Julio, mes clave: lanzan el Protocolo de Sustentabilidad Vitivinícola
En julio, Bodegas de Argentina presentará el nuevo protocolo para el desarrollo de la vitivinicultura argentina. A través de él se contribuye a minimizar la huella de carbono, conservar el aire, la pureza del aire y la biodiversidad, entre otros beneficios. ¿Cambia el negocio?
No hay duda de que el ser humano tiene una gran influencia en el medio ambiente y, por ello, es nuestra responsabilidad asegurarnos de que ese impacto, tanto social, económico y ambiental sea positivo.
Reducir la huella de carbono, certificar medioambientalmente nuestros edificios, reutilizar y reciclar los residuos generados, usar energías alternativas o reducir el consumo de consumibles y papel en las oficinas son solo algunos de los compromisos para proteger la salud y prosperidad de las sociedades del mundo.
Y la industria del vino no está exenta de esto, ya que los consumidores y los mercados son cada vez más exigentes con las empresas a la hora de realizar una compra. Ante esta situación, Bodegas de Argentina se encuentra trabajando en la cuarta versión del Programa de Sustentabilidad para la Industria Vitivinícola Argentina.
“La tercera versión tiene varios años de vigencia y está muy orientada a lo ambiental y, desde entonces, los mercados han ido solicitando cuestiones que tienen que ver con lo social, por eso estamos trabajando en eso”, aseguró Luis Romito, coordinador de la Comisión de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina, en declaraciones a +P.
Agenda 2030
La cuarta revisión del Protocolo incorpora nuevos temas como sustentabilidad social, ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas), se profundiza Wine in Moderation, derechos humanos (género, discriminación, trabajo infantil), estándares laborales (higiene y seguridad, jornada laboral, derecho de asociación), ética y anticorrupción y huella ambiental.
A través de este protocolo, se contribuye a conservar el suelo, la calidad de la vid, controlar el manejo fitosanitario, los residuos sólidos, materiales y sus componentes. Además, se minimiza la huella de carbono, se cuida el agua, la pureza del aire y la biodiversidad, se fomenta el comercio justo y el bienestar de las comunidades locales, el consumo responsable, los derechos humanos y las condiciones laborales.
Todos estos conceptos están alineados con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 objetivos y 169 metas que presenta una visión ambiciosa del desarrollo sostenible e integra sus dimensiones económica, social y ambiental.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) está muy en contra de las bebidas alcohólicas y las ha demonizado casi como al tabaco, a tal punto que realizan campañas en contra de su consumo. Frente a esta situación, las entidades que trabajan en la industria vitivinícola en Europa han desarrollado un Programa que se llama Wine in Moderation, que demuestra que el consumo moderado de alcohol es saludable”, afirmó Luis.
Y agregó, “esto está avalado por muchos estudios científicos. El vino tinto, sobre todo, tiene muchos antioxidantes que son beneficiosos para la salud. Entonces, no se trata de no consumir alcohol sino consumirlo con moderación”.
“Disruptivo y moderno”
Bodegas de Argentina es la primera entidad no europea que adhirió a este programa, que una de las tantas cosas que hace es brindar herramientas para educar a dueños y empleados de las bodegas.
“Se podría decir que la cuarta versión del Protocolo es disruptiva y moderna”, enfatizó Romito. Se prevé su lanzamiento oficial a principios de julio. “El que quiera seguir la tercera versión podrás hacerlo hasta diciembre de 2024 y el que quiera certificar o recertificar con la cuarta versión podrá hacerlo inmediatamente”.
Al ser consultado sobre cuán contaminante es la industria del vino, Luis afirmó que no es más contaminante que la industria frutícola u olivícola. “Es mucho menos contaminante que la actividad ganadera. Es muy proactiva en el tema de la sustentabilidad. Entonces, no solo que no es contaminante la industria, sino que se trabaja muy bien, se trabaja de manera muy limpia”, afirmó.
“A diferencia de otras industrias, yo digo que esto ocurre porque el vino llega a la mesa con una historia. Cuando vos te comes un bife con ensalada, no te pregunta qué pasó con la vaca o la lechuga. Pero sí sucede con el vino. El consumidor consciente lee la etiqueta, busca la historia de ese vino e investiga sobre la industria del vino”.
El Protocolo de Sustentabilidad Vitivinícola de Bodegas de Argentina es un sello reconocido por la distribución nacional e internacional y representa un estándar que valida el cumplimiento de criterios y prácticas establecidas en términos de sostenibilidad. Hasta el momento, se han entregado 250 certificaciones, entre fincas y bodegas, que representan el 70% de las provincias con mayor producción de uva.
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