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Angustiante récord: El fuego arrasó 32.000 hectáreas de bosques en la Patagonia

Un reciente informe de la organización Greenpeace refleja los efectos de los últimos incendios sobre los bosques de la Patagonia.

La organización ecologista Greenpeace encendió una nueva alerta sobre la emergencia ambiental que atraviesan los Bosques Andino Patagónicos. A través del análisis de imágenes satelitales, la entidad reveló que durante la temporada primavera-verano 2024-2025 el fuego consumió 31.722 hectáreas de bosques nativos en la Patagonia argentina, una superficie cuatro veces mayor que la registrada en el mismo período del año anterior.

El informe, titulado "Incendios forestales en los Bosques Andino Patagónicos de Argentina. Período octubre 2024 - marzo 2025", sostiene que estos fueron los incendios más devastadores de las últimas tres décadas, tanto por su extensión como por el valor ecológico de las áreas afectadas. "La magnitud del daño es alarmante", advirtió Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace. "Es necesario que los gobiernos, tanto provinciales como nacionales, dejen de subestimar o negar la crisis climática y actúen en consecuencia", agregó.

Los datos recopilados por Greenpeace indican que la provincia de Neuquén fue la más perjudicada, con 11.782 hectáreas quemadas, seguida por Río Negro con 10.218 hectáreas y Chubut con 9.722. Estas cifras no solo duplican sino que cuadruplican las 7.747 hectáreas afectadas entre octubre de 2023 y marzo de 2024, lo que marca una tendencia de crecimiento acelerado en la frecuencia e intensidad de estos eventos.

El informe resalta particularmente la gravedad de los incendios ocurridos en zonas protegidas como el Parque Nacional Lanín, el Parque Nacional Nahuel Huapi y el Parque Nacional Los Alerces. Estos espacios, caracterizados por un alto grado de conservación y una biodiversidad invaluable, fueron severamente afectados por las llamas. Además, áreas habitadas como Mallín Ahogado en Río Negro y Epuyén en Chubut también sufrieron importantes daños, tanto ambientales como sociales, con múltiples viviendas alcanzadas por el fuego.

Greenpeace estima que el 95% de los incendios forestales tienen origen humano, ya sea por negligencia, accidentes o acciones deliberadas. A esto se suman las condiciones propiciadas por la sequía, cada vez más frecuentes e intensas por efecto del cambio climático. Frente a este escenario, la organización reclama una mayor inversión en prevención y en infraestructura para el combate temprano al fuego, así como un aumento significativo en la cantidad de brigadistas forestales.

Es urgente implementar un plan de erradicación de especies exóticas como los pinos, que elevan el riesgo de incendios y dificultan la regeneración natural del bosque nativo”, explicó Giardini. “No se puede seguir ignorando el papel que juegan estas especies en la expansión del fuego”, insistió.

Los Bosques Andino Patagónicos constituyen uno de los biomas más valiosos de la Argentina y una de las últimas reservas mundiales de bosques templados con escasa intervención humana. Se extienden sobre unas 3 millones de hectáreas, albergando una rica biodiversidad que incluye especies endémicas, muchas de ellas en riesgo de extinción. A diferencia de otros ecosistemas argentinos, donde la pérdida de bosques se relaciona principalmente con la expansión agropecuaria, en esta región los incendios forestales son la principal amenaza.

El fuego y la desaparición de especies en la Patagonia

El impacto de estas catástrofes va mucho más allá de la pérdida de cobertura forestal. “La destrucción de los bosques implica no solo la desaparición de especies y ecosistemas, sino también consecuencias sociales y económicas: comunidades rurales e indígenas desplazadas, pérdida de fuentes de alimentos, maderas, medicinas naturales, y mayores riesgos de inundaciones y desertificación”, enumeró Giardini.

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Pese a los esfuerzos de toda la población, el fuego avanzo sobre gran parte de los bosques de la Patagonia.

Pese a los esfuerzos de toda la población, el fuego avanzo sobre gran parte de los bosques de la Patagonia.

De acuerdo a cifras oficiales del Ministerio de Ambiente de la Nación, entre 2001 y 2023 se perdieron 115.140 hectáreas de Bosques Andino Patagónicos. El 56% de esta pérdida ocurrió en la provincia de Chubut, siendo los incendios forestales la causa principal. Esta tendencia, lejos de revertirse, se está agravando año tras año.

En este contexto, Greenpeace también denuncia la insuficiencia de las multas como mecanismo disuasivo ante prácticas que desencadenan incendios o desmontes ilegales. “El castigo debe ser proporcional al daño generado. Penalizar a los responsables no es solo una cuestión legal, sino también moral y ambiental. No puede haber impunidad ante la destrucción de uno de nuestros bienes naturales más preciados”, subrayó Giardini.

Mientras tanto, las comunidades afectadas por los incendios aún se recuperan del impacto. La pérdida de viviendas, medios de vida y territorios con valor espiritual y cultural ha dejado huellas profundas en los habitantes de la región. Organizaciones locales reclaman también mayor apoyo estatal y medidas de restauración ambiental que contemplen la participación activa de los pobladores en las decisiones.

El llamado de Greenpeace es claro: no hay más tiempo que perder. La emergencia climática no es una amenaza futura, sino una realidad presente que ya está cobrando vidas, destruyendo ecosistemas y poniendo en riesgo el bienestar de las generaciones actuales y futuras. La protección de los bosques no puede seguir siendo postergada por intereses económicos o negligencia política. Es hora de actuar.

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