Vino

¿Qué es la "silver economy", mercado de oro para el vino de Argentina?

La Silver Economy, impulsada por el envejecimiento global, redefine el mercado del vino argentino. Con un 35,5% de la población mayor de 50 años, este segmento de alto poder adquisitivo impulsa el consumo de vinos premium y el enoturismo.

El envejecimiento global de la población se presenta no solo como un cambio demográfico significativo, sino también como una oportunidad económica en expansión: la Silver Economy. Este concepto, que engloba las actividades económicas centradas en las necesidades y deseos de las personas mayores de 50 años, está redefiniendo las estrategias comerciales en diversos sectores. Y la industria del vino argentino tiene en este segmento un filón por explotar.

Las cifras hablan por sí solas. Con una expectativa de vida en aumento constante y una tasa de natalidad en descenso, se proyecta que para 2036 habrá más personas mayores de 60 años que niños menores de 10. A nivel mundial, se estima que la Silver Economy representará el 44% del consumo en 2030 y el 50% en 2050. En Argentina, este segmento ya abarca un significativo 35,5% de la población total, lo que lo convierte, en términos de poder adquisitivo, en la tercera economía más grande del mundo si se lo considerara un país independiente.

¿Por qué el vino argentino debe mirar hacia la Generación Plateada? Según Mariana Torta, Brand Ambassador & Manager LATAM de Wines of Argentina (Wofa), la relación entre la Silver Economy y el consumo de vino es sólida. "Consumen vinos de alta gama en cantidad limitada, los fines de semana y en viajes. También es una actividad que comparten con amigos, como un hobbie, teniendo la cava en su casa, que es parte de un status social. Está todo vinculado", explica.

Este segmento, con un poder adquisitivo consolidado, busca un envejecimiento activo centrado en la salud, el bienestar y el ocio. El vino, en este contexto, se posiciona como un disfrute sofisticado y una actividad social placentera.

Enoturismo, un pilar

Pero la oportunidad no se limita al consumo directo de botellas. El enoturismo, una unidad de negocio en auge para las bodegas argentinas, también encuentra en la Silver Economy un público ideal. "Es otra fuente de ingresos para las bodegas, donde explotan la gastronomía y venta directa de sus vinos", señala Torta. La combinación de paisajes vitivinícolas, experiencias gastronómicas y la cultura del vino resulta especialmente atractiva para este grupo demográfico.

La sommelier enfatiza la importancia de que las bodegas presten atención a este nicho: "Son abiertos, receptivos, tienen muy buen poder adquisitivo y aún tienen varios años por delante para consumir y además educan a sus hijos a beber vino".

En definitiva, la Silver Economy emerge como un mercado robusto y con un futuro prometedor para la industria del vino argentino. Aquellas bodegas que sepan comprender las necesidades y los deseos de este segmento, ofreciendo productos de calidad y experiencias enoturísticas atractivas, estarán mejor posicionadas para un crecimiento sostenido en los próximos años. La clave está en reconocer que el cabello plateado no solo marca el paso del tiempo, sino también la llegada de una nueva era de oportunidades para el vino argentino.

En esta nota

Dejá tu comentario

Las más leídas