¿Cuáles son los nuevos viñedos en terrazas?

Los cultivos en la altura no son un capricho. La tendencia va en busca de mejorar el acervo.

En los últimos años un nuevo concepto se sumó a los viñedos argentinos: las terrazas. Ni más ni menos que las antiguas terrazas de cultivo que, hasta ahora, no habían sido del todo necesarias en los viñedos pero que, con el correr del tiempo y el ascender a las montañas buscando suelos y alturas específicas, esta nueva topografía se suma al acervo de las viñas.

Podría parecer un capricho estético. ¿Habiendo cantidad de tierra para cultivar en llanos y pendientes suaves, para qué tener que ir a buscar una terraza a la hora de montar nuevos viñedos? Algunas razones específicas empujan, sin embargo, a la formación de algunos de estos nuevos viñedos.

Terrazas precolombinas

A las afueras de Cafayate, más precisamente en la quebrada del Chuscha, hay un viñedo aterrazado que llama la atención por varios motivos. El primero de ellos es la ubicación: la escalera de terrazas se recuesta sobre la ladera sur, de cara al río, de forma que las vides crecen en la zona fría de la pared. La otra razón está en el suelo: construidas sobre roca de granito en descomposición, este viñedo aterrazado ofrece una combinación hasta ahora única en nuestro medio: granitos, cierto frescor por orientación y por altura, ya que el viñedo trepa hasta los 2056 metros.

Todas esas razones agronómicas, sin embargo, no justificaría la construcción de esas terrazas, menos desde el punto de vista del costeo, si no fuera por le hecho nada inusual de que ya estaban ahí cuando la vid llegó al valle. Conocido como La Turbina, este viñedo de El Esteco es de lo más bonito que ofrece el valle y, de paso, propone vinos curiosos como un El Esteco Edición Limita Garnacha 2021.

Para rematar la gracia del lugar, las viñas de Torrontés, que custodian la entrada al viñedo, con los años se han trepado a los algarrobos. Liana al fin, en este rincón con historia se cumplen dos naturalezas diferentes: la del hombre por domar la naturaleza, la de la naturaleza por cumplir su cometido.

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La búsqueda de nuevos suelos

La otra razón, como sucede en el Douro o Ródano, zonas clásicas de Portugal y Francia, respectivamente, es la de trabajar áreas en las que no se puede cultivar casi ninguna otra cosa más que la vid. A lo largo de cientos de años, la accidentada topografía del Douro se fue poblando de terrazas donde crecen las uvas tintas de las que nace el Oporto. Como las montañas son rocosas, aterrazarlas con ese mismo material es de lo más razonable.

Es el caso de las nuevas terrazas que se ven en Gualtallary, Valle de Uco, sea en el viñedo Adrianna de Catena, en las Cerrilladas de Zuccardi o en el flamante viñedo de Riccitelli Wines. En estos tres casos se trata de treparse a las sierras del Jaboncillo, cuyas pendientes son escarpadas, pero cuyos suelos ricos en carbonatos de calcio suponen el alfa y el omega en materia de vinos. Así, los productores de uva se trepan a los cerros buscando las exposiciones que propone, siguiendo las curvas de nivel.

Otro viñedo pionero en este tipo de construcción es el enólogo que Angel Mendoza plantó en Lunlunta para su bodega Domaine Saint Diego. La idea que motorizó este trabajo fue al de aprovechar todo el predio, donde el talud de la antigua terraza del río Mendoza generaba un gran escalón. En la margen sur del Río Mendoza, sobre las cuchillas de Lunlunta, las Viñas Heroicas también están construidas sobre un cerro aterrazado.

En los próximos años veremos cada vez más vinos y terreas en esta zona. La combinación de riego por goteo y suelos vírgenes y ricos en carbonatos –que no se dan en zonas bajas donde los aluviones se los llevan– es la llave que debería abrir la caja de Pandora del sabor. Por ahora son viñedo en pleno proceso de crecimiento.

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La paradoja de la terraza

Al construir una terraza en un terreno se retira una porción de suelo y se lo vuelca en la construcción del talud siguiente. Por medio de este mecanismo de descabezado se recompone el suelo en un promedio de las partes superior e inferior. Si esta operación no se hace con cuidado, se puede perder la gracia de los suelos naturalmente formados. En cualquier caso, cuando las terrazas están labradas sobre rocas, es la forma de habilitar los suelos para el cultivo, como sucede con los viñedos del Priorat en España, o el que plantó Miguel Torres en Empedrado, región del Maule, Chile.

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