas melíferas acelerando el declive de polinizadores silvestres y arriesgando 15.000 millones de euros en agricultura UE?

En el panorama económico europeo, donde la polinización representa un pilar fundamental para la seguridad alimentaria y la productividad agrícola, surge un debate crítico: la coexistencia entre abejas melíferas gestionadas y polinizadores silvestres. Según datos recientes de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), un tercio de las especies polinizadoras globales está en declive, con una de cada diez especies de abejas y mariposas en peligro de extinción en Europa.

Este fenómeno no solo amenaza la biodiversidad, sino que genera impactos económicos cuantificables, estimados en una contribución anual de 15.000 millones de euros a la producción agrícola de la UE, cubriendo el 80% de los cultivos y plantas silvestres dependientes de polinizadores.

La expansión de colmenas de abejas melíferas —con la UE como segundo productor mundial de miel tras China— ha crecido sostenidamente, mientras las poblaciones silvestres disminuyen. Este incremento, impulsado por la apicultura comercial, genera un valor económico directo en la producción de miel y servicios de polinización controlada, pero plantea externalidades negativas.

Un estudio canadiense de 2023, realizado en entornos urbanos como Montreal, demostró que la abundancia de abejas melíferas reduce la disponibilidad de polen y la riqueza de especies silvestres, con una relación negativa entre la densidad apícola y la diversidad de abejas nativas. En términos económicos, esta competencia por recursos florales —donde las melíferas, menos selectivas, dominan— podría traducirse en déficits de polinización para cultivos específicos, como almendras o fresas, que dependen de polinizadores especializados para maximizar rendimientos y calidad.

Desde una perspectiva analítica, el modelo de externalidades ambientales de Pigou sugiere que la apicultura intensiva impone costos no internalizados, como la reducción en la reproducción vegetal. Un informe de Nature Ecology & Evolution de diciembre de 2024 confirma que la pérdida de diversidad polinizadora impacta más severamente la reproducción de plantas silvestres y cultivadas que la ausencia de abejas melíferas solas, afectando hasta el 85% de las especies vegetales y el 70% de los cultivos nutritivos.

En la UE, donde la agricultura intensiva y el cambio climático agravan amenazas como pesticidas y especies invasoras, este declive podría erosionar el PIB agroalimentario. Estudios del Instituto Europeo de Política Ambiental (IEEP) de 2025 destacan que los déficits de polinización ya reducen rendimientos en cultivos como manzanas, con implicaciones en la cadena de valor: menor calidad implica precios inferiores y mayor volatilidad en mercados globales.

No obstante, la apicultura sostiene medios de vida rurales, contribuyendo a la diversificación económica en regiones periféricas. En España, por ejemplo, el número de colmenas aumenta, estabilizando ingresos ante fluctuaciones climáticas. Sin embargo, ecólogos argumentan que promover colmenas comerciales como "conservación" es contraproducente, equiparándolo a expandir granjas avícolas para salvar aves silvestres. El impacto varía por contexto: en áreas con alta diversidad floral, la competencia es menor, pero en paisajes agrícolas intensivos, predomina el riesgo.

Para mitigar, políticas como la Regulación de Restauración de la Naturaleza de 2024 exigen revertir el declive polinizador para 2030, incentivando prácticas agroecológicas que integren hábitats silvestres. Económicamente, invertir en biodiversidad podría generar retornos superiores, desbloqueando ganancias ecológicas y de mercado, como productos premium polinizados naturalmente. El desafío reside en equilibrar la apicultura sostenible con la preservación silvestre, evitando un colapso que comprometa la resiliencia alimentaria. ¿Podrá la UE transformar esta tensión en oportunidad, o enfrentará costos crecientes por servicios ecosistémicos perdidos?

Fuente: Euronews

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