Aceiteros logran un salario mínimo de $2.344.000: un hito en tiempos de inflación
¿Puede un acuerdo paritario blindar a los trabajadores ante la crisis? Aceiteros elevan su básico a $2.344.000 en 2026, con bonos millonarios.
En un contexto económico marcado por la inflación persistente y políticas gubernamentales que favorecen a las patronales, el sector aceitero ha conseguido un nuevo acuerdo paritario que fortalece los ingresos de sus trabajadores. Firmado el 6 de noviembre de 2025, este convenio no solo ajusta los salarios básicos iniciales, sino que incorpora sumas extraordinarias y retroactivas, asegurando una mejora sustancial en el poder adquisitivo. Para un público especializado en relaciones laborales y economía sectorial, este pacto representa una victoria sindical que contrarresta la ofensiva antiobrera, destacando la resiliencia de los gremios en negociaciones prolongadas.
La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (SOEA San Lorenzo) suscribieron el acuerdo con las cámaras empresarias, incluyendo la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), la Cámara Industrial de Aceites Vegetales de Córdoba (Ciavec) y la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio). Este convenio, anunciado a través de las redes sociales de las entidades involucradas, establece incrementos escalonados que responden a la inflación proyectada y a las demandas históricas del sector.
Incrementos y bonos extraordinarios
El salario básico inicial para la categoría de peón se fija en $2.075.186 para noviembre de 2025, elevándose a $2.100.000 en diciembre del mismo año, y alcanzando $2.344.000 a partir del 1° de enero de 2026. Estos ajustes representan un aumento total del 13,8% para la paritaria 2026, aplicado en etapas para mitigar el impacto inflacionario. Es crucial destacar que estas cifras no incluyen los complementos previstos en el convenio colectivo de trabajo del sector, los cuales podrían elevar aún más el ingreso neto de los trabajadores.
Adicionalmente, el acuerdo incorpora una suma extraordinaria no remunerativa de $1.886.748,60, que se liquidará en dos cuotas durante enero y febrero de 2026. Esta bonificación, que se otorga anualmente desde 2010, corresponde al rubro de participación en las ganancias, un mecanismo que refleja la productividad del sector aceitero y su contribución a la economía nacional. Por otro lado, se prevé una suma retroactiva de $400.000 por los meses de septiembre y octubre de 2025, compensando ajustes pendientes y asegurando equidad en la distribución de ingresos.
Desde la perspectiva de la negociación colectiva, este pacto cierra la paritaria 2025 respetando la inflación prevista, mientras abre la del próximo año con proyecciones realistas. Las cámaras empresarias enfatizaron que el acuerdo se divide en dos etapas: el cierre de 2025 y los incrementos para 2026, lo que permite una planificación estratégica para ambas partes.
Dirigentes de la Comisión Directiva del gremio aceitero firmaron un nuevo acuerdo paritario con el sector empresarioAgencia Noticias Argentinas/Sindicato SOEA
El contexto de la negociación
La firma del convenio no fue sencilla. Tras nueve horas de debate en la última jornada de negociaciones, los dirigentes sindicales lograron un resultado que, según el comunicado del gremio, garantiza la satisfacción de las nueve necesidades básicas de los trabajadores en su jornada legal: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión. Este enfoque holístico, inspirado en principios de justicia social, posiciona al sector aceitero como un referente en la defensa de derechos laborales.
El gremio no ocultó las dificultades del entorno: "Logramos esta nueva conquista en un contexto político cada vez más hostil, donde enfrentamos una feroz ofensiva antiobrera y antisindical, con un Gobierno que le da todas las posibilidades a las patronales para congelar los ingresos de las y los trabajadores". Esta declaración resalta la tensión entre sindicatos y políticas económicas actuales, un tema recurrente en publicaciones especializadas en relaciones laborales. En un mercado donde la industria aceitera genera exportaciones clave para Argentina, este acuerdo no solo beneficia a los empleados directos, sino que podría influir en negociaciones de otros sectores agroindustriales.
Impacto económico y perspectivas futuras
Analizando el impacto macroeconómico, el incremento salarial podría estimular el consumo interno en regiones como San Lorenzo y Córdoba, donde se concentran las plantas aceiteras. Sin embargo, para las empresas, representa un desafío en términos de costos operativos, especialmente en un año con proyecciones de inflación moderada pero persistente. La participación en las ganancias, con su tradición desde 2010, incentiva la productividad y alinea intereses entre trabajadores y empleadores, un modelo que podría replicarse en otras industrias.
Para expertos en economía sectorial, este convenio subraya la importancia de la negociación paritaria como herramienta para la estabilidad social. En comparación con paritarias anteriores, el ajuste del 13,8% se alinea con estimaciones oficiales de inflación, evitando erosión salarial. Futuramente, será clave monitorear cómo evoluciona la inflación real y si se requieren revisiones adicionales.
En resumen, este acuerdo paritario no es solo un ajuste numérico, sino una afirmación de poder sindical en tiempos adversos. Con salarios que superan los $2.000.000 mensuales, los aceiteros marcan un precedente para el movimiento obrero argentino, demostrando que la unidad y la persistencia pueden contrarrestar presiones externas.
Fuente: Noticias Argentinas con aportes de +P
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