¿Qué relación tienen una cervecería, un gin y un jardín de plantas nativas?
Desde hace poco más de un año, Cervecería Patagonia apuesta al sello regional y al trabajo interinstitucional, contando con una plantación de especies locales en su microcervecería de Bariloche.
La cerveza artesanal y las cervecerías en Bariloche se han convertido en un atractivo casi obligatorio de probar, al igual que los chocolates. La popular bebida y su elaboración, en medio de montañas y lagos, se convirtieron en una postal más del paisaje.
Con esta impronta, enclavada en pleno Circuito Chico, está Cervecería Patagonia, una propuesta que nació en 2016, rodeada de un entorno natural único acompañada de la impactante vista al Lago Moreno.
El espacio cuenta con una fábrica donde se cocinan las variedades propias de cervezas, y se suman un salón gastronómico y un “jardín cervecero” con opciones gastronómicas basadas en los sabores y aromas de la Patagonia.
Si nada le podía ganar a este entorno, hace un año la firma decidió apostar a la creación de un jardín de plantas nativas, que renueva el sello patagónico de esta cerveza.
El jardín de nativas de la Microvercería fue desarrollado junto a la médica naturista local, Sara Itkin, y un equipo de viveristas de la Universidad Nacional de Río Negro en el verano del 2023. En el jardín los visitantes pueden ver el primer y único cultivo experimental de un berrie nativo en un micropaisaje productivo. Allí se está rescatando y cultivando uñi o murta (Ugni milonae), en cooperación con investigadores de IRNAD, CONICET y UNRN.
Este berrie, con gran potencial comercial, puede utilizarse como producto gastronómico, cosmético, farmacológico (por sus propiedades cicatrizantes, analgésicas y antioxidantes) o como botánicos para bebidas alcohólicas como la cerveza o el gin.
A su vez, cuenta con diferentes sectores al aire libre con más de 30 herbáceas nativas de atractiva floración de llamativos colores como el Llallante (Geum magellanicun), el amancay (Alstroemeria aurea), el buchu (Haplopappus glutinosus) y chilco ( Fuchsia magellanica) entre tantas que estimulan los sentidos y atraen polinizadores autóctonos en riesgo de extinción. Es un jardín donde los visitantes pueden conocer y disfrutar un espacio donde se pone el valor el bosque en todos los sentidos.
Como una opción para turistas y residentes, el circuito está planteado con postas donde se escanea un QR y se explica un poco qué son las plantas nativas; todos los canteros tienen los nombres científicos y originarios de las plantas.
Lo más difícil
Sara Itkin, encargada del proyecto, había comentado: “Hacer un jardín de nativas en la Microcervecería fue un gran compromiso con la madre tierra, fue como pedirle permiso para llevar un pedacito de su espíritu, del bosque para cultivarlo y darlo a conocer y mostrar así su inconmensurable valor. A su vez, hacer lazos desde Cerveza Patagonia con científicos que están apostando a valorar y cuidar la naturaleza y generar un mini paisaje productivo con un proyecto de recuperación y cultivo de berries nativos, me llena de orgullo”.
Cuando le ofrecieron el espacio para generar el jardín, Itkin dijo que “lo más complejo fue conseguir las nativas. Teníamos sólo las plantas que podíamos comprar y nos dimos cuenta que no había muchas nativas en los viveros, y por supuesto no podíamos ir a depredar el bosque nativo para recrearlo aquí”. Fue así que se propuso trabajar con la Tecnicatura en Viveros de la UNRN “porque venían trabajando y produciendo nativas”.
¿Un gin agroecológico?
Por su parte, la líder de higiene seguridad y medio ambiente de la cervecería, Carolina Levermann, había comentado que “el objetivo es fomentar el conocimiento, cultivo, uso y conservación de nativas, y trabajar en conjunto con instituciones y organizaciones involucradas en la conservación ambiental”.
El origen de este espacio, que cumplió un año esta temporada, fue la elaboración de “Ginkgo”, un gin estilo Dry Gin destilado cuatro veces en alambique de cobre, macerado previamente con 11 botánicos argentinos. Cuatro de ellos, provenientes de la Patagonia y cultivados de manera agroecológica.
La historia del Ginkgo Patagónico es más que el recuerdo de un árbol extinto en la Patagonia: “Es la inspiración por la que buscamos que ninguna planta nativa deje de existir. Por eso, construimos este vivero de plantas nativas en nuestra Microcervecería en Bariloche para reforestar y preservar nuestro lugar de origen”, aseguraron desde la firma.
Y destacaron: “Con Ginkgo volvemos a reflejar el espíritu de exploración constante que caracteriza a la marca. Por un lado, se trata de un destilado que desde su concepción y receta es patagónico, con foco en los sabores locales. Por otro, plantea el compromiso de preservar la región de la que somos parte con un jardín de nativas abierto al público que servirá para tomar conciencia sobre la importancia de proteger la flora nativa y la biodiversidad e inspirar a su preservación”.
En esta nota