Alertan sobre más nubarrones en la producción de maíz
Tras la chicharrita del maíz, otro “problema enorme” viene en camino es la oruga de la espiga.
En Argentina, el campo no para. Y no nos referimos a las innumerables labores culturales que implica la producción primaria sino a que pasamos de la sequía a la chicharrita y ahora, al “problema enorme” que implica una nueva plaga conocida como la “oruga de la espiga”.
Cuando todavía no se termina de cuantificar el impacto de la chicharrita -hay quienes hablan de pérdidas por 10 millones de toneladas- un informe en el que CREA abordó los trabajos que se están realizando para frenar a la chicharrita del maíz, dijo que Helicoverpa zea puede ser otra plaga complicada porque está quebrando resistencias.
Desde los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) alertaron que no hay que concentrar el 100% de las miradas en Dalbulus maidis, porque hay otro insecto que tiene todos los números para convertirse en el problema siguiente: Helicoverpa zea, o más conocido como “oruga de la espiga”.
El otro “problema enorme” que enfrenta el campo es que esta oruga también genera daños muy importantes en los rindes. Según Lucas Cazado, coordinador del Proyecto Plagas de CREA, si bien actualmente todos los esfuerzos están focalizados en controlar la expansión de la chicharrita, existe “un problema enorme que viene en camino con Helicoverpa zea”.
El problema es que, en algunas regiones productivas, la oruga de la espiga ha quebrado la resistencia del evento biotecnológico MIR 162, que está presente en los híbridos Viptera 3, Leptra, Power Core Ultra, VT4 PRO y Trecepta.
Dicho de otro modo, hay maíces con genética que supuestamente les permite evitar ataques de este insecto, pero ha generado resistencia y ahora puede afectar a esos híbridos sin problemas.
La bandera de alerta que levantó CREA no es la primera. De hecho, a fines de febrero, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) ya había alertado sobre esta plaga, ante la proliferación de reportes de presencia y daños de Helicoverpa zea en híbridos Bt con proteína Vip.
Según Aapresid, el problema afecta a toda la región maicera, y significa un claro indicio de una menor susceptibilidad de este insecto a esta toxina.
Hablemos de la oruga
Es un lepidóptero con marcada preferencia por el cultivo de maíz. Y se diferencia de la chicharrita en que no es vectora de enfermedades, sino que produce daños por sí misma: las larvas causan daños directos al alimentarse de los granos del tercio superior de la espiga, e indirectos al favorecer el ingreso de patógenos y otros insectos.
De acuerdo a los relevamientos de la Red de Manejo de Plagas (REM) de la asociación, 9 de 10 mazorcas consecutivas presentan daño de la plaga (incidencia del 90%), con severidad incluso mayor que la campaña anterior.
“Estamos en condiciones de decir que el cambio de susceptibilidad ya es una resistencia, sin ser ajenos a lo que pasa en otros países como Brasil, Canadá y Estados Unidos donde ya hay antecedentes de estas fallas de control”, asegura el informe.
En la actual campaña, estos reportes y los valores de daño se han incrementado, extendiéndose a diversas zonas del país. Si bien aún no hay resultados de estudios científicos que confirmen esta hipótesis, sugieren un alto riesgo de resistencia en el futuro inmediato.
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